martes, 11 de diciembre de 2012

Hacienda somos algunos


¿En qué se parecen Gérard Depardieu y Santiago Calatrava? Aunque podría parecer un chiste no lo es, es una cosa muy seria. En que los dos han trasladado su domicilio fiscal fuera de su país para ahorrar impuestos, concretamente a Bélgica y Suiza respectivamente. 

Dos figuras nacionales, uno en las artes escénicas y otro haciendo cosas blancas con pinchos que se dicen edificios, han agarrado sus cuartos en el peor de los momentos y se han largado a otro país donde los pastos son más verdes (esta comparación tenía más gracia cuando los billetes eran verdes, aquellos de 1000 pesetas). 

Particularmente, será porque me pilla más cerca, me duele más lo de Calatrava, porque mucho, muchísimo del dinero que ahora se lleva se lo hemos pagado entre todos los españoles para hacer esas cosas tan bonitas que hace este señor. Ahora en serio, alguna me gusta de verdad, pero si uno es arquitecto y español les recomiendo vivamente no pisar Venecia, o decir que se dedica a venta al por mayor de repuestos de fontanería, porque en la ciudad de los canales este señor hizo un puente que los venecianos piensan seriamente en dinamitar. 

Mientras tanto, Amancio Ortega mantiene la sede social de Inditex en Arteixo, la pequeña población vecina de A Coruña, y desde 2012 se trajo la venta OnLine de Irlanda, donde casi no pagaba nada, a España. Eso es hacer país, lo demás son ejercicios de dialéctica. 

Cuando un tío como el antiguo presidente de la CEOE, Díaz Ferrán, maniobra entre las procelosas aguas de la maraña legal-económica que hay en este país para, sociedades fantasma y empresas de cartón de por medio, defraudar unos milloncejos al fisco, que venimos siendo nosotros, todos nos echamos las manos a la cabeza. 

Pero, sin disminuir ni un ápice la desvergüenza de esta gentuza (Depardieu, Calatrava o, en una escala superior, Díaz Ferrán) hay que mirar a veces un poco hacia uno mismo y ver si se siguen pagando facturas “mejor sin IVA”. Ya, ya lo sé, no es lo mismo ahorrarse unos eurillos por parte de quien gana 1.000 que estos desgraciados que utilizando legal o ilegalmente las artes contables aumentan bastantes ceros a la cantidad defraudada. Pero el principio es básicamente el mismo. 

Amancio Ortega, el único decente del lote
Siempre pedimos ejemplos de arriba abajo. Ya tenemos uno, el de Amancio Ortega, que consciente y responsablemente se trajo sus empresas a España para pagar impuestos aquí, aunque le salía más caro. La última vez que hablé de este señor por lo de la donación a Cáritas me dijeron que era todo un truco y que así desgravaba, aunque ya expliqué en su día que para desgravar 25 tienes que dar 100, con lo que realmente das 75, que es muchísimo más que 0. Si les digo que Amancio Ortega es el único decente de los que he mencionado seguro que alguien dirá "presunto decente", porque ahora la honradez es una mera presunción, lo cual da una idea de lo mal que están la cosas.

Pero los españoles somos así. Probablemente una inmensa mayoría dirán “jo, que cabrones” y se pondrán a imitar, a su pequeña escala, a la pléyade de urdangarines, condes, calatravas, depardieus, ferranes y similares que día tras día arrastran sus millonarias miserias por los telediarios y periódicos de nuestro puteado país. Casi nadie imitará a los amancios que hay, y que los hay de verdad, porque ni es una noticia que abra los noticiarios (sale como una mención, pero ya se sabe que las buenas noticias son flor de un día, y que lo que vende es la desgracia y la miseria) ni es algo cómodo de imitar. 

Si queremos gritar a los chorizos, defraudadores y desgraciados que son chorizos, defraudadores y desgraciados, lo normal será tener nuestras cuentas en orden y pagar nuestras facturas con el correspondiente IVA y demás zarandajas. Si no lo hacemos así, poco podemos decirles a estos señores ya que hacemos exactamente lo mismo que ellos sólo que a menor escala, porque no podemos hacerlo a mayor. 

Aquel lema de “Hacienda somos todos” era bueno, muy bueno. Eso sí, es poco compatible con las amnistías fiscales (que no soy capaz de entender por mucho que me hagan los números) y la permisividad aparente con ciertas personas o entidades que pagan sus impuestos puntualmente todos los días 30 de febrero. 

Pues nada, ahora a encargar más proyectos a Calatrava, que así habrá dinero español en Suiza. Todo es cuestión de intentar alegrarse.

2 comentarios:

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  2. Habrá que plantearse la conveniencia de mantener e incluso agravar un régimen cuasi confiscatorio. Al contrario que tú, no critico a aquellos que pueden zafarse de la Servidumbre de Hayek a la que estamos abocados los que no tenemos escapatoria. En el país creador de Don Quijote , Rinconete y Lázaro tendremos que buscar a un personaje intermedio, entre las fases iniciales del primero y el estado permanente de los otros. En un mundo globalizado y enormemente competitivo, Don Quijote tiene poco que rascar. La inseguridad jurídica, la impunidad absoluta del patio de Monipodio ( aunque sea con guante blanco) y un nivel impositivo rayano en la confiscación, sólo fomentan el "maricón el último" , que es donde vivimos instalados ahora. La clase media es el atlante que carga con todo el mundo a sus espaldas. Personalmente, estoy hasta las narices de esto. Si pudiera hacerlo, no lo dudaría. No les aplaudo pero, desde luego, no les critico. Siempre he sentido una simpatía cariñosa y un gran respeto por Don Quijote; Alonso Quijano, sin embargo, muere diciendo " en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño. Yo fui loco , y ya soy cuerdo". Veremos a ver cuánto tardan en llegar los ataques de cordura a quienes, teniendo alternativa, aún están aquí. A este paso, no quedará nadie.

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