jueves, 24 de enero de 2013

Los americanos ya no están en Irak

Lo que es la actualidad. Un suceso puede ser más o menos grave periodísticamente hablando según el momento en que se produzca, y teniendo en cuenta el “ideario colectivo” que sirve de fondo al mismo. 

Hoy cuesta mucho trabajo encontrar en la prensa una pequeña nota a pie de página en los diarios que he consultado sobre un atentado en Irak. Ha sido grave, muy grave, con 42 muertos y 85 heridos. Es, al parecer, el peor de los últimos 6 meses, pero como ya no hay americanos en Irak ya no es noticia de portada. Por lo que se ve no todas las muertes se traducen a tinta de la misma manera. 

Las cosas tienen la importancia que la prensa dice que tienen, nos guste o no. El cuarto poder ya no ocupa ese lugar, sino el primero. Hoy un periódico con cierta influencia puede decidir unas elecciones con bastante facilidad, y si hablamos de una postura común en que los periodistas se defiendan unos a otros ya ni les cuento. 

El corporativismo es frecuente en todas las profesiones, quizás con la excepción de la medicina y la hostelería, ya que en general en estos sectores sólo están interesados en sacar su negocio adelante y hablar mal de los compañeros, por eso me sorprende tanto cuando se habla de la “clase política” metiendo en el mismo saco al corrupto concejal, alcalde, diputado, ministro o lo que sea, y al honrado concejal, alcalde, diputado, ministro o lo que sea, que también los hay, y en mucha mayor cantidad aunque la ciudadanía no lo vea muy claro. 

Si no sales en el periódico no existes. En niveles altos ya hablamos de la tele. Pero tampoco entiendan esto como una crítica a la prensa, ya que los medios de comunicación son iguales que los dirigentes políticos, reflejan la sociedad en que vivimos y que entre todos construimos, o lo que sea que hacemos. 

Obviamente un editor tiene la libertad de destacar una notica o la otra, pero su fin último no suele ser tapar un escándalo o dar publicidad a una tontería, sino vender periódicos o subir audiencia. Somos los consumidores, los ciudadanos, los que con nuestros cuartos o nuestros mandos a distancia decidimos el futuro de la comunicación. Nos rasgamos las vestiduras cuando vemos que van por la 15ª edición de Gran Hermano (lo he puesto a ojo, la verdad es que no sé cuántas van y me da pereza buscarlo en Google) y que Informe Semanal lucha a duras penas por sobrevivir, pero es que oigan, somos nosotros los que damos esos picos de audiencia a una casa de gente ociosa en lugar de ver documentales, que son muy útiles para echar la siesta. Quizás el tono de voz influya. 

Lo mismo pasa con casi cualquier cosa. Nos parece fatal que McDonalds invada España con sus ¿restaurantes?, que las tiendas de los chinos vendan destornilladores que se tuercen al apretar el tercer tornillo, que las grandes empresas textiles tengan a niños cosiendo en la India… pero si tan mal nos parece, ¿quién llena los comedores, compra la ferretería de baratillo o busca trapitos de ocasión? Nosotros, la sociedad, que ahora no somos ciudadanos sino consumidores. 

En fin, que es lo que hay. Irak ya no es portada aunque mueran 42 personas. Antes con un atentado de tres salía a toda plana abriendo “Internacional”. Pero los americanos ya no están en Bagdad.



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