lunes, 19 de julio de 2021

La fiesta de Coeses y el Arde Lucus: una norma, dos resultados

La fiesta de Coeses, celebrada con todas las precauciones Foto: El Progreso

Que la normativa se usa a capricho de los próceres que la tienen que hacer ejecutar es una realidad tristemente palmaria. No debería, pero es. No se puede, pero se hace. Es incluso un delito tipificado en nuestra normativa bajo el nombre de “prevaricación”, pero día sí y día también se viola sin que nadie mueva un dedo.

La muestra más reciente de esa tendencia a hacer cumplir o no determinadas normas según el día con que se levante el concejal de turno o según quién sea el presunto infractor, algo que realmente es inasumible en un Estado de Derecho, la tenemos con el sainete que se montó el viernes con la fiesta de Coeses. Primero se les dijo que no se podía hacer y después que sí. El cambio no es el problema, ya que se explica por el cambio normativo que la Xunta de Galicia publicó en el DOG de ese mismo día (no tengo ni idea de a qué hora se hizo, pero normalmente suele ser por la tarde) bajo uno de esos números “bis” que nos traen por la calle de la amargura.

No entro a juzgar si en plena quinta ola, con mil contagios diarios en Galicia, en Coeses hicieron bien o mal en organizar la fiesta. Por personas que fueron a los actos me entero de que fueron muy escrupulosos a la hora de tomar precauciones y, desde el momento en que el DOG permite su celebración, poco hay que añadir sobre eso.

Pero como decía, ni si debió hacerse o no, ni el cambio de criterio son la cuestión… ¿entonces dónde está la clave? Pues en la prohibición de esa fiesta en Coeses amparándose en eso cuando en Lugo se celebraron fiestas como el Arde Lucus cuando también estaban vetadas por la normativa gallega, como yo mismo les expliqué en un artículo publicado en aquellos días. ¿Por qué unas sí y otras no? ¿Acaso cuanto más importante es la fiesta más bula tenemos para saltarnos la norma? ¿No debería ser justo al revés?

El viernes a las 14:00 horas Rubén Arroxo comunicó a la comisión que no podría celebrarse la fiesta. Se le ha criticado mucho por eso pero parece que tiene cierta lógica esperar al último minuto si tenía información de que se iba a abrir la mano, como de hecho se hizo. Tampoco hay nada que decir sobre el excepcional trabajo de los funcionarios de Cultura que por la tarde, fuera de su jornada, estuvieron pendientes del tema para, en cuanto salió el DOG "bis", tramitar la autorización de la fiesta… Creo que precisamente el viernes se hizo todo bien, por el manual e incluso mejor aún de lo que indica éste.

Sin embargo, nos quedarán muchas dudas que ya nadie podrá resolver. Si se hubiera mantenido la prohibición, ¿habrían celebrado su fiesta los nacionalistas detrás del ayuntamiento el sábado? ¿Tenían permiso desde antes o también se lo autoconcedieron el viernes a última hora? ¿Qué pasa con quienes autorizaron el Arde Lucus, una fiesta que estaba vetada por la administración autonómica cuando se celebró?

Es una impresión, no un hecho, pero creo que la fiesta del BNG del sábado se habría celebrado dijera el DOG lo que dijera...  Foto: El Progreso

Estamos en una época convulsa, en que la mala leche reinante tampoco ayuda a ver los temas con cierta mesura y distancia. Estamos todos muy nerviosos y saltamos como hidras por cualquier cuestión, pero al final es lógico que quienes están preparando una fiesta con toda su ilusión y ven que no se les permite cuando otras sí tienen lugar se pongan de uñas.

En todo caso Coeses ha tenido sus fiestas y con el Arde Lucus no hubo, que se sepa, un aumento en la incidencia (al menos no uno debido a esa fiesta). En Lugo seguimos bajo esa calma tensa a la espera de ver qué pasa con los contagios y confiemos en que la progresión de las vacunas nos ayude a superar este momento.

Cuídense mucho.

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