martes, 18 de agosto de 2020

Criminalizar a quien trabaja de noche

Frente a la seguridad de los locales, la inconsciencia de los botellones...
Fotos: Onda Night Club y El Progreso

Decir que la noche echa el cierre es incorrecto, ya que los que se ven obligados a no trabajar desde hoy son los locales, pubs y discotecas. La noche seguirá ahí, menos segura, con menos vigilancia y menos garantías. Los botellones continuarán celebrándose con total impunidad en medio y medio de la ciudad, frente a la Catedral, en el Parque de Rosalía o en cualquier otro de los lugares habituales sin que las fuerzas del orden, tan eficientes a la hora de hacer cumplir la ley a los locales (cosa que me parece fantástica), muevan un dedo para que los niñatos que se pasan la litrona o la botella de unos a otros dejen de poner en riesgo su salud y la de los demás (lo que ya no me parece tan maravilloso). Los papás de esos energúmenos también mirarán para otro lado, por supuesto, y deben pensar que sus hijos de 15 años están jugando al baloncesto o al brilé a las tres de la mañana.

Se está criminalizando a un sector que ha hecho todo lo que le han mandado, y que se ha gastado una fortuna en señalización, geles y demás elementos para garantizar la seguridad de su público y de su personal. No ha valido de nada, han tirado el dinero porque ahora se les obliga a echar la reja sin saber qué va a ser de su futuro, si podrán volver a abrir, si tendrán ayudas de alguna clase…

Hay una clara discriminación hacia cierto tipo de negocios. Si se obliga a cerrar a un pequeño comercio o a una panadería la población muestra la solidaridad y la preocupación que merece, pero no ocurre lo mismo si es un pub. Ahí da la impresión de que quien protesta es un borracho en busca de su siguiente dosis, y no se tiene en cuenta que son negocios legales, locales, que pagan sus impuestos en Lugo y que sostienen económicamente a familias como las demás. Pensemos las cosas un poquito. Su desesperación y su impotencia son las mismas que las de cualquier otra empresa, y merecen la misma comprensión.

Es que los jóvenes son unos irresponsables por la noche y aumentan los contagios”, dirá alguno, y tendrá razón. Pero miren, estamos viendo que muchas transmisiones se producen en las reuniones familiares y esas no se prohíben. Y, repito, auguro que tampoco se van a impedir los botellones, como ya hemos visto en escandalosas imágenes de hace unas semanas en esta misma ciudad.

No entiendan esto como un canto a la irresponsabilidad, ni mucho menos. Están volviendo a aumentar los contagios y hay que tomar medidas, pero tienen que ser coherentes. Si se pusieran unas normas estrictas para los locales (la mayoría de las cuales ya estaban aplicando por propia iniciativa) y se sancionara y cerrase a los que no cumplieran sería razonable, pero no se hace eso, se pone bajo sospecha a todo un sector de la forma sectaria y arbitraria y se soslaya atacar los lugares incontrolados donde sí hay problemas. Así no vamos a ninguna parte.

Artículo publicado en El Progreso del 18 de Agosto de 2020

1 comentario:

  1. No creo que se pretenda criminalizar al empresariado dedicado al ocio nocturno. Imagino que lo que se pretende es que el sector de población que es principal cauce de contagio y dispersión del bicho actualmente se quede en casa. Un toque de queda está a las 11 de la noche está feo y es preferible hacerlo por esta vía. Cuando el César vuelva a Roma después de sus merecidísimas vacaciones en los diversos palacios a su disposición sufragados, entre otros, por lo empresarios de la noche, quizás decida cerrar todo otra vez. Entonces desparecerá la discriminación hacia los noctámbulos y , simplemente, nos hundiremos todos definitivamente. Toca disfrutar de lo votado.

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