La política es un honor y una maravillosa dedicación si se trata de gestionar la cosa pública y ayudar a los vecinos a mejorar sus vidas, pero se transforma en un asco cuando se convierte en guerra de partidos.
La fea costumbre de utilizar eslóganes y motivos cortoplacistas para tirarse los trastos a la cabeza en lugar de argumentos razonados que se mantengan en el tiempo hace que no haya ni principios, ni ideas, ni convicciones sino solamente intereses y ganas de liarse a bofetadas.
Uno de los ejemplos más evidentes y de actualidad en nuestra ciudad es la famosa Ronda Este, una estructura que el Ayuntamiento y algunas entidades reclamaban a gritos y con manifestaciones para, en cuanto se anunció el inicio de las obras, oponerse también a gritos y con manifestaciones porque no les gustaba el trazado (a mí tampoco me hace ninguna gracia, la verdad), y, en un nuevo giro de tuerca, volver ahora a reclamar su construcción.
Lo más ridículo de toda esta historia es que quien decidió por dónde deberá ir la Ronda Este es el propio Ayuntamiento, que es quien torpedeó el inicio de las obras y se opuso al trazado que esa misma institución aprobó en el Pleno. ¿De verdad a nadie se le cae la cara de vergüenza?
El trazado de la Ronda viene recogido en el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM o PXOM) y pueden verlo en la web del Ayuntamiento. En la página 25 encontrarán el trazado afectando al Parque del Rato tal y como después se denunciaba por parte de quienes lo dibujaron ahí.
| Detalle del trazado de la Ronda Este en el Plan General |
En lugar de sentarse y decir “oigan, hemos metido la pata porque no nos dimos cuenta del valor ecológico y natural de esa zona así que vamos a buscar alternativas” lo que hacen es montar un cristo de padre y muy señor mío y “exigir” la paralización de lo que antes reclamaban a voz en grito.
Recientemente el Alcalde y sus entidades satélites han vuelto a “exigir” la construcción de esa Ronda, pero no dicen por dónde ha de ir porque claro, sólo hay dos alternativas: o cargarse parcialmente el parque del Rato o tirar casas habitadas, y ninguna de las dos opciones es fácil de defender. Había una tercera opción que Ciudadanos decía que iba a plantear, pero de la que no volvimos a saber nada. Quizás ahora que su anterior portavoz se ha pasado al gobierno local como jefa de gabinete puedan explicarnos a todos la genialidad. Sería perfecto, aunque algo me dice que no va a pasar.
Así que quizá tengamos que esperar años a que alguien tome esa decisión tras abrir un debate público en que se sopesen los pros y contras de cada alternativa, algo que en Lugo es lo mismo que pedir que abran una granja de unicornios. Se escapa del debate como del fuego, algo totalmente incomprensible pero a lo que estamos tristemente habituados.
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