Lugo es una ciudad donde los trenes son escasos y suelen venir cada mucho tiempo, tanto literal como metafóricamente. Uno de esos trenes que el Ayuntamiento va a dejar pasar si no le da una “repensada” es el de la candidatura de nuestra ciudad a ser Capital Gastronómica Española en 2015.
Este título, otorgado por la Federación de Hostelería de España y la Asociación de periodistas de Turismo, da a la ciudad que alberga dicha distinción una proyección nacional de las que no se pueden comprar con dinero. Desde la grabación de programas de difusión nacional (como, por ejemplo, “Top chef”) hasta actividades durante todo el año con cocineros de reconocido prestigio como los titulares de estrellas Michelín, Lugo se podría convertir en un centro de atracción gastronómica. Pero el Ayuntamiento no lo ve.
Argumentan que supone un gasto inicial de entre 6.000 y 10.000 euros, cosa que no me queda más remedio que rebatir. Supongo que se refieren al coste de preparar el dossier de la candidatura, ya que dudo bastante que haya que pagar para optar al título. Si es así, ese coste es cierto siempre y cuando el señor Orozco y sus colegas hagan lo que hacen siempre: tirar de talonario (a cargo de los fondos públicos, claro, que no les duele) y encargar el “estudio” a una empresa (mejor si es de un colega) para que plasme unas cuantas obviedades en papel y le ponga un sello para presentar el “trabajo” en donde sea.
El problema de ese sistema es que sólo vale para consumo interno, porque si después te enfrentas a otras ciudades que se lo toman en serio nos ganan por goleada. Por ejemplo, el primer año que se convocó el concurso Lugo sí se presentó (parece que de aquella sí interesaba o sí había dinero) y mandaron unos folios encanutillados, mientras que Logroño presentó su proyecto en una caja de vino y, fíjense qué cosa, ganaron. No creo que su victoria se deba únicamente a la presentación, pero todo influye, para qué engañarnos.
Si tomamos el proyecto de 2012 y lo actualizamos, lo mejoramos y metemos a toda la hostelería de la ciudad en esto, Lugo tiene muchas posibilidades de ganar. “Y para comer, Lugo”, nuestro principal eslogan, el exitoso concurso de tapas, iniciativas como la del propio ayuntamiento de maridar gastronomía y literatura… no me digan que no tenemos mucho que hablar de gastronomía en esta ciudad. Pero el Ayuntamiento no lo ve, insisto.
Si ganáramos (aunque es difícil porque un engorroso requisito previo es presentarse, y parece que Orozco no está por la labor) habría que aportar 120.000 euros, que es bastante dinero. Sin embargo, la organización habla de que las inversiones e ingresos que puede reportar esto a la ciudad son de unos 8 millones de euros, con lo que las cuentas son claras.
Además, recordemos que aquí se gasta dinero en chorradas con mucha más facilidad: 900.000 euros en un centro de energías que no produce energía, 650.000 en una cafetería en el parque, 300.000 para “adecentar” la cafetería del cuartel de Garabolos (hoy cerrada si no me equivoco), una millonada para reparar la fábrica de la luz que no fabrica luz… y así podríamos seguir. Así que no me digan que por 6.000 euros, que es menos de lo que gastan en contratar a un colega (ahora sí, sin “presunto”, porque es un amiguete del gobierno local) para “coordinar” las fiestas de San Froilán, tarea que hasta donde yo tenía entendido corresponde al concejal del ramo.
En fin, que ya saben, a esperar a años venidero, como siempre. Ese es el verdadero problema de Lugo, que llevamos 20 años hablando de las mismas cosas y esperando por trenes que o no llegan o pasan de largo mientras nuestros dirigentes están a otras cosas, como dar concesiones administrativas a empresas que luego aseguran pagar a quienes las conceden.
Cosas que pasan en Lugo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Derecho a réplica:
Se admiten comentarios, sugerencias y críticas. Sólo se pide cierta dosis de ''sentidiño'' y cortesía.