Uno de los mantras habituales en las obras más espinosas que afectan a nuestro municipio es “bah, son fondos europeos”. Como si eso hiciera menos grave el despilfarro o la oportunidad perdida de destinar ese dinero a cuestiones útiles como puedan ser una playa fluvial, un plan de rehabilitación de viviendas en barrios prácticamente en ruinas o cubrir algunas de las muchísimas necesidades que tiene nuestro Lugo. Pero es que en el caso de las obras del casco histórico ni siquiera es verdad.
El Gobierno Local, con Lara Méndez a la cabeza entonces, anunció a bombo y platillo que el 90% de las obras del centro se pagarían con fondos europeos. Es mentira.
En la página web del Observatorio de la Zona de Bajas Emisiones de Lugo se publicaron ayer los datos económicos de las obras del casco histórico, que ascienden a un mínimo de 8.883.125,54 €, de los que 4.056.102,00 € proceden de subvenciones. El resto lo deberá aportar el Ayuntamiento de Lugo, la friolera de 4.827.023,54 €, a los que hay que añadir los costes de poner en marcha la ZBE, los honorarios de la redacción del anteproyecto, reparación de las vías afectadas por la desviación provisional del tráfico (principalmente Rúanova y San Marcos) y los posibles incrementos de costes de la redacción de proyectos, dirección de obra y CSS tras las modificaciones introducidas por el Gobierno Local.
Las obras ya eran caras, algo más de 8,2 millones, pero a mayores el coste se incrementó en más de 600.000,00 euros por las modificaciones de unos proyectos con grandísimas deficiencias o acciones rebatidas socialmente. Las subvenciones, sin embargo, son las mismas porque la Unión Europea no cubre meteduras de pata.
¿Cuánto va a costar finalmente este tinglado a los lucenses? Pues superará ampliamente los cinco millones cuando a los más de 4,8 millones que nos cuesta ahora (ya descontadas las subvenciones) se sumen la reparación de Rúanova y San Marcos más otros gastos “pequeños” que quedan por ahí. Cinco millones de nuestros impuestos locales, de los destinados a que el agua salga de los grifos, las calles no tengan baches, y el Auditorio tenga una programación decente. Incluso podrían destinarse a rehabilitar el Cuartel de San Fernando, de propiedad municipal, en lugar de andar mendigando por ahí los dineros necesarios.
Es llamativo que estos datos no están publicados en la web municipal. Sólo se pueden encontrar en la la documentación de la Plataforma de Contratación del Sector Público (una web del Estado en que es obligatorio por ley publicar estas cosas). ¿Por qué esconden la información a los lucenses?
Evidentemente les preocupa que la gente se deje de tomar a chirigota el coste de las obras cuando se den cuenta que ese 90% de coste para las subvenciones y 10% para el Ayuntamiento en realidad es un 48% de ayudas y un 52% de dinero municipal. Cuando vean que, además de todo lo demás, de ser unas obras que ni eran obligatorias ni nadie las pidió, esto nos va al bolsillo.
De ahí que nos suban todos los impuestos y tasas. Hay que pagar los disparates.
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