Frente a la seguridad de los locales, la inconsciencia de los botellones... Fotos: Onda Night Club y El Progreso |
Decir que la noche echa el cierre es incorrecto, ya que los que se ven obligados a no trabajar desde hoy son los locales, pubs y discotecas. La noche seguirá ahí, menos segura, con menos vigilancia y menos garantías. Los botellones continuarán celebrándose con total impunidad en medio y medio de la ciudad, frente a la Catedral, en el Parque de Rosalía o en cualquier otro de los lugares habituales sin que las fuerzas del orden, tan eficientes a la hora de hacer cumplir la ley a los locales (cosa que me parece fantástica), muevan un dedo para que los niñatos que se pasan la litrona o la botella de unos a otros dejen de poner en riesgo su salud y la de los demás (lo que ya no me parece tan maravilloso). Los papás de esos energúmenos también mirarán para otro lado, por supuesto, y deben pensar que sus hijos de 15 años están jugando al baloncesto o al brilé a las tres de la mañana.
Se está criminalizando a un sector que ha hecho todo lo que le han mandado, y que se ha gastado una fortuna en señalización, geles y demás elementos para garantizar la seguridad de su público y de su personal. No ha valido de nada, han tirado el dinero porque ahora se les obliga a echar la reja sin saber qué va a ser de su futuro, si podrán volver a abrir, si tendrán ayudas de alguna clase…
Hay una clara discriminación hacia cierto tipo de negocios. Si se obliga a cerrar a un pequeño comercio o a una panadería la población muestra la solidaridad y la preocupación que merece, pero no ocurre lo mismo si es un pub. Ahí da la impresión de que quien protesta es un borracho en busca de su siguiente dosis, y no se tiene en cuenta que son negocios legales, locales, que pagan sus impuestos en Lugo y que sostienen económicamente a familias como las demás. Pensemos las cosas un poquito. Su desesperación y su impotencia son las mismas que las de cualquier otra empresa, y merecen la misma comprensión.
“Es que los jóvenes son unos irresponsables por la noche y aumentan los contagios”, dirá alguno, y tendrá razón. Pero miren, estamos viendo que muchas transmisiones se producen en las reuniones familiares y esas no se prohíben. Y, repito, auguro que tampoco se van a impedir los botellones, como ya hemos visto en escandalosas imágenes de hace unas semanas en esta misma ciudad.
No entiendan esto como un canto a la irresponsabilidad, ni mucho menos. Están volviendo a aumentar los contagios y hay que tomar medidas, pero tienen que ser coherentes. Si se pusieran unas normas estrictas para los locales (la mayoría de las cuales ya estaban aplicando por propia iniciativa) y se sancionara y cerrase a los que no cumplieran sería razonable, pero no se hace eso, se pone bajo sospecha a todo un sector de la forma sectaria y arbitraria y se soslaya atacar los lugares incontrolados donde sí hay problemas. Así no vamos a ninguna parte.
Artículo publicado en El Progreso del 18 de Agosto de 2020
No creo que se pretenda criminalizar al empresariado dedicado al ocio nocturno. Imagino que lo que se pretende es que el sector de población que es principal cauce de contagio y dispersión del bicho actualmente se quede en casa. Un toque de queda está a las 11 de la noche está feo y es preferible hacerlo por esta vía. Cuando el César vuelva a Roma después de sus merecidísimas vacaciones en los diversos palacios a su disposición sufragados, entre otros, por lo empresarios de la noche, quizás decida cerrar todo otra vez. Entonces desparecerá la discriminación hacia los noctámbulos y , simplemente, nos hundiremos todos definitivamente. Toca disfrutar de lo votado.
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