martes, 30 de abril de 2019

Tres notas para tres partidos

Los resultados electorales de las Generales del 2019 en esquema.
Ayer no quise escribir sobre los resultados electorales porque el recuento acaba tarde y no eran horas de ponerse a escribir, que hay que madrugar. Hoy poco puedo aportar a mayores de lo que han dicho ya todos los comentaristas y noticiarios, salvo mi opión personal, que es de un profundo, profundísimo alivio por haberme equivocado.

España no es ultra:

España ha demostrado que no somos ese país alocado y visceral, etiquetas que siempre nos cuelgan paises que a día de hoy tienen altos porcentajes de ultras en sus parlamentos. VOX ha entrado en el Congreso, sí, pero ha pinchado respecto a las expectativas generadas y sus 24 escaños quedan lejos, lejísimos de, por ejemplo, los 69 que consiguió Podemos en su primera intentona en el año 2015. Vamos, que el Tsunami nos ha mojado los pies, y aunque sí nos puede acatarrar tenerlos húmedos, la cosa se ha quedado en eso por el momento.

La participación ha sido altísima, una gran noticia que acallará a los que llamaban “okupa” a Sánchez como si la Moción de Censura no fuera una herramienta perfectamente legítima recogida en nuestra Constitución.

No creo que nadie piense que soy socialista (aunque me han colgado sambenitos de todos los colores) y, a pesar de que reconozco que Pedro Sánchez no es santo de mi devoción me alegro del resultado de ayer. Hay importantes lecciones que algunos partidos tienen que aprender, aunque mucho me temo que no lo harán, porque ayer se demostró que los españoles somos mucho, muchísimo más maduros que nuestros dirigentes.


Tres (duras) lecciones para el PP:

No, no es un funeral, aunque, muy fundamentadamente, lo parezca.
  1. La primera reflexión del PP, el gran derrotado de la noche debería ser que perder más de la mitad de los escaños y probablemente se deba a su giro a la derecha más cavernaria. Volver a tener que aguantar a Aznar, el debate sobre el aborto, flirtear a última hora con la posibilidad de pactar con VOX, y las demás torpezas que les han hecho cosechar esa catástrofe… todo eso tendría que suponer la inmediata e irrevocable dimisión de Pablo Casado ayer mismo desde los micrófonos de Génova. Ni lo ha hecho, ni lo hará. Supongo que piensa que a pocas semanas de las municipales sería un error, pero la equivocación es no dar señales de haber entendido la sutil indirecta de los españoles: Casado, a tu casa.
  2. La segunda idea es que estrategia de obligar al PSOE a pactar con los nacionalistas y después echárselo en cara no funciona. La gente no es idiota y entiende que todos pactan con Satanás si es necesario para alcanzar el gobierno. El propio PP firmó pactos con PNV y Pujol sin sonrojarse (por cierto, ¿por qué seguimos sin ver a Pujol pisar una celda?), si bien se supone que no eran separatistas, pero nos entendemos, sus políticas fueron lo que nos han traído hasta esta terrible situación, así que venir ahora de digno no cuela.
  3. La tercera lección para Casado, deriva directamente de lo anterior… ¿Por qué no se plantean votar a favor de la investidura de Sánchez? Han ganado clamorosamente, mientras el PP ha sido diezmado… no pasa nada por reconocerlo, por decir “oigan, los españoles les han votado para gobernar y nosotros vamos a facilitarles la investidura para que no tengan que hacer cesiones a Podemos o los independentistas”. Eso sí sería tener sentido de Estado y dejar fuera de juego a los que sí quieren romper el país.

    Sobre esto último, tenemos un ejemplo muy cercano. En las elecciones de 2007 Orozco ganó, aunque perdió su anterior mayoría absoluta, y García Díez, en lo que fue sin duda el mayor acto de coherencia que he visto nunca en política, votó a favor de su investidura como alcalde porque es lo que había dicho en campaña: que gobierne el más votado. El efecto colateral fue impedir de esa forma un gobierno bipartito PSOE/BNG, una pérdida de poder de la que aún se resiente el Bloque a día de hoy.

Tres (importantes) precauciones para Ciudadanos:

Sonríe con la boca, pero no con los ojos...
  1. Ciudadanos ha subido espectacularmente y se ha quedado a 200.000 votos de superar al PP… pero no lo ha superado. Pasa a ser la tercera fuerza política del país, que no es moco de pavo, pero tienen que recordar que Podemos lo fue, con muchos más escaños, y ya ven la caída en picado que ha sufrido y que los deja ahora en cuarto lugar por haber decepcionado a muchos de sus votantes. Eso hace que Rivera tenga que tomarse el ascenso con cierta prudencia.
  2. Tal y como están las cosas Ciudadanos puede ser el sustituto del PP, convirtiéndose en una derecha moderada, liberal y moderna al estilo de las que funcionan en Europa. La cuestión es que se lo crean demasiado, o demasiado pronto, y empiecen a tener tics de ganador sin haber ganado, que pasa mucho. Definirse y afianzarse en políticas liberales en lo social y (algo menos) en las económicas (planteando diferenciar legalmente las PYMES de las grandes empresas, por ejemplo), es el camino que tienen por delante para plantar cara al futuro.
  3. El tercer punto con el que deberían ser precavidos es con sus “líneas rojas”. No es ni medio lógico que pongan un “cinturón sanitario” al PSOE pero no tengan problema en acostarse con VOX, tienen las prioridades un poco descolocadas, y se alejan de aquel Rivera en ascenso, respetuoso con PP y PSOE (y sus votantes) pero que les afeaba sus graves errores. Por ahí iba bien.

    Las palabras de Rivera le han atado para hacer ahora lo que debería: dar la investidura a Sánchez (lo mismo que decía antes para el PP vale para Ciudadanos), demostrando sentido de Estado. Lo que pasa es que tras quedarse ronco en campaña diciendo que no lo haría, sería su enésima corrección de rumbo y no creo que se asumible para ellos. Tal vez una abstención…

Tres (modestas) advertencias para el PSOE:

El Lázaro de la política, resucitado de la nada al todo. "Baraka", que diría Felipe González.
  1. Al que gana no se le tose, pero deberían tener en cuenta que no todo lo que hicieron fueron aciertos, no se engañen. Han ganado porque muchos han tenido miedo (fundado) a VOX y ahora tienen que demostrar estar a la altura de las circunstancias. Casi han duplicado al segundo partido, sí, pero están muy lejos del PSOE todopoderoso de González o de los tiempos en que con arañar unos cuantos votos en el Congreso era suficiente.
  2. Deberían tomar nota: España es moderada. No nos gustan los extremos ni de izquierdas ni de derechas, y este país ha decidido que es mejor un Sánchez más o menos fuerte, que un Casado débil que entregue las riendas de medio Gobierno a los ultras. Los mensajes de Sánchez en la noche electoral fueron adecuados: límites en la Constitución y mano tendida a todos los partidos.
  3. La tercera advertencia es la que hacían al César los que le portaban la corona de laurel: “Recuerda que solo eres un hombre”. Han ganado las elecciones, por supuesto que sí, pero no se vengan arriba más de la cuenta (hombre, algo sí, que les ha ido bien, nos entendemos).

Hala, ya he cumplido con lo que tocaba. Mañana es festivo, así que pasado volveremos a hablar de Lugo, que para eso estamos aquí.

2 comentarios:

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