jueves, 22 de marzo de 2012

Sobre los fielatos de la Muralla

Quienes lean esto habitualmente sabrán que una de mis pasiones es el tema del turismo en Lugo. Nuestra ciudad, si bien no es el centro del universo turístico, tiene muchas cosas que podrían ser interesantes como promoción y motor económico de Lugo. Sin embargo adolecemos del mismo mal que afecta a muchos sectores en nuestra gestión municipal, y que es la exageración y la falta de creatividad.

La exageración viene dada por dar una importancia totalmente desproporcionada a cosas que no la tienen, como nuestro cementerio municipal al que se organizan visitas turísticas que parecen de Tip y Coll (ya he dedicado varios artículos a este tema como Turismo de consumo interno) y, en cambio, el abandono de otras cosas como las ventanas arqueológicas que llevan años con una plancha cutre de metal tirada por encima o los fielatos de la Muralla (esa especie de habitacioncitas que hay en algunas puertas de la Muralla), que están cerrados a cal y canto después de haber invertido un buen dinero en habilitarlos. Hubo una iniciativa por pate de la Xunta y de la Asociación de Amigos de la Muralla por la que en los años 2001 y 2002 se atendieron turistas en los fielatos de la Muralla, pero desde aquella se cerraron y hasta hoy están allí cogiendo porquería. Pasó la fiebre de la declaración de la Muralla como patrimonio y se cerraron las oficinas.

210320122463 Ya sé que Lugo tiene dos lujosas oficinas de turismo, a falta de una: la municipal en la Plaza del Campo y la de la Xunta a unos escasos 100 metros en la Tinería. Ahí, coordinándose. El Ayuntamiento tuvo también una caseta en la Plaza de la Constitución durante años en la que, según ellos, se atendió a mucha gente. También la Xunta provisionalmente desalojó la antigua oficina de la Plaza de España para instalarse en un local de la calle Conde Pallares y luego moverse a su actual flamante espacio de la calle del Miño. A todos estos gastos hay que añadir que los fielatos fueron restaurados a principios de esta década.

La pregunta que yo me hago es la siguiente: ¿cuántos monumentos Patrimonio de la Humanidad, situados en el centro neurálgico de una ciudad, se prestan para albergar oficinas turísticas? y de esos pocos que debe haber ¿cuántos no las tienen? Lugo es una ciudad amurallada, como todos sabemos, y para llegar al centro hay que cruzar una de sus 10 puertas sí o sí. Eso quiere decir que el 100% de nuestros turistas van a pasar por esas puertas, y la inmensa mayoría se presume que lo harán a través de las más accesibles o en las de zonas más peatonales: obispo Aguirre y Campo Castillo.

¿Por qué no se mantienen abiertas las oficinas de esas dos puertas? No me digan que es por el gasto de personal, por favor. con 100.000 euros, que este Ayuntamiento se gasta en caramelos, podrían tener abiertos dos fielatos durante tres años, calculando más o menos a 1.000 euros dos sueldos con los gastos de seguridad social y tal. Se acaban de gastar más de 135.000 euros en contenedores soterrados, que son muy monos, no lo niego, pero menos importantes desde el punto de vista turístico, creo yo. También se podría pedir colaboración a asociaciones (Amigos de la Muralla ya dio un ejemplo de buen hacer en ese sentido).

Imagínense que ustedes llegan a Lugo y se encuentran nuestra imponente Muralla, y que cuando la atraviesan ven una oficina de información en los principales accesos. ¿De veras no se pararían con más facilidad ahí que buscando unas oficinas de turismo que, en el mejor de los casos, son más difíciles de encontrar?

Aún les digo más. Como el turismo en Lugo es bastante estacional, se podrían abrir las oficinas sólo en fechas puntuales, y acristalar los fielatos para, por ejemplo, tener mini-exposiciones continuas con las principales citas del calendario festivo lucense (Arde Lucus, Corpus, San Froilán…) que podrían interesar a nuestros visitantes. También se podrían utilizar esas oficinas como taquillas o puntos de venta de entradas de eventos que haya en Lugo, en lugar de andar de aquí para allá con la espantosa caseta verde que instalan en la Plaza de España de vez en cuando. Incluso, puestos a dar ideas, no estaría mal en los más grandes instalar una tienda municipal de “merchandising” lucense, hasta subcontratada si quieren no meterse en aguas más profundas.

Lo más curioso es que lo difícil, que es acondicionar los fielatos, está hecho. Evidentemente, como son muy pijos, seguramente ya no les valdrán y costará unos 300.000 euros reacondicionarlos (no se extrañen, nos hemos gastado 650.000 euros en una cafetería, así que imaginen lo que costarán las obras en 10 fielatos más o menos).

No hacen falta grandes inversiones, sino personas que sepan lo que quieren. Sólo lo que se han gastado en el puñetero Plan estratégico, que a día de hoy no ha servido absolutamente para nada, en estudios para la Empresa Municipal de Turismo o en esas chorradas pagadas a consultorías que por redactar obviedades meten unas facturas que hacen temblar a cualquiera, daría para mantener abiertos los fielatos hasta el siglo XXIV. Y para Lugo sería mucho más útil, sin duda.

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