martes, 15 de septiembre de 2015

Mi superpoder

Si es cierto que los superpoderes existen les voy a hacer una confesión: yo tengo uno, el de encabronar a todo el mundo. Al menos eso parece cuando lees ciertas cosas por ahí, porque los que apoyan la protesta de los ganaderos me dicen que voy contra ellos por haber mencionado de pasada que en la tractorada algunos aprovecharon para irse de putas, y los que no apoyan la protesta de los ganaderos dicen que voy con ellos porque aplaudí públicamente su movilización ejemplar, lo que era cierto… mientras era ejemplar claro.

¿A nadie se le ocurre que el mundo no es blanco ni negro? Pensaba que me expresaba con cierta claridad, pero se ve que la cosa es más compleja y que no tengo en cuenta que el que lee tiende a buscar filias o fobias según sus propios prismas. Más de mil artículos y sigo cayendo en lo mismo.

Por si esto fuera poco ayer por la noche un amigo me envió un recorte sobre mí que, según él, pertenecía a la revista Interviu. Aún no he ido al quisco a hacerme con un ejemplar, así que no les garantizo que no me estén tomando el pelo, pero me parecerían muchas molestias para gastarme una broma a mí con ese contenido. Ya puestos a usar el Photoshop sería mejor el desplegable central a todo color. 

Me imagino a Fejoo, si lo lee, pensando "¿pero quién es este gilipollas y qué ha dicho de mí?". No tengo el placer de conocerlo (nos hemos visto tres o cuatro veces pero obviamente yo le recuerdo a él pero entiendo que él a mí no, como es normal), pero si fuera el caso le llamaría para explicarle que en esto no he dicho una palabra contra la Xunta (si hablamos de otros temas, pues sí, que soy de Lugo y ya saben que tenemos varias cuentas pendientes).

En el articulito de marras se da a entender que he apoyado a los ganaderos “contra” la Xunta y “contra” Feijoo. Yo no he apoyado nada contra nadie. Lo que he dicho es que es importante poner en valor el producto de nuestra tierra para que, si la clientela demanda leche gallega, el producto aumente su precio por la ley de la oferta y la demanda. También dije que apoyo la reivindicación de los ganaderos (¿y quién no?) y que su protesta era ejemplar… mientras era ejemplar, insisto, porque ahora está dejando de serlo, y muestra de ello es que muchos se han largado a su casa. Supongo que nadie en su sano juicio acusará a estos señores de estar contra ellos mismos. Bueno, uno ayer los llamaba “traidores”, pero reitero lo del sano juicio.

El no haberme posicionado contra la Xunta o Feijoo en este asunto se debe a dos motivos: el primero es que en mi modesta opinión, y como liberal convencido, este tema no afecta a competencia alguna de las administraciones. Podrán arbitrar en un debate entre productores, distribuidores e industrias, pero no me escucharán jamás pidiendo una norma que fije un precio mínimo, que por otra parte sería ilegal. El segundo es que creo que la Xunta está haciendo todo lo que buenamente pueda dentro de su falta de poderes, en todos los sentidos del término, para forzar una negociación. Si los implicados no quieren, allá ellos.

El gran problema del campo gallego (y de lo que no es campo) es la desunión y la desconfianza. Si pactan un precio de 35 céntimos el litro, por poner un ejemplo, les garantizo que muchos estarán más preocupados por enterarse de si al vecino le pagan 36 o 37, o si vende a 34 aunque diga lo contrario. Somos así y no hay nada que hacer, y a muchos les preocupa más el fracaso del de al lado que el éxito propio.

En fin, que ya ven, lo que me faltaba era salir en Interviú. Les prometo que el día que haga un integral les aviso. Para que no la compren y se ahorren el mal trago.

1 comentario:

  1. Jajajaja, disculpa que me ria, sé exactamente la rabia por la que estás pasando, pero si te sirve el consejo de un amigo; tampoco te preocupes mucho, Interviú es ese dechado de buen hacer periodístico a quien Lugo le está dando grandes momentos de gloria (echa un ojo a los artículos dedicados al centro de torturas de Bonxe y ya verás que risa).
    Bueno un abrazo y mucho ánimo, ya sabes lo que decía la Faraona, "que hablen de uno aunque sea mal" (también decía que cada español le podia dar una peseta y así liquidaba con Hacienda, pero eso es otra historía!)

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