viernes, 3 de enero de 2014

Oh, capitán, mi capitán

Que dice el concejal Luis Álvarez, del PSOE, que el problema del PP es que no tienen un capitán como ellos, que se preocupe de los suyos. Hace estas declaraciones para intentar meter el dedo en la llaga del desencuentro entre Quique Rozas y sus compañeros de grupo. Porque no se engañen, no hay un problema entre Quique y Jaime Castiñeira, lo hay entre Quique y los 11 concejales restantes de su grupo.

Y mientras don Luis intenta hacer un ejercicio de demagogia de la que devalúa el concepto de Política. Con varios compañeros de su propio partido en el punto de mira, con exconcejales entrando y saliendo de prisión por casos de corrupción generados bajo el amparo del “capitán”, con el propio Orozco puesto en tela de juicio por los magistrados lucenses… hacer una comparación aprovechando un rifirrafe interno del adversario es como mínimo peligroso. Porque sólo le ha faltado decir que Orozco es el “capo” de un grupo que sí ha demostrado ser una piña para lo que les ha interesado.

Se olvida Álvarez de que de su “piña” se han caído varios piñones. Las dimisiones y ceses que ha habido en los últimos tiempos, siendo la más destacada la de Lino, el concejal de medioambiente que caía bien a casi todo el mundo, seguida por Fraga, quien se marchó porque no le dejaron hacer su trabajo. Parece que el “capi/capo” no se preocupó demasiado de que estas personas se quedaran en el equipo, con lo que no sé hasta qué punto tiene mucha lógica que ahora nos vengan a vender esa supuesta imagen de unidad y compañerismo.

Supongo que se refiere a que los compañeros se reunieron un 31 de diciembre de 2005, sábado, con el ayuntamiento cerrado, para firmar el convenio que no sólo avaló sino que garantizó la construcción del espanto del Garañón. Ahí sí que fueron todos los firmantes de la mano, incluyendo a nuestro flamante Presidente de la Diputación y previsible candidato a la Xunta de Galicia, y luego se marcharían a comer una buena mariscada, imagino, para celebrar su gran acción en favor, quizás no de todo Lugo, pero sí de algunos de sus ciudadanos.

La Política es otra cosa. Eso de salir a hacer declaraciones sobre las goteras de los demás cuando en casa está cayéndose el tejado es como mínimo irónico. Si al menos el señor Álvarez hubiera salido a contarnos por qué se marcharon sus compañeros de equipo cuando pusieron tierra de por medio sería más creíble y podría colar una genuina preocupación por los miembros de la Corporación. Pero no es así.

Tengo la impresión de que este año 2014 va a ser movidito en lo que a trasiego judicial se refiere, con lo que en unos pocos meses quizás el señor Álvarez tenga que arrepentirse de haberse puesto bajo la sombra del “capi/capo” Orozco. Puede que los frutos que caigan no sean los que él se espera.

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