jueves, 26 de noviembre de 2020

El error de Feijóo con las terrazas

Han obligado a la hostelería a recoger sus terrazas... pero ¿es esto efectivo?

El Presidente de la Xunta ha asumido un riesgo muy grande al cerrar las ciudades, pero quizá ahí sí ha acertado. Es probable que eso haya evitado que el bicho se propague a poblaciones más pequeñas y, aunque no sea el caso necesariamente, comparto su criterio de que no se puede tratar igual a un lugar con 100.000 habitantes que otro de 200 porque el día a día no tiene nada que ver. Pero entre las medidas tomadas las hay poco razonables y la del cierre de las terrazas es una de ellas.

No está funcionando. La estrategia de clausura de la hostelería ha sido un error, porque los culpables de todo esto no son ni los pubs ni los bares, somos nosotros. Podría entender que se impida atender a los clientes en los interiores, pero no es razonable prohibir las terrazas por muchos motivos, y el primero de ellos es que no suponen ningún peligro.

Cada vez sabemos más (o eso parece) y lo que se nos cuenta es que los espacios cerrados, las conversaciones en voz alta en lugares mal ventilados y el confiarnos más de la cuenta son las tres claves para entender por qué no acabamos de dominar este asunto. Pero ninguna de ellas explica que se decrete el cierre de la hostelería “exterior”. Tomarse un café en un lugar abierto no sólo no entraña prácticamente peligro alguno sino que evitarlo es peor porque la gente está optando por coger los cafés para llevar sentándose en bancos y portales… lugares que nadie desinfecta como sí se hacía entre servicio y servicio en las terrazas.

Dar por sentado que una ligera mejoría en las cifras es consecuencia de “lo bien que se está gestionando esto” es como mínimo discutible. Hablamos de que hemos pasado de 1108 casos a 1102 porque ha habido 41 altas y 36 nuevos contagios, que suena más a lotería que a seriedad en la forma de llevar el tema. No vamos a peor, vale, pero tampoco podemos asumir que se ha dado con el foco principal de contagios porque haberlos, haylos. Y el sentido común nos dice que somos nosotros, con nuestros comportamientos poco apropiados los que estamos dando alas al contagio.

Se está ahogando a un sector del que vive muchísima gente y no olviden que esto es una rueda y que la ruina de una parte tan importante de nuestra economía se transmite tanto o más que el coronavirus. Tarde o temprano nos afectará a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Derecho a réplica:

Se admiten comentarios, sugerencias y críticas. Sólo se pide cierta dosis de ''sentidiño'' y cortesía.