La Plaza de Santa María abarrotada. Ni una sola incidencia. |
Aún es pronto para hacer balance de las repercusiones de la pantalla que Lugo Monumental instaló ayer en la Plaza de Santa María, salvo agradecer, por supuesto, su intervención a los locales patrocinadores, a la Xunta de Galicia y las personas que colaboraron en que esto saliera adelante.
Pero hoy quiero hacer un especial hincapié en un grupo de personas que, una vez entregada la Copa al equipo español y desde que la mayoría del público que abarrotó la plaza se había marchado, respondió a la llamada que hicimos desde la organización para ayudarnos a recoger botellas, latas y demás desperdicios que quedaron por la plaza a pesar de las reiteradas peticiones de que se usaran los contenedores.
Serían unas 30 o 40 personas, entre ellos niños con sus padres (eso sí es educar) que se pusieron a recoger por la plaza y depositar en los contenedores los desperdicios que otros dejaron. No imaginan lo que emociona ver que queda gente civilizada en este mundo egoísta y triste que estamos construyendo.
Cuando pusimos la pantalla para la Champions la plaza quedó que parecía un vertedero. Tanto fue así que me avergonzó pedirle disculpas a Miguel, el concejal de medioambiente, que envió una brigada de limpieza para dejar la plaza lista para las festividades del Corpus del día siguiente.
En esta ocasión lo pedimos y reiteramos, y aunque la mayoría sí hizo caso, quedó mucho que recoger. Si se juntan cientos de personas (no me atrevo a dar una cifra, que es una forma como otra cualquier ade hacer el ridículo) siempre hay unas cuantas que no tienen consideración alguna y se marchan dejando su basura detrás y que lo recojan otros. Pues gracias a ese grupo de "otros", a los que no conocía y con todo tipo de personas, de razas, etnias, vestimentas y estilos, que dedicó un ratito a recoger la plaza (entre tantos se hizo en unos minutos) quedó más que razonablemente bien recogida.
A todos esos ciudadanos que se molestaron en echar una mano, mi más sincero agradecimiento.
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