lunes, 20 de octubre de 2025

Ni habrá dimisiones ni nos las esperamos

Viñeta de Fito Vázquez sobre la responsabilidad política, muy ilustrativa
 

La mujer que una vaca arrolló en el desfile celebrado en el San Froilán falleció este fin de semana al no superar los traumatismos del suceso. Se le dedicará un minuto de silencio. Me parece un insulto.

El minuto de silencio está muy bien como homenaje cuando hay un suceso externo impactante como la Dana de Valencia o el asesinato de una persona fuera de nuestra ciudad, pero cuando el causante del accidente es una actividad del propio Ayuntamiento que, como es obvio, no contaba con razonables medidas de seguridad, no sólo no es suficiente, sino que es una bofetada con la mano abierta.

Aquí no se trata de exagerar ni de rasgarse las vestiduras sino de ser consecuente. Una persona ha fallecido por una “atracción” del programa de fiestas consistente en tener vacas por el medio de las multitudes que vienen al San Froilán. Si fuera una actividad organizada por un particular o una asociación (pongamos Lugo Monumental, por hablar de algo que conozco bien) estarían las redes echando humo y pidiendo la cabeza de su presidente (un servidor), con toda la razón del mundo. Si no hay la menor previsión de seguridad hablamos de diferentes consecuencias que si las hay pero fallan, que pueden fallar.

Verán, los accidentes ocurren por eso los llamamos accidentes. Nada puede garantizar que una atracción de feria no tenga una avería que lance a alguien por los aires o que un año el “Milagro” de San Vicente no nos duche en vino por un mal funcionamiento de la bomba. Se podrán hacer controles, verificaciones e inspecciones, pero aún así todo es susceptible de estropearse y hasta el más controlado de los espacios se descontrola ocasionalmente. Si hubiera vallado y la vaca lo hubiera sorteado, o si las medidas de seguridad hubieran tenido algún problema que acabara de la misma manera es probable que lamentar la desgracia fuera suficiente. Pero no ha sido el caso. Un accidente es eso, y lamentarlo quizá sería suficiente, aunque no para la familia y menos para la fallecida.

Pero cuando metes vacas por el medio de las multitudes sin ninguna medida de seguridad durante años es normal que tarde o temprano ocurra algo como esto. Si gobernase otro, el BNG sería el primero en salir a la calle con pancartas llamando “asesinos” a los organizadores y pidiendo la dimisión de todo el gobierno. Pero no gobierna otro, y eso explica la tranquilidad con que se toma esto todo el mundo, una tranquilidad que no comprendo.

La dimisión de la concejala de cultura es totalmente imprescindible, pero no se producirá. Es necesaria no porque haya habido un accidente, sino porque la imprudencia de la organización ha tenido como resultado una muerte. Pero ni habrá dimisiones ni nos las esperamos.

La otra opción es igual de inaceptable, pero nos la vamos a comer con patatas. Maquillar esto es intolerable, y si la concejala no dimite el Alcalde debería cesarla fulminantemente, cosa que tampoco hará porque el “pacto de gobierno” le impide meterse en parcela ajena y, por mantenerse en el cargo, todos hacen lo que sea.

1 comentario:

  1. No ha sido un accidente, ha sido una negligencia. Llámenos a las cosas por su nombre: negligencia.

    Si a usted - o yo - le revienta uno de los neumáticos del coche, pierde el control y colisiona con otro vehículo, estaríamos ante un accidente en caso de que los neumáticos estuviesen en buen estado; en cambio, si los neumáticos estuviesen del coche en mal estado, hablaríamos de una negligencia.

    Un neumático puede reventar aunque esté en buen estado; ahora bien, es mucho más probable que esto ocurra en caso de estar en mal estado, por desgaste excesivo, por fin de vida útil o por otra razón. Utilizar neumáticos en mal estado es negligencia pura y dura.

    Un desfile de ganado por una calle peatonal abarrotada para el que no se han tomado medidas de seguridad - ni siquiera un vallado - es temerario y, por tanto, una negligencia.

    La reacción del ayuntamiento me indigna; espero no cruzarme con ninguno de esos impresentables estos días, voy a tener que esforzarme para aguantar las ganas de pegarles un grito. Con esta panda al mando me da vergüenza ser de Lugo.

    Ya veremos es que se queda esas palabras de apoyo a la familia de la finada por parte del ayuntamiento. Me da que va a resultar en un "Ni una mala palabra ni una buena acción."

    Por último, el tratamiento que, al menos hasta ahora, ha dado El Progreso a esta noticia también es motivo de vergüenza. Que se lo hagan mirar, periodismo no es ampliar las notas de prensa del ayuntamiento.

    ResponderEliminar

Derecho a réplica:

Se admiten comentarios, sugerencias y críticas. Sólo se pide cierta dosis de ''sentidiño''; y cortesía.