Los pactos con Satanás tienen muy mala prensa, pero los de los partidos políticos no. Este es el momento en que algunas formaciones se quitan su máscara electoral y reconocen públicamente que están muy contentos aunque han perdido votos a mansalva. Lo que les preocupaba no es tener 2 concejales en lugar de 4 o 2 diputados en lugar de 3, sino ser la llave de los gobiernos de Ayuntamiento de Lugo y Diputación. La llave es lo que importa. ¿Qué más da que tus electores te digan que vales la mitad que antes mientras puedas pisar moqueta y viajar en coche oficial? Por si alguien tiene alguna duda, en esta sutil metáfora Satanás es el BNG, claro.
No estoy diciendo que Jaime no intente un pacto con el Bloque, sino que lo tiene muy crudo principalmente porque el propio BNG ha sido quien siempre se ha erigido como “garantía” de que el PP no gobernaría. Lo cual nos lleva a cuatro posibilidades: Pactar con el PSOE; que el PSOE pacte con el BNG; que no haya pactos y Jaime gobierne en minoría… y la más divertida de todas aunque inexplicable desde el punto de vista democrático: que no haya pactos y Orozco gobierne en minoría.
Sí, esto último es posible. Ayer en la tertulia de Radiovoz, el representante del BNG, en respuesta a una inteligente pregunta planteada por un excelente tertuliano (sí, vale, era yo, ¿qué pasa?) contestó que el Bloque estaría dispuesto a apoyar a Orozco en la investidura aunque no se llegara a un pacto. De esta forma nos encontraríamos con la surrealista situación de que el Alcalde en minoría tendría menos votos y concejales que un partido en la oposición. Todo es posible en política.
Personalmente, lo más justo, equilibrado y democrático me parece que sería un gobierno en minoría de Jaime. Dado que PSOE y BNG están temblando aún por el batacazo de sus formaciones en general, esto es poco probable, así que mi opción menos mala como segunda vía sería… un pacto PP-PSOE.
¿Qué problema hay? Yo no hablo de un pacto de Gobierno, claro está, sino de un pacto en favor de la democracia. Ese pacto vendría a apoyar a la listas más votada en toda la provincia de Lugo. De esta forma, el PSOE se podría librar de su esclavitud a un partido, el BNG, cuyo único mérito es ser el mal necesario. No es normal que con dos concejales de 25 el Bloque pueda conseguir gobernar la mitad del Ayuntamiento como hizo en su día con la Xunta o la Diputación. No es normal que quien se quedó a 450 votos de la mayoría absoluta no tenga nada que decir. No es normal que el PSOE ceda eternamente al chantaje nacionalista en Galicia y se enfrente (presuntamente) a sus colegas del País Vasco.
Todo está sobre la mesa, ahora es el momento de que reflexionen quienes tienen que hacerlo. Los demás ya lo hicimos el sábado.
Le estamos haciendo el caldo gordo al BNG.Acabará por hacerse un pacto global PSOE-BNG en Santiago y aquí los nacionalistas venderán más caro su apoyo al PSOE cuando el mismo PP les está convirtiendo en estrellas, a pesar de su descalabro electoral. Deberíamos plantear la posibilidad de gobernar como lista más votada y con mayor número de actas pero no tenderle la mano al BNG. Estamos haciendo el ridículo y es una pena después de un resultado tan bueno.
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