martes, 26 de febrero de 2013

Toni Cantó y el maltrato

Si hay algo por lo que felicitar a UPyD sin duda alguna es por el fichaje de Toni Cantó. No porque diga cosas muy sesudas, sino porque nos da algo de lo que hablar y escribir a media España cuando en la escena política parece que todo se reduce a la contabilización de chorizos ajenos con la esperanza de que sean más que los propios. 

El señor Cantó (me llama profundamente la atención que un diputado mantenga su nombre artístico en las noticias que salen sobre el Congreso) dijo ayer que “La mayor parte de las denuncias por violencia de género son falsas. Y los fiscales no las persiguen. Las estadísticas son sesgadas”… y, como no podía ser menos, la lio parda nuevamente, que parece estar convirtiéndose en su especialidad. 


He de decir que estoy de acuerdo con dos de sus tres afirmaciones, lo cual no es poco. Imagino que alguno se estará asustando con lo que lee, pero vamos a ver con cuáles estoy de acuerdo y con cuáles no. No estoy de acuerdo con la primera. Decir que “la mayor parte” de esas denuncias son falsas es, además de una temeridad, una afirmación que hay que tener muy bien atada con datos reales antes de dejarla salir. No sé de dónde ha sacado los datos el amigo Toni, pero hoy ya se retractó así que la fuente debía ser tan fiable como la de aquella candidata del BNG que basó su discurso en “un powerpoint que me llegó por email”. Así le fue en las elecciones. 

Sin embargo sí estoy de acuerdo con las otras dos afirmaciones. Creo que la fiscalía no persigue adecuadamente la falsedad en las denuncias y que las estadísticas que se hacen sobre el tema están claramente ideologizadas por la esclavitud de lo políticamente correcto. 

Buscando información he llegado a un informe de Francisco Pérez Fernández y Beatriz Bernabé Cárdaba, de la Universidad Camilo José Cela, en que se denuncia precisamente la falta de información al respecto que existe, la opacidad en los datos y el oscurantismo de una realidad que está ahí y que, tozudamente, no va a desaparecer porque no nos guste. 

El problema de Toni Cantó ha sido ese “la mayor parte”. En el año 2012 se registraron 30.895 denuncias por maltrato doméstico. ¿Alguien se cree que responden a 30.895 situaciones reales? ¿De verdad consideran imposible que al menos una de esas personas haya puesto una denuncia falsa? Recuerden que hablamos, en muchas ocasiones, de situaciones límites en lo personal, con o sin maltrato de por medio, relativas a separaciones, divorcios, disolución de sociedad de gananciales… Llegado ese punto es muy tentador utilizar una herramienta que tienes a tu disposición desde hace algunos años y no seré yo quien ponga la mano en el fuego afirmando que nadie la ha usado incorrectamente. 

Toni Cantó sacó un tema importante a la palestra, y la cagó vilmente por creer que había encontrado una mina de oro. Se pasó de frenada. Denunciar la existencia de denuncias falsas es poner en el tapete una situación real que sufren muchas personas día a día (por “muchas” entiendo una o más). El problema de la ley que regula este tema es que traslada la carga de la prueba al acusado, cosa que me parece de una inconstitucionalidad difícilmente rebatible: es muy complicado demostrar que uno es inocente, por no decir imposible. Nadie tiene coartada las 24 horas del día. 

Si hubiera dicho eso, si se redujera a hablar del drama que puede sufrir un inocente al que le hunden la vida cuando es falsamente acusado por una persona, quizás despechada, quizás enfadada, o quizás porque simplemente es una mala bestia (noticia de última hora: la igualdad implica que hay tanto porcentaje de mujeres malas como de hombres malos, no sé si se habían percatado). 

Toni Cantó tendría que haber hablado de eso, de la presunción de inocencia, que es el pilar más básico que puede existir en una sociedad civilizada. El Estado de Derecho se basa en que uno es inocente hasta que no se demuestre lo contrario, salvo en este caso, donde las medidas de prevención son tan grandes que suponen una indefensión absoluta del acusado. 

¿Propongo que se derogue la ley? No. Propongo que se modifiquen algunas cosas. No parece razonable que se condene a alguien sin prueba de por medio, ni mucho menos que si se demuestra que alguien pone una denuncia falsa tenga unas consecuencias en absoluto proporcionales. Lo razonable sería que se siguiera con el sistema actual de prevención y protección, pero dando también seguridad jurídica a los acusados y, por supuesto, aplicando severas, severísimas penas a quien acuse en falso, porque no está dañando a su pareja o expareja, está dañando la credibilidad de un sistema que se diseñó para proteger a la parte más débil. 

Eso sí, lo más importante es que todo el mundo siga saludando a los vecinos en el ascensor para que luego puedan decir en el telediario que “era una persona de lo más normal”. Parece que sólo nos fijamos en eso.

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