jueves, 24 de mayo de 2012

Hasta ella se equivoca

Esperanza Aguirre Ni siquiera ella, la de los rubios cabellos, los calcetines hábilmente combinados con tacones, la que pide lo que el sentido común reclama desde hace años… Ni siquiera ella, Esperanza, está libre de error. Estos días lo demostró.

Para los que no vean telediarios, ni periódicos ni escuchen radios (aunque de ser así ya me gustaría saber qué demonios hacen leyendo este blog, que yo no he hecho juramento hipocrático de prensa) les resumo rápidamente el tema. A primeros de semana algunos partidos nacionalistas utilizaron el Congreso de los Diputados (gracias a la intervención de Amaiur, que para eso sirve) como plataforma para reivindicar que en la final de la copa del Rey se haga una reivindicación «en positivo» y «sin entrar en provocaciones» en el momento en que suene le himno español. La primera pregunta que se le ocurre a cualquiera es ¿Qué es una reivindicación «en positivo» y «sin entrar en provocaciones»? Porque la memoria histórica que tanto gusta nos dice que es una pitada que intenta acallar el himno que, presuntamente, representa a todos. [Nota al margen: ¿por qué la pancarta que sostenían estaba en vasco, catalán… y portugués?]

Esperanza Aguirre, ante tal panorama, convirtió lo que sería una noticia de un día en una portada al pedir que si esto se produce se suspenda el partido y se celebre, a puerta cerrada, en otro estadio. De verdad que la comprendo. La cabeza debe regir la política, pero en lo que a gestión se refiere. A veces, cuando estamos hablando de principios quien manda está un poco más abajo (el estómago, hablo del estómago).

El problema no es que no esté de acuerdo con Esperanza Aguirre, que lo estoy en gran parte. No me parece de recibo que quienes van de independentistas por la vida utilicen las mismas instituciones contra las que dicen luchar para darnos palos a todos. Ni el Congreso es lugar para que vengan a pelear contra España, ni la final de la Copa del Rey el escenario apropiado para pitar al jefe del Estado. La coherencia, nos dicen las encuestas, es el valor menos apreciado por los ciudadanos. Se nota.

nacionalistasGuardiola rechazó el Príncipe de Asturias porque, según su declaración, es muy joven y lo suyo era un mérito de equipo. Marlon Brando no quiso recoger un Oscar porque no estaba de acuerdo con el sistema de la industria del cine y para reclamar atención sobre el problema del pueblo nativo americano que Hollywood se había pasado toda la vida desfigurando públicamente. Jean-Paul Sartre se negó a recibir el Premio Nobel de literatura porque siempre dijo estar contra honores oficiales. Le Duc Tho, representante de Vietnam en las conversaciones con Kissinger rechazó también el Nobel de la Paz porque aunque se había firmado el tratado aún no había paz en su país y no le parecía coherente…

Si los equipos del Barcelona y el Atlético de Bilbao quieren hacer una escenificación de la independencia de su autonomía, lo tienen muy fácil: que no jueguen ni la Copa del Rey ni la Liga. Es así de sencillo. Lo que no se puede es dar misa y estar repicando. En eso estoy de acuerdo con Esperanza Aguirre, en que no se puede consentir que en una Copa del Rey se insulte al Rey o al himno. La cuestión es que ha abierto un debate que, sin su intervención, sería una mera anécdota.

Patxi Lopez Pero no es ella la única que ha metido la pata. Patxi López ha ido más allá y le ha pedido, por escrito, que retire sus palabras. Tiene guasa que este señor pida a Aguirre que rectifique pero que no haya reaccionado, ni antes ni ahora, contra los que piden que se boicotee la parte nacional de un encuentro a nivel nacional. Me gustaría saber si envió cartas también a los chicos de Amaiur y sus colegas para que retirasen su invitación a reivindicar sus tontadas en un foro tan poco apropiado.

Alfredo Bosch, diputado de ERC (qué te vas a esperar de éstos, claro) llamó a Aguirre “hooligan” y “ultrasur number 1”, como si esas palabras fueran de un tipo pausado, prudente y calmado. Por si fuera poco añadió lo que en la calle se consideraría una amenaza al decir que “Es posible que Madrid se esté quemando en unos días porque una compañera suya de partido se comporta como una hooligan". Ahí, tranquilizando a la masas.

Este país es de coña. Se defiende la libertad de expresión de Otegui o de quienes tiran piedras contra lo que viene siendo España pero se ataca sin piedad a quien dice lo contrario, probablemente porque seguimos con un complejo de lo más tonto que identifica todo lo español con el fascismo de Franco. No veo que nadie acuse a Hollande de ser como Napoleón por defender lo suyo, ni a Merkel de ser como Hitler por tirar por su país. Aquí el deporte nacional es cargarse la Nación, curiosamente.

Esperanza Aguirre se ha equivocado, insisto, pero no por lo que ha dicho que, esté o no completamente de acuerdo, me parece una postura coherente con su forma de pensar. Su error ha sido poner en la palestra un tema en que tiene muy poco que ganar y mucho que perder. Aunque conociéndola, lo más seguro es que fuera a propósito porque así mata dos pájaros de un tiro: centra el debate en un tema que tarde o temprano tendremos que afrontar y lo aleja de otras cosas que le interesa menos tratar, como las facturas que había por ahí en algún cajón.

1 comentario:

  1. Pues no veo ningún problema en desalojar el estadio y dejar que el dichoso partido se juegue a puerta cerrada. En mi opinión, lejos de equivocarse, ha dado en el clavo.

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