El día 19 de mayo del año pasado, a once días de las elecciones municipales, se emplazó a todas las asociaciones del Arde Lucus a una reunión. La convocante era Lara Méndez, no se sabe muy bien si en condición de Alcaldesa o de candidata a repetir en el cargo (que, para su sorpresa, logró revalidar y que, para sorpresa del resto, abandonaría a los pocos meses). En aquella reunión, a la que también acudió el concejal Mauricio Repetto, se dijo a los asistentes que se estaba planificando para este año 2024 un viaje a Nueva York para promocionar el Arde Lucus. Ya de aquella el comentario generalizado era que sonaba a promesa de campaña, pero bueno, supongo que algún cándido inocente se lo creyó.
Han pasado 11 meses desde aquella reunión y del viaje a las Américas no sabemos nada... pero sí que nos dicen que se recorta el presupuesto del Arde Lucus en casi un 35%, pasando de 350.000 euros a 230.000, lo que supone también una importante merma en las subvenciones para las 19 asociaciones que lo hacen posible y que agrupan a un millar de lucenses. Parece que una vez logrado el objetivo de que la fiesta sea de interés turístico internacional y colgada la medallita de rigor toca plegar velas y ya les importa un cuerno lo que pase con el Arde Lucus, porque su objetivo está conseguido, y no era precisamente el de lograr un reconocimiento a la fiesta sino mantener la poltrona.
Verán, si pintan bastos en lo económico (que parece que sí) y hay que apretarse el cinturón es más que razonable que se empiece por las fiestas y los saraos, eso es difícil de rebatir. La cuestión está en si hace 11 meses sabían la que se nos venía encima y nos mintieron descaradamente, que también es algo que no tiene mucha posibilidad de discusión, salvo que sean unos inútiles, que no sé qué es peor. No les digo que nos garantizasen el presupuesto eternamente, pero sí se agradecería que no nos tomen el pelo, porque entre prometer viajes a Nueva York y reducir un tercio el presupuesto, media un abismo más grande que el Océano Atlántico que no vamos a cruzar.
Es cuestión de prioridades. Al Arde Lucus vienen miles de personas (no las 600.000 que dice el Ayuntamiento, que no se lo creen ni ellos, pero sí vienen muchas) y a las Caldas no va ni el gato.
También habría que ver por qué llegamos a esta situación. Quizá ayuden los 324.000 euros que se van a gastar en mantener abiertas las disparatadas y mal llamadas Caldas. Fíjense que es un 40% más caro el coste de mantener las bañeritas templadas que lo que se dedica a una de las dos fiestas más importantes del calendario local. Creo que la repercusión y el retorno económico de lo uno y de lo otro es más que desigual, y no en favor de las absurdas charcas. Es lo que tienen los caprichitos que uno no paga, que nos salen caros a los demás.
Estimado Luís,
ResponderEliminarRespecto de que facer co que custa o mantemento das caldas, xa temos falado dabondo; pero xa verá vostede onde rematan os cartos cando haxa que reparar as zonas que están quedando destrozadas polas obras de peonalización, porque en canto rematen haberá que refacer a rúa Nova, San Marcos e se cadra algunha máis.
Iso si que vai custar máis que as Caldas e o Arde Lucus xuntos.