Debo ser bastante paleto en temas de diseño, no se lo voy a negar, porque me choca profundamente que se ponga mobiliario urbano pensado para quienes no lo quieren usar. En concreto me refiero a los nuevos bancos instalados en la Plaza del Ferrol y que tienen un espacio sin asiento "para quienes no puedan o no se quieran sentar" (lo dice textualmente la nota de prensa del Ayuntamiento).
Los bancos vienen en sustitución de los primeros que instalaron y que eran todo lo contrario: no tenían respaldo en la mayor parte del mismo, lo que los convertía en una especie de banquetas gigantes, incómodas y poco útiles, como las que hay en Quiroga Ballesteros que, además, son de piedra (la mayoría sin unas láminas de madera que los hagan confortables) con lo que en invierno sentarse ahí es jugarse un catarro como poco.
La primera persona que se estudió el tema del nuevo mobiliario urbano con detalle fue la muy querida Esther Arias, compañera a la que menciono ahora gracias a un comentario en este artículo de Anxo Sánchez que me corrige así una imperdonable ausencia. Ella fue la que se molestó en coger los proyectos de la reforma del casco histórico y estudiar los diferentes modelos de mobiliario urbano, así como de denunciar su ridículo diseño. Gracias a ella la situación se ha mejorado, aunque no tanto como estoy seguro que le hubiera gustado.
Los bancos sustituidos que eran todavía más absurdos, que ya es decir. |
No sé qué tienen contra los bancos de toda la vida, esos que restauraron hace poquito para ahora retirarlos y sustituirlos por una versión más moderna y más incómoda. Incluso la forma que tienen, tan cuadrada y con una vertical perpendicular al asiento, me parece más incómoda que la vieja versión curva, que es más apropiada para acomodar la espalda y que no te queden la parte baja de la espalda sin apoyo.
Lo mismo ocurre con las farolas y proyectores varios. El lunes por la noche, estando en el cruce de la Ronda de la Muralla con San Roque (un lugar que les invito a visitar) pude ver claramente cómo la iluminación de los años 70 que está desde ese punto a la derecha alumbra plenamente la Muralla mientras que los nuevos proyectores, instalados hace pocos años en la zona peatonal de la Ronda, esconden nuestro principal monumento, que se ve y no se ve porque está en penumbra. No les digo que no sea moderno pero qué quieren que les diga, para eso mejor que la dejen a oscuras porque apenas se distingue.
Por si eso fuera poco, esos proyectores tienen la dudosa virtud de deslumbrar a los peatones que vayan por el adarve de la Muralla, cosa que no pasa con los viejos a menos que te asomes por encima del borde (lo que es peligroso además de poco habitual).
Entiendo que hay que renovar para vender nuevos chirimbolos, pero que sean menos funcionales que los anteriores es algo que me cuesta muchísimo trabajo entender.
Los nuevos proyectores obligan a los paseantes nocturnos del adarve de la Muralla a llevar gafas de sol... |
Estimado Luís,
ResponderEliminarLembro que, despois de que Esther Arias (á que sigo botando en falla) advertira sobre o mal deseño dos bancos e das posibles alternativas de modelos e colocación, se lle transmitiu ó Concello a preocupación por ese tema e a resposta foi que se ía corrixir.
Á vista está que so era para que os veciños calasen as súas queixas e facer o que lles pete (coma cas árbores diante do Xoán Montes, e veremos qué pasa co deseño de Santo Domingo).
Nuestra querida Esther fue la primera persona que se molestó en estudiar este tema en profundidad y me apena enormemente no haber incluido una referencia a ella en el artículo, cosa que voy a corregir ahora mismo.
EliminarPor no hablar de la ergonomía, en un banco cuadrado te dejas el culo y la espalda. Si es que, ya está todo inventado...
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