jueves, 5 de enero de 2017

¿Se intenta torpedear la fiscalización de las subvenciones?



Para un liberal como yo, una subvención es una distorsión del sistema que ha de ser una excepción, un tema puntual que Estado utiliza cuando quiere beneficiar determinadas situaciones o comportamientos que le convienen y para el que no puede o no debe sacar una norma de obligado cumplimiento. En Lugo hablamos ahora de este asunto porque el Ayuntamiento ha soltado una lluvia de dinero que ni el Gordo de Navidad, han concedido en ayudas 1.134.580,80 euros si mi calculadora funciona correctamente. Es una pasta.

El problema con las subvenciones no es la idea en sí, sino el vicio que se les coge. Recuerdo que hace años me trajeron unos estatutos de una asociación, que como todas se supone que era sin ánimo de lucro (pausa para risas). Entre sus fines tenía la “obtención de subvenciones”. No es algo malo reconocer que se crea para eso, pero hombre, al menos podían disimular un poco como hacen todas las demás.

En las ayudas de que hablamos la intención aparentemente es buena: ponemos a andar un dinero para que se cree empleo, y así generar riqueza. No suena nada mal, a que no, pero tiene sus peligros. El primero de ellos es que si uno repasa el listado de entidades a las que se han otorgado los cuartos verá que en muchas ocasiones los nombres nos suenan: empresas que son habituales contratistas del Ayuntamiento, otras (o las mismas) que también han recibido ayudas públicas en planes similares de la Diputación (los Ben Empregado 1, 2 y 3), de la Xunta, del Estado... Vamos, que viven del erario público que es mucho más cómodo que molestarse en buscarse las lentejas por el mundo adelante.

Hoy solo voy a hacer una pequeña reflexión sin entrar en el fondo del asunto, que a eso le dedicaré tiempo el puente para ponerles algo más enjundioso la semana que viene con datos... Hoy me referiré precisamente a la cuestión de la obtención de los datos y de cómo se intenta torpedear consciente o inconscientemente, la labor de fiscalización que todo ciudadano tiene derecho a ejercer respecto a nuestro dinero. Vamos por partes.

Lo primero es entender que no solo la oposición tiene la obligación de repasar estas cosas. Cualquier ciudadano con inquietudes tiene el deber de estar pendiente en la medida de sus posibilidades y plantear las dudas que le puedan surgir. Si un particular, como es mi caso, encuentra algo que le chirría lo suyo es afear al gobierno lo que ha hecho mal y a la oposición el pasar del tema olímpicamente, algo que en este blog hacemos con cierta frecuencia. Después de todo ese dinero no es ni del gobierno ni de la institución, es de todos, es nuestro dinero.

Una vez justificado el por qué todos tenemos vela en este entierro, vamos a plantearnos ciertas cuestiones que parecen secundarias pero no lo son. Por ejemplo ¿por qué los datos se publican con la aparente intención de que no sean útiles? Verán, los planes Ben Empregado 1, 2 y 3 están en la web de la Diputación, con lo que por supuesto cumplen con la famosa “transparencia”... pero es llamativo que en ocasiones el titular de la subvención aparezca con nombre y apellidos y otras veces con apellidos y nombre. ¿Un asunto menor? No, porque esa tontería hace que sea más difícil encontrar si ha cobrado dos veces, o tres, o cuatro...

En la misma línea es llamativo que incluso la misma administración publique los listados de datos con diferente orden o con distintos campos. Así es una tarea mucho más compleja el hacer una comparación, aunque lo único que consiguen es que quienes no somos asequibles al desaliento nos mosqueemos y pensemos que se quiere ocultar algo. 

Listado del Ben Empregado 1

Listado del Ben Empregado2

Listado del Ben Empregado3
Listado del conTrato Feito

Parece que la solución es sencilla, a que sí: poner el CIF. Los Ben Empregado 1 y 2 no incluían ese dato, con lo que es muy fácil disimular un doblete. Por ejemplo si doy x euros a la Asociación de Ayuda al Perro Abandonado en un plan, y al año siguiente en el nombre pongo que le doy y euros a la AAPA, casi nadie caerá del guindo... El CIF es más fácil de pillar y hay que felicitar al Ayuntamiento porque su listado del conTrato Feito está mucho más completo que los otros.

Otra cuestión es el tema de la acumulación de subvenciones. Por ejemplo, hay una entidad que tiene el mismo nombre como empresa y como cooperativa, y se ha llevado cuatro subvenciones (dos del conTrato Feito municipal, una de Ben Empregado 2 y otra de Ben Empregado 3). Es perfectamente legal... porque las bases están hechas permitiendo eso, pero no parece muy normal, sobre todo si hablamos de entidades que deberían estar más o menos asentadas por tener una actividad conocida en la ciudad. Parece ilógico que puedas reunir casi 60.000 euros de distintas ayudas mientras otras entidades quedan fuera.

Además, hasta donde yo sé no existe ningún punto de focalización de ayudas. Es decir, que se supone que si somos tan transparentes y tan guays lo normal sería que hubiera una página web en que poniendo el CIF de una entidad te salieran todas las ayudas recibidas de las distintas administraciones y esto no es así.

Como es muy complicado poner de acuerdo a todas las administraciones (sobre todo cuando no quieren), y además es un tema que no está bajo el control municipal, hay otro camino muy sencillo para unificar información: exigir a las empresas y entidades que reciban dinero municipal a tener en su web un apartado claramente visible en que se publiquen TODAS las ayudas recibidas de cualquier administración.

Lo suyo sería que si yo quiero saber, porque me da la gana saberlo, qué contratos, ayudas y subvenciones ha recibido una empresa determinada tendría que ser sencillo obtener esos datos. Por supuesto se pueden trampear, tal y como nos explicó Carmen Basadre en un pleno (se ve que le ha dedicado tiempo al tema) pidiendo una subvención a nombre de una sociedad y otra a nombre de otra o de un autónomo, pero ahí ya se meterá Hacienda, no se preocupen. Además, vamos por partes que hay para todos.

¿Les preocupa la protección de datos? Bueno, si nos ponemos estupendos es normal, pero la solución no puede ser más simple: si no quieren que sepamos que reciben nuestro dinero no lo pidan. Lo demás parece un intento bastante simplón de torpedear la fiscalización de las subvenciones.

La próxima semana analizaremos qué empresas y entidades, que también hay algunas que son asociaciones sin ánimo de lucro (otra pausa para risas), han recibido pasta desde distintas fuentes. Será muy revelador, ya lo verán.

1 comentario:

  1. Hola....Está muycbien su reflexión....A la que yo solo añadiría......JA!!!!!

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