No me gusta usar estas expresiones pero no me dejan opción. Un “youtuber” es una persona con un canal en esa web que muestra su arte, sus opiniones o incluso manuales de cocina o bricolaje online. El memo que usa Youtube para presumir de su pobreza mental es un gilipollas, sin más.
Que la gran hazaña de un convecino de Lugo sea ir por la ciudad vestido de forma llamativa, ya sea de payaso (sin ánimo de faltar a un colectivo de personas que tienen que estar hartas de que se use su noble profesión como insulto) o de monje medieval para asustar a la gente, o meterse en un aula para tirar una tarta a un profesor, deja bastante que desear de esta sociedad que tenemos. Sobre todo si le funciona y logra seguidores.
Si les soy sincero me pensé muchísimo escribir este artículo, porque entiendo que quienes tengo el honor de que me lean habitualmente son personas que podrán disentir de muchas de mis opiniones (eso es lo lógico) pero que confío en que tengan la cabeza razonablemente amueblada, así que es como predicar a los conversos. Doy por sentado que no ven con buenos ojos dar cancha a semejante individuo. Además, le estamos dando un protagonismo al imbécil este que no merece y no hay peor desprecio que el no aprecio.
Les voy a contar un recuerdo que siempre me viene con estas cosas. Cuando era muy pequeño (debía tener cinco o seis años) iba con mi madre por la calle. Ella tendría sobre 30. Nos cruzamos por primera vez con una pareja punk y nos quedamos mirando con cara de asombro como si fuéramos Paco Martínez Soria en una de sus películas. La chica de la cresta se encaró a mi madre y le soltó un “¡Vieja!, ¿qué miras?” (insisto, mi madre tendría de aquella 30 años)… a lo que con su habitual desparpajo le respondió “A ti, y supongo que estarás encantada porque no creo que te vistas así para pasar desapercibida”.
No le contestó con ánimo de ser ingeniosa, ni de responder al despectivo “vieja” (tiene demasiada personalidad como para sentirse insultada por algo tan absurdo). Lo dijo como simple razonamiento, como algo evidente y hasta casi sorprendida de que no fuera obvio, como si alguien tl pidiese que explicase que es de día luciendo el sol. Cuando nos marchamos me iba diciendo “es que si esta chica llega a casa de dar un paseo y nadie la mira, se echa a llorar”.
Me quedé con la copla, y siempre que veo alguien extravagantemente vestido o que pretende llamar la atención me acuerdo de mi madre y de su “no creo que te vistas así para pasar desapercibida”.
Pero esto funciona siempre que no haya terceros implicados. Cuando se agrede a una persona (sea con una tarta o con cualquier otra cosa) la cosa cambia y, aunque afortunadamente el tonto ya ha sido detenido, tampoco es malo decir en público que no está bien lo que hace.
Internet es una herramienta poderosa. No es buena ni es mala, es intensa, y como toda creación humana puede ser usada para el bien o para el mal. Alfred Nobel no inventó la dinamita para que se usara con fines militares, pero se utilizó, vaya si se utilizó. También algunos inventos bélicos han desarrollado a la humanidad fuera de las guerras, así que se cierra el círculo. Con las redes pasa igual.
No les voy a enlazar el canal del bobo de hoy, ya que ni siquiera me he molestado en buscarlo. La policía lo ha detenido y pagará por su brabuconada, a ver si aprende que hay muchas formas de atraer público pero que tienen su coste. Supongo que hay algo de complejo de inferioridad si su única manera de ser llamativo es hacer el ganso, pero como no soy psicólogo es una simple opinión.
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