Parece que Lugo tiene mala pata con los informes y los comités. Primero fue el inoportuno, aunque no para todos, informe de Icomos que impidió la construcción del Auditorio en el hoy ruinoso Cuartel de San Fernando. Luego nos tocó enterarnos de que la falta de un informe de Patrimonio fue la excusa usada para paralizar las Torres de Orozco o del Garañón, que si se terminan se cargarán nuestro paisaje y si no se terminan nos costarán una millonada a los lucenses. También se ve que los informes de aguas para la construcción del MIHL no andaban muy acertados porque hay que poner bombas de achique para que no se inunde nuestra presunta obra insigne. Y ahora resulta que es el Comité de Reservas de la Biosfera el que se opone a la creación de una playa fluvial en el río Miño. Vamos, que nos ha visto un tuerto.
Una playa fluvial como la que tardaremos en ver en Lugo, si la vemos |
Lo curioso es que estos informes siempre aparecen en el momento más oportuno. Cuando ya no quedan excusas de otro tipo (inversiones bloqueadas, oposición no colaboradora…) surge el informe necesario para justificar un “pío pío, que yo no he sido” bienvenido por quienes en el fondo parecen tener poquitas ganas de sacar adelante un proyecto.
Casi todo en esta vida es cuestión de voluntad. En este tipo de cosas hasta podemos sacar el “casi” porque querer es poder, y si hubo ganas y dinero para construir el MIHL, bodrio que nos ha costado la friolera de 10 millones de euros y que ahora no saben cómo rellenar para que parezca que no fue una tontería, con más motivo una playita fluvial se podría hacer en menos que canta un gallo.
La aparición de informes es la excusa perfecta. No culpabilizan al promotor, suelen venir firmados por entidades que no concurren a las elecciones, y se achacan a una entidad, nunca a su cabeza visible. Si el ayuntamiento firmara tal informe todos nos echaríamos contra Orozco, al igual que contra Feijoo si fuera autonómico o Besteiro en caso de ser provincial. Pero ¿quién demonios rige los destinos del Comité de Reservas de la Biosfera? ¿Y quién los ha nombrado? No lo sabemos.
La cuestión es que nos quedamos sin playa por ahora, y algo me dice que un escollo que ha sabido sortear cualquier pequeño municipio de nuestro entorno, de los muchos que cuentan con playa fluvial, no debería ser un grave impedimento si no se quiere que lo sea. Pero sólo si no se quiere.
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