En junio de 1987, con una democracia en plenitud, ETA atentó contra un supermercado. De estas cosas estamos hablando, que tenemos la memoria muy frágil cuando queremos. |
NOTA: Contra mi costumbre hoy no hablaré de Lugo, sino de un tema que nos afecta como país.
Llamar a ETA "grupo armado" es una obviedad. Negarse a calificarlo de terrorista es, como mínimo un bobada, y estoy siendo generoso.
La lió Pello Otxandiano, candidato a la presidencia del País Vasco por EH Bildu, cuando en una entrevista se negó a calificar a ETA como grupo terrorista y los dejó en "grupo armado", como si fuera la Asociación de Caza y Pesca de Aránzazu (que espero que no exista para que no me acusen de cosas raras). Añadió además que lo de que sean terroristas es una cuestión de puntos de vista. Lo malo es que parece que el punto de vista del candidato de Bildu es que no se les puede considerar terroristas.
Verán, este es uno de esos temas en que o eres blanco o eres negro, no caben matices ni tonos de gris. ETA era, evidentemente, un grupo terrorista. Negarlo o matizarlo, venga de quien venga, incluso aunque seas el presidente de un gobierno del PP y les llames "movimiento vasco de liberación", es una chorrada sólo explicable por intereses ajenos a los comunes. Sea por simpatía, por conveniencia política o por interés electoral cualquier matiz sobre su encuadre en el terrorismo es una imbecilidad.
Pero si les soy sincero creo que el tal Otxandiano no se refería a eso. Lo que pretendía es diferenciar entre "terroristas buenos" y "terroristas malos", y como el término ya es peyorativo en sí mismo en lugar de entrar en ese debate optó por cambiarles la calificación. O eso o que no sabía por dónde salir y le salió lo que le salió.
Hay que tener en cuenta que el terrorismo no es siempre lo que todos pensamos. La definición de la RAE de terrorismo es "actuación criminal de bandas organizadas, que, reiteradamente y por lo común de modo indiscriminado, pretende crear alarma social con fines políticos". Parece obvio que ETA entra en esa definición de lleno, igual que otros grupos a los que comúnmente no se les llama terroristas, como puedan ser los partisanos o la resistencia contra los nazis. Hace un par de semanas hablaba de esto mismo con un buen amigo, que conserva en casa la escopeta "mata nazis" de su madre (que era miembro de la Resistencia) y coincidía en esta valoración: la Resistencia era, a todos los efectos legales, un grupo terrorista.
En el fondo de todo este asunto subyace un debate muy duro y difícil de afrontar: ¿hay "terrorismo bueno" y "terrorismo malo"? Incluso plantearlo parece una osadía, pero a veces hay que coger el toro por los cuernos.
En mi opinión sí hay terrorismo bueno y malo. Depende de contra quién luches, y creo que no pienso solamente yo eso. Si hablamos del ejemplo que les puse, el de la resistencia contra los nazis, pocos durarán que sus acciones estaban justificadas porque se enfrentaban a un Estado totalitario y en sí mismo criminal. En otros casos, como el de los atentados contra Israel, la línea es sorprendentemente más difusa y hay quien apoya a la única democracia de la zona pero también quien cree que es lícito atacarla a golpe de bomba, y así estamos.
Muchas veces todo es cuestión de perspectiva y en eso coincido con Otxandiano. La "revolución americana" se llama así porque ganó a los británicos. Si hubieran perdido hablaríamos de "sublevación" y Washington o Jefferson en vez de héroes nacionales serían colgados como criminales como hicieron con el cadáver de Cromwell, porque técnicamente lo eran. Robespierre y Marat se consideraron figuras de primer orden porque la Revolución Francesa cambió el sistema político (y el mundo). Si no lo hubieran logrado ni sabríamos sus nombres porque habrían sido ajusticiados como tantas otras personas que asesinó la monarquía absolutista francesa (como las demás).
Creo que Otxandiano se refería a eso. Lo preocupante es que, incluso con ese planteamiento, considerase que ETA era "terrorismo bueno", o al menos eso es lo que da a entender.
Verán, durante el franquismo hasta podríamos llegar a entender que alguien pensase eso. La acción armada contra una dictadura puede ser comprensible, igual que lo fue la resistencia contra los nazis. Pero con la muerte de Franco y la proclamación de la democracia cualquier atisbo de legitimidad que pudiera querer atribuirse a ETA cayó por la base. Secuestrar, asesinar, robar y poner bombas en un supermercado no es "patriotismo" ni "búsqueda de la libertad", es un intento incuestionablemente criminal de alterar la convivencia por la vía del terror (de ahí el término) y de imponer las ideas sin ser a través de la única vía legítima en nuestro país: el voto.
Así que por muy generosos que queramos ser, Otxandiano ha demostrado una vez más por qué muchos consideramos a EH Bildu heredera de ETA y por qué nos repugnan tanto sus alianzas con partidos que pretenden gobernar Galicia o con el mismísimo Gobierno de España.
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