lunes, 6 de mayo de 2024

Este sábado, homenaje a Joaquín García Díez

Joaquín García Díez. Foto: El Progreso

Este sábado día 11 a las 14:00 en el Torre de Núñez habrá un homenaje a Joaquín García Díez. Como ya saben los que me leen habitualmente no soy objetivo con este tema, ya que tengo el honor de contarlo entre mis amigos y tiendo a apoyar a los míos. Sin embargo, intentaré ser lo más ecuánime posible, pero tengan en cuenta que la subjetividad es el precio que pagamos por nuestra condición de humanos.

Mi primer contacto con Joaquín fue cuando él era Alcalde de Lugo. Firmó uno de los dos avales que se requerían para cubrir mi ficha de alta en el PP. La otra firma era la de Francisco Cacharro. 

Sin embargo no fue de aquella cuando nos conocimos realmente. Aquello fue simplemente una cuestión formal y yo tenía 18 años. Fue más tarde, en la campaña de las elecciones municipales del 2007, cuando volvió a presentarse a la Alcaldía, cuando contó conmigo para su equipo de trabajo y ahí sí que fue el momento en que cogimos confianza. Tras un mal resultado electoral Joaquín me llevó con él al Ayuntamiento como asesor, la mejor etapa profesional de mi vida y la que más disfruté, de largo. Cuando él se marchó en 2009 yo hice lo mismo y dimití para dejar libre el puesto a alguien de la confianza de su sucesor.

Cuando años después dejé el partido por una profunda decepción y hartazgo por muchas de las cuestiones que allí veía me quedó como saldo más positivo de mi paso por allí alguna amistad, entre ellas cabe destacar la de Joaquín.

El año pasado se jubiló y dejó su vida política, abriendo una etapa más relajada, y por eso algunas personas creíamos que era el momento de hacer un homenaje a quien fue el alcalde más visionario y efectivo desde que yo pueda tener memoria. Es curioso que sólo estuvo cuatro años en el cargo y que después pasó muchísimos más en el Congreso, pero creo que en la ciudad su huella más palpable fue la de su etapa de Alcalde.

En tan solo cuatro años hizo cosas que a otros les llevarían décadas: peatonalizó el casco histórico (antes de su paso por el Ayuntamiento los coches pasaban por la calle Progreso o por la Plaza de España aunque muchos ya ni lo recuerden), llevó a cabo el Parque del Miño, acordó con Fomento el arreglo y transferencia de las travesías (aunque les suene muy técnico eso trajo a Lugo un montón de obras de mejora en calles como San Roque, Adolfo Suárez, Ronda de la Muralla, Avenida de la Coruña...), tomó la propuesta del BNG de declarar la Muralla Patrimonio de la Humanidad y logró los apoyos necesarios (aunque la injusticia de la historia hizo que la declaración llegase siendo ya alcalde Orozo), iluminó monumentos como la Catedral... y sobre todo nos hizo sentir orgullo de ser lucenses.

Antes de su llegada como regidor los lucenses teníamos una especie de discurso grisáceo sobre nuestra ciudad. Parecía que éramos indignos de mostrar los encantos de un Lugo que, aunque había avanzado en muchas cosas con Vicente Quiroga y Tomás Notario, no se terminaba de sacudir de encima ese complejo de pequeña capital de provincias.

Con Joaquín esto cambió. De repente nos dimos cuenta de que Lugo era más bonito de lo que pensábamos y que tenía infinitas posibilidades, sólo limitadas por nuestro esfuerzo y la ambición de ciudad que él supo transmitir.

Tras su marcha en 1999 el efecto duró un tiempo, e incluso Orozco fue lo bastante hábil como para aprovechar la inercia durante años... si bien la cosa se acabó apagando. Decisiones absurdas que cortaron una evolución, como el eliminar el proyecto del Auditorio en el centro, dejar caer en pedazos la fábrica de la luz o gastarse millones y más millones en proyectos improductivos desde cualquier punto de vista son ahora la marca Lugo, todo lo contrario del espíritu que trajo Joaquín.

Su propio partido fue muy tibio a la hora de reivindicar su figura y sus logros, por motivos que ignoro o prefiero ignorar. Ahora por fin la llegada de Elena Candia ha supuesto un viraje en esta postura y parece que se le hará el reconocimiento que siempre mereció.

Sin embargo, por si se animan a venir, el homenaje de este sábado no será un acto de partido. De hecho ha confirmado su asistencia la Alcaldesa de Lugo, Paula Alvarellos, lo que como comprenderán puede dar una clara indicación de que esto no es algo del PP. ¿Que habrá mucha gente de ese partido? Obviamente, no pretenderán que después de toda una vida con esas siglas ahora le vayan mayoritariamente los de Podemos a aplaudir (aunque deberían, la verdad).

Si quieren acompañarnos, las tarjetas para acudir a la comida, que tienen un coste de 40 euros por persona, estarán disponibles hasta mañana martes en la sede del PP de la calle Ramón Cabanillas, en el Grupo Municipal Popular de la Plaza Mayor y en el Café del Centro también en la Plaza Mayor al que la organización agradece su desinteresada colaboración.

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