viernes, 14 de enero de 2022

Las grandes cadenas no nos salvarán

Ver en un centro comercial una buena noticia para el comercio del resto de la ciudad es un auténtico contrasentido

Es inconcebible que los líderes políticos sepan tan poco de la economía real, la que no depende de impuestos y subvenciones. Dar por sentado que una gran inversión que la ciudad recibe de fuera es una noticia positiva es no entender que ese dinero viene para generar más, que se va de aquí. Así funciona el tema.

La reapertura del centro comercial de Abella sería una grandísima noticia para Lugo si los promotores fueran empresas locales, cuyos beneficios se quedasen en nuestra ciudad, pero no es el caso. Los inversores vienen de fuera y sus beneficios se irán a sus sedes. Es lícito, por supuesto, pero no es lo que nos va a sacar las castañas del fuego.

Por si esa incoherencia fuera poca, se nos pretende vender que la reapertura del centro comercial es positiva para el conjunto de Lugo pero no es cierto. Sí, no dudo que se crearán puestos de trabajo, pero a cambio de los que se perderán en las empresas locales que cerrarán. La única esperanza de que no suceda así es que la guerra sea entre áreas comerciales y haga un daño menor al resto de la ciudad, pero es difícil de creer. Ya ha pasado y volverá a pasar.

Hablar de que un centro comercial es una gran cosa que ayudará al comercio local es ridículo. Es como afirmar que las grandes áreas de bricolaje ayudan a la supervivencia de las ferreterías, es justo al revés. No hay más que ver lo que le hizo al otrora espectacular tejido de pequeñas tiendas de A Coruña su disparatada carrera de grandes superficies, que dejó desierta a la mismísima calle Real, milla de oro gallega donde las hubiera y hoy triste reflejo de su pasado.

Estamos perdidos si ciframos el crecimiento económico de la ciudad a las inversiones de las grandes cadenas. Nuestro futuro son los pequeños comercios y los empresarios locales, los que dejan su riqueza en Lugo.

Artículo publicado en La Voz de Galicia del 14 de Enero de 2022

3 comentarios:

  1. Buenos días, sigo sus artículos desde hace tiempo porque me parecen francamente buenos en muchos aspectos.
    Me atrevo, por primera vez, a comentar este en concreto porque toca un área de mi formación académica y profesional, a la que he dedicado muchos años y en los que he podido contrastar muchos "falsos mitos" sobre los centros comerciales y su relación positiva/negativa en las economías locales de las ciudades donde se asientan.
    En este caso, su artículo, hace aguas en los conceptos económicos más básicos sobre inversión Vs beneficios en cualquier actividad económica de esta naturaleza. Criticar que un inversor “extranjero” invierta en Lugo y que se llevará a otro lado sus beneficios es, permítame la expresión, ser algo superficial, pero no quiero entrar en ese nivel de detalle, no me llegarían los caracteres disponibles en este formulario, hay extensa bibliografía de 1º de economía disponible en la red que desmonta este argumento tan simplista.
    Otro "Falso mito" y que se escucha hasta la saciedad entro los defensores a ultranza del comercio más localista, es la afirmación de que los centros comerciales destruyen más empleo de lo que realmente son capaces de generar por su propia actividad. Es este, una vez más, un argumento simplista, pero sobre todo, falso. Por supuesto que se perderán empleos, muy probablemente de pequeños negocios que no sean capaces de modernizarse y adaptarse al nuevo escenario, pero el balance neto de empleo, sin duda, es siempre positivo.
    Sólo tiene que consultar los datos de paro de cualquier ciudad, antes y después de la puesta en marcha de un centro comercial, los datos están ahí, son públicos y no tienen colores políticos.
    Es habitual, en artículos de opinión sobre esta temática, ver la total ausencia de la figura del empresario local que sí cree en este modelo de negocio y aprovecha la oportunidad de asentarse en una gran superficie, bajo un negocio propio o bajo la figura de franquiciado, con éxito, pero que sin embargo los defensores del comercio localista no saben o no quieren reconocer esa figura porque ya no es de "los suyos" y pasa a identificarse como una empresa multinacional que viene a aprovecharse de los lucenses. Tiene muchos ejemplos de empresarios lucenses que actualmente están gestionando negocios LOCALES en cualquiera de las grandes superficies que hay en Lugo, pero se ve que no tienen el honor de que nadie se acuerde de ellos, ni se reconozca su éxito empresarial, simplemente porque su negocio no se asienta en ninguna de las calles más céntricas de la ciudad. Esa misma discriminación la vemos a menudo con las diferentes campañas de la Xunta, Diputación, Concello y Asociaciones de comerciantes a favor del “comercio local”, por lo que no es de extrañar que nadie se acuerde de esos empresarios que han invertido su dinero, crean empleo y pagan impuestos en la ciudad.
    Por aportar un artículo que seguro le puede ayudar a comprender mejor lo que se esconde detrás de una inversión de este tipo, le recomiendo esta lectura, para no caer en argumentos antiguos, más propios de los años 80-90 y que a día de hoy ya no se sostienen pero que desgraciadamente siguen siendo utilizados por los que tienen algún interés, bien particular o político, para mantener viva la “guerra” del mal llamado “comercio local” contra las grandes superficies: https://www.mercasa.es/media/publicaciones/226/1463939339_Centros_comerciales.pdf
    En todo caso, coincido con usted solo en el titular “Las Grandes Cadenas no nos salvarán”, por supuesto que no, pero tampoco son los culpables de nuestros males económicos, los problemas de la economía lucense y del comercio, tema que nos ocupa, son otros muy distintos.

    Agradecido de poder comentar mi opinión.

    Un saludo cordial,

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  2. Sin chegar á entrar en datos económicos, e á marxe de que o centro comercial sexa máis ou menos positivo ou negativo para o comercio local, creo que si está claro que o que vai aportar é, si se xestiona correctamente, unha gran revitalización da zona da Abella. Recordemos que se trata dun barrio abandonado polas diferentes administracións, polo que calqueira iniciativa que axude a mellorar a vida na zona e lle dea un impulso, é unha boa noticia.

    Saúdos.

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  3. Estimado Luís... e anónimos.

    Aínda que comparto a idea de que é mellor que o diñeiro se mova en moitos pequenos establecementos pequenos que nun grande (e de propiedade foránea), non é a motivación económica a que prevalece nesa preferencia; senón unha idea de cidade.

    Un gran centro comercial dese tipo, se ten éxito, funciona como un atractor do estilo dos Mall americanos, de xeito que a xente se mete dentro dun edificio que funciona coma ecosistema pechado onde a xente merca, vai de bares ou a entreterse... Pero nun espazo pechado, normalmente afastado e deixando á cidade sen esa xente e esa actividade.

    Coma eu prefiro unha cidade con rúas vivas, na que pasen cousas interesantes, prefiro que a xente merque en comercios diversos dun barrio (ou de toda a cidade), que vaia a bares en varias rúas, que teña cines, salas de exposicións, xogos infantís, xardíns, etc. na cidade, mellor que dentro dun único edificio.

    Tamén creo que o modelo de facer eses centros na periferia lles aporta unha serie de vantaxes inxustas: menor prezo do terreo, menos competencia ou máis aparcamento ou mellores accesos rodados (aínda que nisto último Abella non é exemplo e é parte do xerme e motivo do seu fracaso); pero novamente non é o tema económico particular o que entendo coma peor, o peor é favorecer e basear o crecemento da cidade nun modelo no que se coloca un centro comercial como atractor e despois se lles levan alí servizos, zonas verdes, edificios públicos (aínda que sexan cousas de madeira sen destino definido), novas zonas residenciais, etc. Mentres se abandona os barrios consolidados.
    Xa que así a cidade malgasta cartos (en novas infraestruturas, accesos, limpeza, seguridade, mantementos varios, etc), espállase innecesariamente, perde densidade e devalúa o valor do existente (que ademais se conservará peor).


    Dito todo o anterior, no caso de Abella, por máis que facelo posiblemente fose un erro; supoño que será mellor que veña alguén a darlle algún tipo de uso a esa mole que tela ahí envellecendo sen función; e iso minimizará parte da decadencia da zona, durante algún tempo.

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