viernes, 4 de diciembre de 2015

...Y las series, series son

En la búsqueda del titular, UPyD ha empezado una campaña protagonizada por una gallina. Evidentemente la idea es retar a sus rivales, que han optado por ignorar a la “formación magenta” (se están acabando los colores) como estrategia electoral, que les funcionó a la perfección en otras ocasiones, como en las elecciones municipales.

Fotograma de El Ala Oeste de la Casa Blanca,
con gallina incluida
Me resulta llamativo que se ignore a UPyD y se ponga en el foco a otros partidos que no han movido un dedo para luchar contra la corrupción, mientras que los de Rosa Díez (ahora ya no, pero nos entendemos) literalmente pusieron su patrimonio para llevar al juzgado a Rato y compañía. No está mal. Si en vez de un partido político lo hubiera hecho una organización de la sociedad civil estarían abriendo telediarios y les pedirían de rodillas que se presentaran a las elecciones, pero la política todo lo ensucia parece ser.

Lo malo de la campaña de la gallina es que es exactamente lo mismo que salía en una serie de televisión, “El ala oeste de la Casa Blanca”. En un capítulo en que al protagonista, aspirante a la presidencia de Estados Unidos, lo ignoraban en la convocatoria de un debate, su equipo enviaba a un voluntario disfrazado de gallina a preguntar a los rivales si tenían miedo de debatir con él. Funcionaba y finalmente había debate. Pero era una serie de televisión. Muy buena, pero una serie.

“El Ala Oeste” es una serie política de culto. Yo mismo la he visto varias veces porque excepto cuanto te pasan la bandera de Estados Unidos por las narices y se ponen pesados con sus cositas, es muy buena. Ahora hay otras más “profundas”, pero aquella fue la primera que se tomó en serio lo de centrarse en el juego político. Curiosamente es una “consecuencia”, que no una secuela, de una película, “El presidente y Miss Wade”, también ideada para convertir a su jefe en una especie de semidios hecho hombre.

Pero a lo que íbamos. Lo de basar tus políticas en una serie de televisión es discutible. Evidentemente un guionista de Hollywood es tan buen pensador como cualquier otro, y si no que le pregunten a los terroristas que cogen ideas de las películas, que también habría que pensarse un poco las cosas. No tiene nada de malo utilizar una táctica que has visto en una serie pero solo si eres consciente de que allí lo que buscan es el espectáculo, no el fondo.

Al menos, hay que reconocer a UPyD que se basen en una ficción política basada en cuestiones bastante realistas, y no en otras como Juego de Tronos, que parece que es la serie de cabecera del amigo Iglesias.

Juego de Tronos, tomándoselo en serio...
Si les soy sincero no había visto Juego de Tronos, porque me gustan bastante poco ese tipo de ficciones en “países alternativos” y con mezcla de rollito medieval con magia y monstruos. No le acabo de pillar la gracia y ni El Señor de los Anillos, que me parece un coñazo, ni similares han conseguido engancharme seriamente.

Juego de Tronos tiene su gracia, quizás porque llega un momento en que empiezas a hacer apuestas para ver a qué personaje central de los que nunca pueden morir se cargan antes. No dejan títere con cabeza. También lo de los dragones tiene su punto, y como hay guiños calentitos pues también atrae un poco.

De todas formas, y a pesar de que puedo entender que le guste mucho a alguien, me parece grave que quien pretende ser presidente del Gobierno diga públicamente que semejante cosa es buena para aprender de política.

Los Klingon, "vestíos pa' matá"
Yo soy Trekkie, es decir, que soy un fan de la saga de Star Trek. Tiene similitudes obvias con la evolución política del mundo, ya que hay razas que son metáforas mal disimuladas de países reales, e incluso siguen su evolución. Los malvados Klingon, por ejemplo, que venían a ser la URSS, se hicieron “buenos” coincidiendo con la Perestroika, y los malos pasaron a ser los Romulanos, alias de los chinos. Ahora parece que también pasan por el aro y se hacen mejor gente.

Pero una cosa es ver ciertas similitudes o una intencionalidad evidente en ese sentido y otra muy diferente sería que les recomendara ver Star Trek para aprender de relaciones internacionales. Eso ni yo, que me llega bien a veces. De recomendarles algo les diría que se leyeran "Democracia", de Kissinger (es en serio, es muy bueno) o las memorias de Churchill, que son más ladrillo pero muy instructivas.

Esta sociedad nuestra, en que las barreras entre la ficción y la realidad se empiezan a tambalear, ha de ser un poquito más seria y distinguir la creación mental del mundo físico. Creer que la ficción es una buena maestra es peligroso, y aunque todos tenemos nuestro puntito friky tampoco hay que pasarse.

UPyD usó una gallina que vio en El Ala Oeste y Pablo Iglesias le regaló “Juego de Tronos” al Rey para hacerse el gracioso. Hay diferencia.

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