La informática es maravillosa, sobre todo cuando funciona bien. Nos facilita la vida en general, aunque a los que trabajamos en temas administrativos nos la complica casi tanto como nos ayuda, porque si antes te pedían dos papeles para un expediente ahora te exigen cincuenta con la excusa de que “es que es muy fácil conseguirlos, que todo va por ordenador”.
Pero, siempre tiene que haber un “pero”, no soy partidario de utilizar la informática para ciertas cosas. No estoy pidiendo volver a los manguitos, el papel calca y la Underwood, sólo faltaría, pero hay cosas en que la frialdad del ordenador no casa con el supuesto fin de las intenciones. Un ejemplo claro son las felicitaciones de cumpleaños o de Navidad. Ahora resulta que hay programitas para pc y móviles que te permiten configurarlos de forma que si les pones un listado de personas y sus cumpleaños te envían automáticamente un sms, email o entrada de facebook deseando mejor al susodicho en “su día”.
Pasando por alto la horterada de “su día”, como si sólo cumpliera años esa persona ese día y el resto del año te pudieras olvidar de quien sea, no acabo de entender que una cosa tan personal se pueda automatizar, sistematizar, informatizar y enfriar de tal manera.
Una persona con la que yo trabajaba hace años, y que por su cargo recibía cientos de postales navideñas odiaba las postales hechas mecánicamente. Siempre decía, con razón, “ah, mira, la secretaria de fulano de tal me desea Feliz Navidad”. Entiendo que molestarse en coger las postales y escribir unas pocas palabras a mano con la firma correspondiente es lo mínimo que se puede hacer. Tomarte unos segundos para pensar en la persona a la que le envías la postal y que sepa que, al menos, te acordaste un momento de ella es algo tan absolutamente básico que sorprende la cantidad de veces que no se hace.
Es un síntoma de lo que estamos haciendo con nuestro mundo, con nuestra sociedad, el fin de la humanización como tal: hemos ido reduciendo el número de letras y sustituido las cartas manuscritas por los emails, los emails por los mensajes del facebook y los mensajes del facebook por los sms. Bueno, esto último algo menos porque sale más caro, a menos que tengas el Whatsapp (¡si no sabes de qué te hablo es que eres un antiguo!). Pero al menos hasta ahora tenías que molestarte en escribir unas palabrejas. Ya ni eso, ahora lo hace un programita por ti.
Para eso, francamente, casi prefiero no recibir el mensajito. Eso de que tu ordenador me felicite las fiestas me da un poco de grima.
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