Vázquez Taín, el famoso juez |
El Juez Vázquez Taín ofreció el lunes una amena conferencia con la que se inauguraron las XXX Jornadas Penitenciarias Lucenses, organizadas por la asociación Concepción Arenal. En ese acto aprovecharon para otorgar las medallas de la Asociación que este año recayeron en varias entidades como Fundación San Rosendo, ALUME o ALAR Galicia, y entre otras personas a la siempre dulce y cariñosa Noemi Mazoy, en agradecimiento por el concierto que ofreció desinteresadamente para recaudar fondos para un proyecto de la asociación.
Si les soy sincero fui al acto porque pensé que era solamente la entrega de medallas. No sabía que había conferencia después y me llevé una desagradable sorpresa pensando que me tendría que comer un tostón sobre temas penitenciarios que realmente me interesan lo justo, para qué les voy a engañar. Nada más lejos. El ponente fue Vázquez Taín, juez al que seguro que conocen porque llevó casos tan sonados como el del robo del Códice en la Catedral de Santiago o el asesinato de Asunta. Nos encontramos a un conferenciante ameno, entretenido y que logró que la audiencia no se perdiera ni una sola de sus palabras. Intentaré resumir aquí, reconozco que con bastante menos gracia que la que él tiene, las interesantes lecciones que nos transmitió.
El tema debería ser objeto de un cursillo para los que van a ser padres. Hablaba de los peligros de Internet y de la influencia sobre los menores en dos aspectos concretos: la pederastia y el acoso.
Vázquez Taín empezó encuadrando el tema jurídicamente explicándonos que Internet es una especie de mundo paralelo, alejado de toda regulación y de cualquier intento de un país concreto de ponerle normas. ¿Qué nacionalidad tiene Internet?: ninguna. Sin embargo esto no se debe tanto a que los países no puedan regular como que no quieran regular, porque quienes están detrás de esa supuesta “libertad total” son las grandes empresas de Internet, los gigantes de la comunicación digital.
Entre los muchos ejemplos que puso explicó que las redes de pederastas tienen una palabra secreta con la que hacen sus búsquedas de pornografía infantil. Esa palabra, que por supuesto no nos reveló, es tan importante que si los servidores de Internet borrasen todos los contenidos que la llevan desaparecería un altísimo porcentaje de pornografía infantil. ¿Por qué no lo hacen? Vayan ustedes a saber, pero pasan del asunto.
En resumen nos explicó el mecanismo de cómo los pederastas se hacen con pornografía infantil de cualquier niño de nuestro entorno. Todo se basa en que los críos tienen una confianza absoluta en el ordenador, un sentimiento que no tienen ni hacia sus propios padres. El pederasta lo sabe y se introduce en redes con perfiles falsos, de una niña o un crío de edad similar a la víctima. Gradualmente y con tiempo se va ganando la confianza de la víctima, es comprensivo, atento y “la entiende”.
Llega un día en que le envía una supuesta foto suya con cualquier pretexto: “fíjate, yo también tengo problemas, tengo los pechos muy pequeños”, y la víctima acaba cayendo y enviándole algo inapropiado… y entonces ya es suya. Se desenmascara y amenaza a la cría: “Tengo esta foto tuya y si no me envías más se la enseño a tus compañeros de clase y a tu familia”.
Una de las frases terribles que dijo Vázquez Taín fue “he visto casos en que hay vídeos de relaciones sexuales entre primos porque se les chantajeaba”. Hasta ahí puede llegar el asunto, para que se hagan a la idea.
¿Cómo evitarlo? Transmitiendo a los niños prudencia ante los desconocidos que se ganan su confianza, que no conocen físicamente, y cuando hagan algo que no deben (son niños, no nos engañemos) que sepan que lo pueden contar con total garantía de que no les pasará nada. Es la única forma, que confíen más en sus padres que en el ordenador. ¡Qué triste (y qué necesario) tener que llegar a decir eso en una conferencia!
En cuanto al acoso escolar, también nos explicó que muchas veces para un adulto es incomprensible la presión que siente un niño ante ese tema. Se debe a que las generaciones más jóvenes viven ese “mundo paralelo” virtual del que hablábamos al principio como algo más real que el mundo físico. Miden su éxito social en los “me gusta” de sus fotos en Instagram o en “retuits”.
Asumiendo eso como tal veremos que harán cualquier cosa por incrementar esa popularidad digital, publicando lo que sea necesario... y que cualquier amenaza sobre su mundo paralelo es inasumible. Nos contó el caso de una niña a la que acosaban por Internet. Primero le sonsacaron datos personales y desde que los tenían le enviaban montajes en que se veía su cabeza en un cadáver abierto o en prácticas de zoofilia. La presión para la niña era insufrible, y probó a cambiar de perfiles, incluso de redes y la siguieron persiguiendo. Los criminales eran de Brasil y lo hacían por pura diversión, lo que es todavía más horrible.
Afortunadamente ese caso se solucionó porque la niña lo contó a sus padres y estos la ayudaron a salir del pozo (psicólogos de por medio) y asumió que el mundo físico es el real, no el otro. Pero no siempre es así, y aunque a la mayoría de los adultos les parezca inconcebible llegar al suicidio porque su “mundo virtual” se hunda, para un chaval puede ser una conclusión razonable. Volvemos a la confianza en los padres como único escape seguro de ese espantoso panorama.
Todo esto nos lo contó con gracia, plagando de anécdotas y ejemplos sus afirmaciones, y con el bagaje que le da la experiencia en el juzgado. Obviamente este artículo es un pálido reflejo de la conferencia del lunes, así que si tienen ocasión de escuchar a Vázquez Taín no se lo pierdan.
Ah, y quédense con la copla: la confianza de los hijos es fundamental para luchar contra estas cosas. Lo que más me gustó es que no metió a las administraciones de por medio.
Si les soy sincero fui al acto porque pensé que era solamente la entrega de medallas. No sabía que había conferencia después y me llevé una desagradable sorpresa pensando que me tendría que comer un tostón sobre temas penitenciarios que realmente me interesan lo justo, para qué les voy a engañar. Nada más lejos. El ponente fue Vázquez Taín, juez al que seguro que conocen porque llevó casos tan sonados como el del robo del Códice en la Catedral de Santiago o el asesinato de Asunta. Nos encontramos a un conferenciante ameno, entretenido y que logró que la audiencia no se perdiera ni una sola de sus palabras. Intentaré resumir aquí, reconozco que con bastante menos gracia que la que él tiene, las interesantes lecciones que nos transmitió.
El tema debería ser objeto de un cursillo para los que van a ser padres. Hablaba de los peligros de Internet y de la influencia sobre los menores en dos aspectos concretos: la pederastia y el acoso.
Vázquez Taín empezó encuadrando el tema jurídicamente explicándonos que Internet es una especie de mundo paralelo, alejado de toda regulación y de cualquier intento de un país concreto de ponerle normas. ¿Qué nacionalidad tiene Internet?: ninguna. Sin embargo esto no se debe tanto a que los países no puedan regular como que no quieran regular, porque quienes están detrás de esa supuesta “libertad total” son las grandes empresas de Internet, los gigantes de la comunicación digital.
Entre los muchos ejemplos que puso explicó que las redes de pederastas tienen una palabra secreta con la que hacen sus búsquedas de pornografía infantil. Esa palabra, que por supuesto no nos reveló, es tan importante que si los servidores de Internet borrasen todos los contenidos que la llevan desaparecería un altísimo porcentaje de pornografía infantil. ¿Por qué no lo hacen? Vayan ustedes a saber, pero pasan del asunto.
En resumen nos explicó el mecanismo de cómo los pederastas se hacen con pornografía infantil de cualquier niño de nuestro entorno. Todo se basa en que los críos tienen una confianza absoluta en el ordenador, un sentimiento que no tienen ni hacia sus propios padres. El pederasta lo sabe y se introduce en redes con perfiles falsos, de una niña o un crío de edad similar a la víctima. Gradualmente y con tiempo se va ganando la confianza de la víctima, es comprensivo, atento y “la entiende”.
Llega un día en que le envía una supuesta foto suya con cualquier pretexto: “fíjate, yo también tengo problemas, tengo los pechos muy pequeños”, y la víctima acaba cayendo y enviándole algo inapropiado… y entonces ya es suya. Se desenmascara y amenaza a la cría: “Tengo esta foto tuya y si no me envías más se la enseño a tus compañeros de clase y a tu familia”.
Una de las frases terribles que dijo Vázquez Taín fue “he visto casos en que hay vídeos de relaciones sexuales entre primos porque se les chantajeaba”. Hasta ahí puede llegar el asunto, para que se hagan a la idea.
¿Cómo evitarlo? Transmitiendo a los niños prudencia ante los desconocidos que se ganan su confianza, que no conocen físicamente, y cuando hagan algo que no deben (son niños, no nos engañemos) que sepan que lo pueden contar con total garantía de que no les pasará nada. Es la única forma, que confíen más en sus padres que en el ordenador. ¡Qué triste (y qué necesario) tener que llegar a decir eso en una conferencia!
En cuanto al acoso escolar, también nos explicó que muchas veces para un adulto es incomprensible la presión que siente un niño ante ese tema. Se debe a que las generaciones más jóvenes viven ese “mundo paralelo” virtual del que hablábamos al principio como algo más real que el mundo físico. Miden su éxito social en los “me gusta” de sus fotos en Instagram o en “retuits”.
La presión del mundo virtual sobre el real a veces es inasumible para algunos |
Afortunadamente ese caso se solucionó porque la niña lo contó a sus padres y estos la ayudaron a salir del pozo (psicólogos de por medio) y asumió que el mundo físico es el real, no el otro. Pero no siempre es así, y aunque a la mayoría de los adultos les parezca inconcebible llegar al suicidio porque su “mundo virtual” se hunda, para un chaval puede ser una conclusión razonable. Volvemos a la confianza en los padres como único escape seguro de ese espantoso panorama.
Todo esto nos lo contó con gracia, plagando de anécdotas y ejemplos sus afirmaciones, y con el bagaje que le da la experiencia en el juzgado. Obviamente este artículo es un pálido reflejo de la conferencia del lunes, así que si tienen ocasión de escuchar a Vázquez Taín no se lo pierdan.
Ah, y quédense con la copla: la confianza de los hijos es fundamental para luchar contra estas cosas. Lo que más me gustó es que no metió a las administraciones de por medio.
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