La Junta Electoral Central ha puesto el candado a las cintas que alcaldes, presidentes y demás figuras públicas cortaron con premura ante la foto-finish de las obras públicas. Mientras que PP y PSOE han intentado que esta norma se suavizara, o que se interpretara de forma menos radical, la Junta no ha tenido la más mínima duda y ha prohibido inauguraciones, actos, puestas en funcionamiento y visitas a obras. La idea es no inclinar la balanza del voto hacia quien tiene en su poder las instituciones, ya que se supone que habría una desigualdad manifiesta entre éstos y la oposición.
Una chorrada. Me parece una auténtica chorrada. Que las obras se diseñan para las elecciones es de sentido común, y si me preguntan, diría que es hasta democrático hacer las inauguraciones quince días antes de los comicios. Es una forma de evaluar a nuestros representantes y su labor, siguiendo aquel dicho de que “obras son amores”. Triste el alcalde que no tiene cinta que cortar antes de unas elecciones, porque eso quiere decir que poco ha hecho. En Lugo, por ejemplo, no se podría inaugurar nada de titularidad municipal ya que las principales obras (todo el tema del agua, el polígono de las Gándaras, el nuevo hospital…) fueron realizadas por Xunta y Estado. Bueno, estoy pensando que a veces soy un poco inocente: no sería la primera vez que Orozco va a inaugurar obras que no ha hecho.
La norma, de todas formas, no me parece mal por la parte del político, sino por la del ciudadano. Nos toman directamente por idiotas y eso no me acaba de gustar. Deben de pensar que si un alcalde inaugura dos bancos y una fuente a una semana de las elecciones va a ganar de calle, y que los vecinos no van a tener suficiente criterio como para distinguir entre una cosa y otra. Puede que tengan razón, pero la estupidez siempre ha formado parte del juego democrático, y nadie tiene derecho a prohibirnos ser memos.
Lo curioso es que la norma no prohíbe la “publicidad institucional”. Habla de que se reducirá a la “necesaria” para “informar” de nuevos servicios y obras… Ayer mismo un periódico de Lugo publicaba un publirreportaje pagado con nuestros impuestos para hacer campaña por Orozco. Páginas 2 y 3 (deben ser baratas). En esas dos páginas se resumían los supuestos logros del ayuntamiento en estos años, reduciéndose el texto a un panfleto digno de las mentes mas brillantes de los ministerios de Agitación y Propaganda que en el mundo han sido.
Esta norma no va a servir para nada. Aún es peor así. Prefiero mil veces ver a un alcalde inaugurando una obra, que al menos primero la tiene que hacer para poder abrirla, que gastándose mi dinero en “publicidad institucional”, que vienen a ser campañas de propaganda partidista disfrazadas con poca habilidad.
Lo triste es que encima la oposición no puede abrir la boca con este tema, porque sería atacar a los medios de comunicación que reciben el dinero de la publicidad, con lo que es ahorcarse uno mismo. ¿Acaso alguien cree que un medio al que Orozco paga cientos de miles de euros en publicidad no va a tender a beneficiarlo? ¿Somos tan inocentones? Pues es lo que hay. Por eso es tan difícil ganar unas elecciones desde la oposición, porque no hay recursos públicos de los que tirar para casa.
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