Existe cierta rumorología sobre la posibilidad de que Elena
Candia, actual vicepresidenta primera del Parlamento de Galicia y presidenta
del Partido Popular de Lugo, opte a la alcaldía de Lugo. Se ve que en el PP no
tienen a nadie de la ciudad que les convenza completamente y se abre la puerta
a importar a una persona de fuera para ver si logran vencer casi un cuarto de
siglo sin gobernar en una ciudad en que, insistentemente, barren en todas las
Personalmente creo que sería un error. Elena es una persona
inteligente, hábil, amable, atenta y ha demostrado su capacidad sobradamente en
varias tareas, entre ellas la de alcaldesa de Mondoñedo, donde destacó sobre
sus compañeros de otras poblaciones, y en la brevísima etapa de Presidenta de
la Diputación Provincial de Lugo, antes de que una moción de censura que no le
censuró nada (era una simple cuestión de aritmética del voto) la desalojó tras
el “martinazo”.
Sin embargo, su excelente currículum no hace que automáticamente
sea la mejor posibilidad para nuestra ciudad, gobernada desde que Franco
respiraba por personas de fuera de nuestro municipio. No me entiendan mal, no
es que me haya dado un ataque de hipernacionalismo municipal (aunque reconozco
que lo bordeo peligrosamente), y estoy convencido de que para ser un gran
alcalde en Lugo no hace falta haber nacido aquí. De hecho, hemos tenido
magníficos alcaldes en la Democracia (entre ellos alguno a quien tengo el
honor de llamar amigo), que no son lucenses de
nacimiento.
No se trata de que haya que pedir el pedigrí, el certificado
del párroco y “haber nacido dentro de Murallas”, sino que convendrán conmigo en
que no es necesario ser de Lugo… pero tampoco parece lógico que un requisito
para gobernar esta ciudad parezca ser justo lo contrario. ¿Acaso nuestro
municipio no es capaz de generar personas capaces para llevar sus riendas?
Por mucho que uno ame a su tierra de adopción es difícil que
el sentimiento sea completo. Mi marido lleva viviendo en Lugo casi treinta años
de sus cuarenta y cinco y aún ahora cuando cruzamos el túnel de Villafranca
siente que llega “a casa”, a su Ponferrada natal. Totalmente comprensible. Los
recuerdos, la infancia, el cariño, las experiencias… son imposibles de
trasplantar o de imitar y cuanto más pasa el tiempo más se idealiza el pasado.
De ahí que eche de menos que los partidos presenten a gente
de Lugo, que comparta con los vecinos recuerdos y experiencias puramente
locales, para ser su principal valedor. ¿Eso quiere decir que nacer en Lugo te
hace un gran gestor? Por supuesto que no, no digamos tonterías, pero tampoco te
inhabilita para ello como parecen pensar en el PP y en otros partidos, aunque Ciudadanos con Olga Louzao y el Bloque con Rubén Arroxo no han cometido ese error.
En todo caso, habría que ver si este rumor tiene fundamento
alguno. Quizá los tiros apunten en la dirección correcta, pero con matices. Es
más probable que el objetivo de Candia sea la calle San Marcos y no la Plaza de
España, ya que su experiencia al frente de un municipio de la provincia le hace
ver lo fundamental que es el papel de la Diputación en el territorio lucense, a
pesar de la mala fama que, quizá porque no se eligen directamente, tienen esas
instituciones.
Ahí sí que encaja perfectamente y haría un grandísimo papel,
aunque para eso tendrían que lograr los votos suficientes y la habitual
costumbre de jugar a la ruleta rusa en la capital, con el resultado que
tradicionalmente obtienen (ganar pero no gobernar, que en lenguaje político es
equivalente a perder) le pondrá difícil ese objetivo.
Quizá debería ejercer como Presidenta donde tiene que hacerlo: buscando a un candidato solvente y local, aunque no sea una tarea fácil, ya que los ideales o no quieren o están muy cómodos en otros puestos que no abandonarán fácilmente, sobre todo cuando ven que la capacidad de la organización en Lugo de pegarse tiros en el pie sigue intacta.
Comprenderá que no voy a publicar su comentario, emitido desde el anonimato, en que hace afirmaciones muy serias que incluso rayan el delito.
ResponderEliminarSi tiene algo que decir de ese cariz, firme sus comentarios y aténgase a las consecuencias.