miércoles, 19 de diciembre de 2012

Soy de Lugo y no lo niego

Ya es miércoles. Quedan cinco días para Nochebuena y un par de semanas largas para la noche de Reyes. Quizás ya llego tarde pero tengo que dedicar un espacio a los regalos que en esas fechas se suelen intercambiar, los que aún tengamos la suerte de poder comprar un detalle a nuestras personas más queridas (aunque este año sea más corrientito por aquello de la paga extra). 

Hay un par de mitos que me gustaría desmontar respecto a los regalos de Navidad. El primero es que en Internet todo es más barato. Ya hace algún tiempo que escribí un artículo en que les contaba que esto no siempre es así, y que te puedes encontrar con una tomadura de pelo igual de grande en el ciberespacio que en la tienda de la esquina. Es como el rollo de las grandes ofertas de los hipermercados, que son ciertas pero que si te fijas en los productos que no están en las cabeceras de las estanterías ves que te meten unos clavos que te dejan temblando. 

El otro día mi hermana me pasó la lista de bodas, perdón, de reyes, de mis sobrinas. La verdad es que ahora es todo tan sencillo que pierde un poco de la alegría de salir de compras cosa que a mi, como occidental consumista irredento, me gusta bastante siempre que no sea en exceso. Pero lo que les decía, me pasó el listado de las cosas que pedían mis sobrinas con sus precios respectivos en Amazon (que se supone que es una web muy barata). Pues les diré que un juguete que en esa página costaba 33 euros lo encontré, el mismo, en una juguetería de dentro de murallas por 21. Doce euros de ahorro, en una cosa de ese dinero, es una pasta, porque es un 33% menos, que se dice pronto. 

El segundo mito es el de que hay dos tipos de juguetes: los divertidos y los educativos. Quizás sea porque nuestros vecinos del norte (léase franceses) nos dan sopas con hondas en este tipo de cosas desde hace unas décadas, pero hay sitios donde ves que los juegos pueden ser ambas cosas, siempre y cuando todos pongan algo de su parte… Me explico… Ahora voy a hacer publicidad de una pequeña librería/juguetería que hay en la Milagrosa. Se llama El Faro de los Tres Mundos, precioso nombre, y está regentado por tres hermanos de Lugo que vivieron en París durante unos años. 

Además de tener un gusto exquisito y de habernos traído a Lugo algo del “je ne sais quoi” gabacho (con todo el respeto), han abierto su negocio con la convicción de que los padres tienen que intentar pasar tiempo con sus hijos. Obviamente es más fácil poner a los niños un DVD de Dora la exploradora que leerles un cuento, pero no me comparen tampoco el efecto que causa una cosa o la otra. Quizás sea porque mi hermana siempre ha sido más del cuento nocturno y el juego creativo que del camino fácil, pero a mi ese espíritu me parece el acertado. 

Por si todo esto fuera poco, lo de que te puedes encontrar con facilidad cosas más baratas y mejores en el pequeño comercio de toda la vida, les hago un último apunte: el dinero queda en nuestra ciudad. 

Sobre esto también hay un matiz importante. Verán, no es lo mismo una cadena que una franquicia, aunque por fuera no se distingan. Una cadena es, por ejemplo, Eroski, Mercadona, Zara o Cortefiel, en que todos los comercios son propiedad de la empresa matriz. En cambio una franquicia como pueden ser Titto Bluni, Intersport, App informática o Prenatal (por poner algún ejemplo que conozco seguro), son empresarios de Lugo que montan un negocio que se coordina bajo unos logos y unas marcas compartidas. En el primer caso el dinero se va a la central, en el segundo se queda en Lugo. 

A ver no me entiendan esto como un ejercicio de hipernacionalismo llevado al extremo, no se trata de que nos obsesionemos con que nuestro gasto repercuta necesariamente en la ciudad… pero tampoco me negarán que eso es bueno para nuestra maltrecha economía. 

Cada euro que se va fuera de la muralla (es un decir, aunque quede en Nadela tampoco pasa nada) es un euro menos que se destina a gasto en Lugo. Ese dinero que sale es complejo que vuelva a entrar. 

Yo se lo dejo caer, tampoco se obsesionen con esto, pero me gustaría que lo tuvieran en cuenta a la hora de salir de compras estos días. Y ante la duda, pregunten, que no creo que a nadie le parezca mal poder decir que son de Lugo y no lo niegan.

1 comentario:

  1. Comparto al 100% lo que comentas en tu artículo. Sin peros ni añadidos.

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