viernes, 21 de marzo de 2025

Poder en la sombra



Muchas veces echamos la culpa de las cosas que pasan a “los asesores” y no a los titulares de las responsabilidades, algo que siempre me ha llamado la atención. Cuando un gran líder mete la pata leo y escucho mucho eso de “¿pero a éste quién le asesora?” como si para cagarla hiciera falta ayuda. No creo que sea sí, la responsabilidad de tomar una decisión es de quien la toma, y si se rodea de la gente equivocada también es culpa suya.

Sin embargo, tampoco se puede reducir excesivamente la importancia de los equipos. Se trata de una cuestión de equilibrio.

Si la información no llega al titular, o se “tamiza” (no vamos a usar la palabra “manipular”, que es muy fuerte), obviamente se influye mucho en la persona que tiene que recibir los datos y tomar las decisiones, y eso explica en ocasiones que el aspirante a Rasputín de turno pretenda imponer su criterio sobre el del titular de la competencia.

Les puedo poner algunos ejemplos, sin dar nombres… aunque doy por sentado que si siguen ustedes habitualmente este blog pueden leer entre líneas, que tontos no somos.

Imaginen una situación dramática en una administración y que dos entidades privadas diferentes que, aunque similares jurídicamente tienen un peso totalmente distinto por número de componentes, se solidarizan con esa administración. Una (la menor) recibe un agradecimiento por su apoyo y la otra (la mayor) sólo silencio.

Imaginen que dos entidades privadas diferentes que, aunque similares jurídicamente tienen un peso totalmente distinto por número de componentes, piden determinada información a una administración pública. A una (la menor) se le ofrece con regularidad, a la otra (la mayor) no.

Imaginen que varias entidades privadas diferentes que, aunque similares jurídicamente tienen un peso totalmente distinto por número de componentes, acuden a una reunión en una administración pública y obtienen unos compromisos. Unos se cumplen y otros no, según la afinidad política del destinatario de la promesa.

En estos tres casos podríamos pensar que los responsables de turno toman sus decisiones con información objetiva, veraz y equilibrada… pero también es posible que alguien “filtre” correos, solicitudes e incluso temas más sensibles para que no lleguen a quien tienen que llegar. Vayan ustedes a saber.

Es un poder en la sombra no elegido más que por quien sí fue elegido, una especie de sucursal de la democracia que suele adolecer de cualquier rasgo distintivo salvo precisamente los que caracterizan una democracia.

Obviamente uno se reúne de quien quiere, y hay gente de todo tipo. No entiendan esto como un alegato contra los asesores y personal que asiste a nuestros líderes, porque yo mismo ejercí de "asesor", pero de alguien, Joaquín García Díez, que no admitía ese tipo de tonterías. Quizá por eso nos llevamos siempre tan bien y a día de hoy, casi 20 años después de trabajar con él durante un periodo, para mí demasiado breve, tengo el honor de poder seguir llamándole amigo.

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