Como ya les deseé lo de feliz año nuevo el viernes (lo de las fechas de estas fiestas es una puñeta, sí) voy a entrar en materia directamente y a tratar un tema de este Lugo nuestro del alma. Y no será el típico tema festivo de “hay que ver qué bonito está todo cuando hay helada aunque haga frío” sino un asunto con cierta enjundia.
Para entrar en materia, les cuento que el pasado día 21 de diciembre el Boletín Oficial de la Provincia de Lugo publicó la aprobación definitiva del nuevo “Consejo Municipal de Turismo”, un organismo de esos que se crean para hacer ver que se hace algo aunque realmente no valga para nada. Sé que es empezar un poco fuerte, pero oigan yo no tengo la culpa de que la dura realidad sea que cuando no sabes qué hacer con un tema la solución más sencilla (en apariencia, porque es una huida hacia adelante y no una salida real) sea crear un comité.
Si se molestan en echar un vistazo al reglamento en cuestión verán que los objetivos de este Consejo son tan variados como vagos. “Asesorar”, “compartir”, “debatir”, “fomentar”, “proponer”... vamos las típicas cositas de circunstancias para que parezca que se meten en todo pero sin que tengan competencias reales en nada. Ni una sola función real, ni un único “poder” para decidir nada, simplemente es una reunión de amiguetes que van a hablar sobre el tema de Turismo, como podían juntarse para aquellos concursos de Miss Cacaolat que hacía Pepe Garalva.
Además de sus confusas funciones, el Consejo tiene nada más y nada menos que 25 miembros. La primera imagen que me ha venido a la cabeza es el “Sálvame” o una cosa de esas, aunque como preside la Alcaldesa lo más probable es que se mantengan unas mínimas formas, que después de todo es la que llegado el momento firma las subvenciones, así que hay que portarse bien.
Verán, como les digo preside la alcaldesa, la vicepresidenta del Consejo será Carmen Basadre (lo cual asegura el desastre, como bien sabemos todos), una secretaría recaerá en un funcionario de la concejalía de Basadre, y además de estos tres miembros habrá 22 más: un concejal del gobierno (es decir, otro), un “técnico” de Cultura (doblete nuevamente), un técnico del servicio de arqueología, un concejal de cada partido político (con lo que el grupo de gobierno tendrá 4 miembros en este Consejo, que ya son), representantes de Xunta, Diputación, Universidad, empresas, asociaciones... Vamos que no han metido al obispado de casualidad, y si les digo la verdad me sorprende porque en turismo algo tendrían que poder decir, ya que una de nuestras bazas, el Camino Primitivo, no deja de ser un tema fundamentalmente religioso.
El hecho de que de esos 25 miembros solamente 4 sean representantes de los empresarios del sector es de chiste. Meter a asociaciones de vecinos y otra gente que tiene la misma relación con el turismo que yo con la pesca es muy bonito, pero más una jugada política de cara a la galería que una cuestión práctica. De hecho es una torpeza, pero no olvidemos que el fin último de este “Consejo” no es promocionar el turismo, sino ganar votos. Siempre es el objetivo de todo.
De la composición lo que más me ha llamado la atención es el último punto: “representante de personal bloguero, comunicador o periodista especializado en turismo del Ayuntamiento”. Mira por dónde a lo mejor si no estuviera escribiendo estas líneas tan críticas a lo mejor hasta tenía posibilidades de meter la nariz, aunque sé que es difícil que a alguien tan “tocanarices” (vienen los reyes magos este viernes y hay que ser un poco fino) se le otorgue voz y voto, no sea que les recuerde que la emperatriz va desnuda.
Como propósito de año nuevo voy a intentar explicar qué haría yo si tuviera que enfrentarme a este tema, para ver si así soy más constructivo. Ya lo hacía, pero si llamo la atención sobre el particular queda mejor, a que sí.
Lo primero es que si quieres tomarte un tema con cierta seriedad tienes que escapar de la politización del mismo. Crear un Consejo de Turismo y pretender controlarlo con una mayoría aplastante de personas a las que diriges tú (concejales, representantes de entidades “amigas”, funcionarios que dependen de ti...) es de coña. La independencia es la piedra angular para que cada cual pueda abrir la boca sin temer las consecuencias, o al menos para la función no sea avalar ciegamente lo que se mande.
Por otr lado, para que un ente de este tipo sea operativo no puede tener semejante cantidad de personas, porque solo han faltado los militares y los sindicatos (estos últimos sorprendentemente no han protestado por que se haya ignorado su papel, se ve que ahí no pagan dietas).
Meter a representantes del movimiento asociativo de Lugo está muy bien, porque también te garantizas votos. Recuerdo claramente las pocas reuniones a las que asistí, que parecían patrocinadas por Lagarto, de la cantidad de jabón que se le daba al gobierno y el seguidismo absoluto de toda cuanta propuesta o palabra salía de los labios del alcalde o alcaldesa de turno. Una vez más tenemos que recordar que si vives de subvenciones no tienes mucha opción para morder la mano que te alimenta, y así no vamos a ninguna parte.
Si realmente se quiere un ente que valga para algo el modelo debería ser más similar a los antiguos Patronatos que a esta cosa que han parido. El Patronato dependía directamente del Gobierno Local pero tenía unas funciones concretas, un presupuesto... y un gerente que daba explicaciones de lo que hacía. Era una especie de concejalía en la sombra, un mecanismo que ahora que las mayorías absolutas se ponen cada vez más difíciles es un chollo administrativo, pero con la gran ventaja de que podías mandar a su casa al gerente si no lo hacía bien. Al concejal (o concejala) que te sobra te lo tienes que comer.
Puede parecer contradictorio que proponga un ente dependiente cuando critico la dependencia de los miembros del Consejo, pero es que son enfoques distintos. Un ente propio controlado por el Gobierno es una herramienta de éste. El Consejo es simplemente un intento de hacer ver lo dialogantes y guays que son sin que les cueste más esfuerzo que aguantar las monsergas de los “presidentes de...” de turno durante una o dos horas cada seis meses, y seguir haciendo lo que les da la gana, lo que es lo mismo que decir que no se hará nada.
Lo de tener una “mesa de diálogo” es una barbaridad porque se supone que ya se dialoga, pero se ve que no, que hay que sacar algo para que parezca que se hace. “Parezca” es la palabra clave.
Ojalá me equivoque pero tengo mis serias dudas sobre este asunto. Quizá algún día las cosas se encaren pensando en solucionar problemas y no en crearlos, pero hasta ese momento tendremos otro montón de papeles que mover para convocar reuniones aburridísimas de las que no saldrá nada
Para entrar en materia, les cuento que el pasado día 21 de diciembre el Boletín Oficial de la Provincia de Lugo publicó la aprobación definitiva del nuevo “Consejo Municipal de Turismo”, un organismo de esos que se crean para hacer ver que se hace algo aunque realmente no valga para nada. Sé que es empezar un poco fuerte, pero oigan yo no tengo la culpa de que la dura realidad sea que cuando no sabes qué hacer con un tema la solución más sencilla (en apariencia, porque es una huida hacia adelante y no una salida real) sea crear un comité.
Si se molestan en echar un vistazo al reglamento en cuestión verán que los objetivos de este Consejo son tan variados como vagos. “Asesorar”, “compartir”, “debatir”, “fomentar”, “proponer”... vamos las típicas cositas de circunstancias para que parezca que se meten en todo pero sin que tengan competencias reales en nada. Ni una sola función real, ni un único “poder” para decidir nada, simplemente es una reunión de amiguetes que van a hablar sobre el tema de Turismo, como podían juntarse para aquellos concursos de Miss Cacaolat que hacía Pepe Garalva.
Además de sus confusas funciones, el Consejo tiene nada más y nada menos que 25 miembros. La primera imagen que me ha venido a la cabeza es el “Sálvame” o una cosa de esas, aunque como preside la Alcaldesa lo más probable es que se mantengan unas mínimas formas, que después de todo es la que llegado el momento firma las subvenciones, así que hay que portarse bien.
Verán, como les digo preside la alcaldesa, la vicepresidenta del Consejo será Carmen Basadre (lo cual asegura el desastre, como bien sabemos todos), una secretaría recaerá en un funcionario de la concejalía de Basadre, y además de estos tres miembros habrá 22 más: un concejal del gobierno (es decir, otro), un “técnico” de Cultura (doblete nuevamente), un técnico del servicio de arqueología, un concejal de cada partido político (con lo que el grupo de gobierno tendrá 4 miembros en este Consejo, que ya son), representantes de Xunta, Diputación, Universidad, empresas, asociaciones... Vamos que no han metido al obispado de casualidad, y si les digo la verdad me sorprende porque en turismo algo tendrían que poder decir, ya que una de nuestras bazas, el Camino Primitivo, no deja de ser un tema fundamentalmente religioso.
El hecho de que de esos 25 miembros solamente 4 sean representantes de los empresarios del sector es de chiste. Meter a asociaciones de vecinos y otra gente que tiene la misma relación con el turismo que yo con la pesca es muy bonito, pero más una jugada política de cara a la galería que una cuestión práctica. De hecho es una torpeza, pero no olvidemos que el fin último de este “Consejo” no es promocionar el turismo, sino ganar votos. Siempre es el objetivo de todo.
De la composición lo que más me ha llamado la atención es el último punto: “representante de personal bloguero, comunicador o periodista especializado en turismo del Ayuntamiento”. Mira por dónde a lo mejor si no estuviera escribiendo estas líneas tan críticas a lo mejor hasta tenía posibilidades de meter la nariz, aunque sé que es difícil que a alguien tan “tocanarices” (vienen los reyes magos este viernes y hay que ser un poco fino) se le otorgue voz y voto, no sea que les recuerde que la emperatriz va desnuda.
Como propósito de año nuevo voy a intentar explicar qué haría yo si tuviera que enfrentarme a este tema, para ver si así soy más constructivo. Ya lo hacía, pero si llamo la atención sobre el particular queda mejor, a que sí.
Lo primero es que si quieres tomarte un tema con cierta seriedad tienes que escapar de la politización del mismo. Crear un Consejo de Turismo y pretender controlarlo con una mayoría aplastante de personas a las que diriges tú (concejales, representantes de entidades “amigas”, funcionarios que dependen de ti...) es de coña. La independencia es la piedra angular para que cada cual pueda abrir la boca sin temer las consecuencias, o al menos para la función no sea avalar ciegamente lo que se mande.
Por otr lado, para que un ente de este tipo sea operativo no puede tener semejante cantidad de personas, porque solo han faltado los militares y los sindicatos (estos últimos sorprendentemente no han protestado por que se haya ignorado su papel, se ve que ahí no pagan dietas).
Borrador de las futuras actas del "Consejo" |
Si realmente se quiere un ente que valga para algo el modelo debería ser más similar a los antiguos Patronatos que a esta cosa que han parido. El Patronato dependía directamente del Gobierno Local pero tenía unas funciones concretas, un presupuesto... y un gerente que daba explicaciones de lo que hacía. Era una especie de concejalía en la sombra, un mecanismo que ahora que las mayorías absolutas se ponen cada vez más difíciles es un chollo administrativo, pero con la gran ventaja de que podías mandar a su casa al gerente si no lo hacía bien. Al concejal (o concejala) que te sobra te lo tienes que comer.
Puede parecer contradictorio que proponga un ente dependiente cuando critico la dependencia de los miembros del Consejo, pero es que son enfoques distintos. Un ente propio controlado por el Gobierno es una herramienta de éste. El Consejo es simplemente un intento de hacer ver lo dialogantes y guays que son sin que les cueste más esfuerzo que aguantar las monsergas de los “presidentes de...” de turno durante una o dos horas cada seis meses, y seguir haciendo lo que les da la gana, lo que es lo mismo que decir que no se hará nada.
Lo de tener una “mesa de diálogo” es una barbaridad porque se supone que ya se dialoga, pero se ve que no, que hay que sacar algo para que parezca que se hace. “Parezca” es la palabra clave.
Ojalá me equivoque pero tengo mis serias dudas sobre este asunto. Quizá algún día las cosas se encaren pensando en solucionar problemas y no en crearlos, pero hasta ese momento tendremos otro montón de papeles que mover para convocar reuniones aburridísimas de las que no saldrá nada
Pobre Turismo de Lugo si depende de esto...
Este Consello de Turismo é unha goleada ao sector en propia meta.
ResponderEliminarHai que recoñecerlles que a xogada é moi boa; defines unha vaga de membros grande, funcionarios municipais afíns, técnicos varios afíns, universidade, deputación, asociacións de tipo social (moi respectables, pero ¿qué pintan aquí?) cuxa característica común é "ser da casa"; son moitos e todos responden ao unísono a "la voz de su amo" fronte a dous ou tres representantes do sector, que son os realmente interesados e que se baten o cobre tódolos días, pero que ao mellor poden "non ser da casa".
Vale, imaxino que estades pensando que só é un organo consultivo, pero calquera que coñeza un pouco a Administración sabe que acaban sendo organos instrumentais, unha sorte de "consello de sabios" que dispara frechas envelenadas contra as disensións que pudera haber con respecto da política oficial. Unha mágoa polo sector, que ao mellor estaban pensando que os nosos políticos son honestos e procuran o mellor para o turismo de Lugo e non perpetuarse nos seus postos a golpe de publicar no BOP normas que os afiancen cada vez máis ás súas cadeiras.
Que será o seguinte? Pois seguramente para demostrar que se fai algo encargarlle a algún amigote da Universidade un deses infumable estudo-análise-plan-etc. feito por becarios sen idea de turismo, cheo de datos que certifiquen o que xa se sabe, que o turismo de Lugo non funciona, e que arroxe esas conclusións absurdas que só estes modernos monxes copistas e alonxados da realidade que é a Universidade sabe facer.
Aparentar que se busca o mellor, e de paso deixarlle algún carto aos amigos, pero seguro que me equivoco que son un mal pensado e xa sabedes que o falar non ten cancelas.
Unha aperta Luis.