Ya se acerca Halloween, lo que antes de la tele y las pelis americanas venía siendo el día de difuntos. Pues oye, a mi me tiene su gracia. Ya sé que es poco patriótico decir que es una fiesta divertida, pero las películas de Tim Burton han hecho mucho daño en este sentido. (Nota cultural: recomiendo ver "Pesadilla antes de Navidad”, una obra de arte en toda regla).
De unos años para aquí todas las tiendas se decoran con calabazas, brujas, tumbas y demás chorradillas típicas de la peli más “american way of life”, y están perdiendo la guerra las tradiciones de aquí, tipo día de difuntos y procesiones, principalmente por dos motivos. El primero es que Halloweeen está orientado a los niños, que ahora son los que mandan en casa. El segundo es que una cosa es divertida y la otra un tostón de aquí te espero. Bueno, en Lugo se hacen cosas para mejorar el tema, como las visitas guiadas al cementerio, que parece que apuntan a esa línea festivo-morbosa que tanto gustaba hace años por estas tierras.
Lo que me cuesta mucho más trabajo es entender a toda la gente que, defendiendo y celebrando Halloween, atacan que en los colegios se celebren fiestas religiosas. Es decir, que no nos gusta que nuestros hijos hagan una obra de teatro del portal de Belén, pero sí nos parece bien que se disfracen de bruja, vampiro o momia, todos ellos personajes de valores éticos mucho más altos que los de Jesucristo, dónde va a parar. Es como lo de que Papá Noel es “menos religioso” que los reyes magos. Será porque sale en las películas de los americanos, que por supuesto no son nada religiosos, que va… bueno, en los billetes pone “confiamos en Dios”, pero es algo anecdótico, imagino.
Entiéndaseme bien, estoy a favor de separar la religión de los colegios. Creo que el que quiera ir a catecismo tiene la parroquia a su disposición para eso. No estoy hablando de eso, sino de la cruzada anti-fiestas religiosas cuando se defienden otras que no aportan nada mejor a los niños.
Además, de hacer las cosas así habría que ser consecuentes: eliminar las fiestas religiosas y sus correspondientes festivos, e ir al cole y al trabajo el 25 de diciembre, y todos los demás patronos (la Asunción, Semana Santa…). Se podrían cambiar esos días y hacer festivo el aniversario del nacimiento de Pilar Bardem, pero como que quedaría menos familiar.
Navidad, Semana Santa… son fiestas que trascienden lo religioso. Son ya parte de nuestra vida todos los años, y en el caso concreto de la Navidad, una de las pocas fechas en que todos intentan ser mejor persona y ver a su familia, hablar con sus mayores, reunirse… El fondo religioso hace ya años que mucha gente lo ignora, pero aún así ha quedado el poso de la Navidad como fiesta familiar, y luchar contra eso es absurdo, innecesario y perjudicial.
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