martes, 25 de enero de 2022

Tras la fiesta hay que limpiar

Año y medio, al menos, llevan esos globos ahí... dando una imagen de dejadez muy simbólica.

A todos nos gustan las fiestas, pero lo de recoger la mesa y fregar la vajilla es menos atractivo, eso es difícil de rebatir. Cuando hablamos de la vía pública es sorprendente (aunque cada vez menos en este Lugo nuestro gestionado - es un decir - de aquella manera) que los restos de las celebraciones queden ahí durante años dando vergüenza propia y ajena.

Es el caso de la calle San Pedro, una de las más importantes en el ámbito comercial del casco histórico, y que se ve afeada desde hace años por unos globos descoloridos y casi diría que podridos (si es que el plástico se pudre, que lo dudo) de una fiesta que se celebró, si mal no recuerdo, en verano de 2020.

Si uno tiene en cuenta que en esas calles se puso iluminación de Navidad, de San Froilán y nuevamente de Navidad en 2021, choca más aún que no se hayan dignado a retirar esos restos, aunque bien es cierto que la empresa concesionaria de la iluminación no tiene por qué andar retirando la basura que se contrata con otras entidades privadas. Es más bien la falta de cuidado de estas últimas y del Ayuntamiento que las contrata pero no tiene en cuenta la retirada de residuos.

Es dejadez pura, porque hay que decir que cuando alguien se acuerda a la administración le falta tiempo para echar una mano. Les pongo un ejemplo: todos los años que organizamos el Milagro de San Vicente en que la fuente de la Plaza del Campo mana vino nos preocupa mucho el tema de la limpieza del monumento, porque comprenderán que somos los menos interesados en dañarlo lo más mínimo. Pues no hay problema: en el escrito de petición pedimos al Ayuntamiento la limpieza de la fuente antes y después de su uso y el personal de Urbaser se encarga de dejarla como los chorros del oro. Lo haríamos nosotros, pero si les soy sincero me da miedo meter la pata y dañar la fuente.

Los globos de San Pedro son síntoma de que a nadie le importa un pito, y eso es, como mínimo, triste. Eso sí, después pretendemos ser Patrimonio de la Humanidad. Deberían viajar un poco y ver cómo cuidan sus cascos históricos las ciudades que obtienen ese reconocimiento y se pondrían colorados, aunque dudo de la capacidad de rubor de nuestros gestores (de nuevo, es un decir).

2 comentarios:

  1. 100% de acuerdo. En el barrio de la Milagrosa, pusieron banderolas en algunas calles (por ejemplo curros enriquez y camiño real). El estado actual es descolorido, roto y con una sensación de abandono (como cuando pasas por la nacional que atraviesa un pueblo y siguen los adornos de las fiestas del año anterior)... desde mi punto de vista era mejor no poner nada, ya que ahora queda mucho peor que sin nada

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  2. Totalmente de acuerdo, pero bueno, sabiendo quienes fueron los que se encargaron de ponerlos...

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