miércoles, 3 de julio de 2013

El buen nombre de Lugo

Lo bueno de tener un blog que va por libre es que no hay que ser políticamente correcto. Uno puede decir lo que le venga en gana ya que, siempre que sean opiniones y no se afirmen falsedades, entiendo que es libre de decir lo que le apetezca.

Una vez aclarado esto, tengo que ir al meollo del asunto y decir... ¡vaya huevos tiene usted, señor Orozco! No soy muy aficionado a las palabras malsonantes en el blog, aunque últimamente me veo más barriobajero que antes, será la tensión de la crisis, pero es que a veces no me dejan más remedio que expresarme de forma tan contundente.

Esto viene a cuento por la denuncia que el Gobierno Local anuncia contra Antonio Ameijide, concejal de la oposición (es decir, del PP, porque el BNG es una cosa rara entre oposición y compadreo de difícil entendimiento) por haber dicho que, en su opinión, se aprecia “cierta complicidad” entre el Ayuntamiento y la empresa concesionaria de la ORA, del grupo Vendex, que les sonará a ustedes por ser uno de esos líos que hacen que Lugo salga en el telediario de Antena 3. Según el anuncio del gobierno local esta medida se toma porque Ameijide atentó contra el honor de los miembros del gobierno y supone un delito de calumnias.

A ver si lo he entendido bien: nos enteramos de que presuntamente el concurso de la ORA estaba presuntamente amañado por un exconcejal, el señor Liñares, quien presuntamente cobró jugosas comisiones por presuntamente haber dado a dedo dicho concurso a un presunto amigo o socio suyo. Presuntamente la empresa entregaba presuntos sobres presuntamente llenos de dinero al exconcejal, como presunto pago por sus presuntos chanchullos para beneficiar al presunto chorizo. El que presuntamente ese concurso fuera presuntamente una tomadura de pelo hace que el juzgado anule dicha concesión y dos años después un concejal protesta porque el Ayuntamiento no ha sido diligente en hacer una nueva concesión… y es ese concejal al que Orozco quiere llevar al juzgado porque daña su honor y la imagen de la ciudad. ¡Tócate los pies!

¿Ha llevado el Ayuntamiento de Lugo al señor Liñares al juzgado por haber dañado la imagen de Lugo? Que yo sepa no. ¿Ha condenado públicamente sus presuntas actividades? Hasta donde yo sé esa declaración ni está ni se la espera. El hasta hace dos telediarios mano derecha del Alcalde está tan campante por la calle mientras sus excompañeros de corporación, partido y vaya usted a saber (presuntamente) qué más, quieren llevar al juzgado a un concejal por denunciar públicamente una tomadura de pelo colectiva.

Decir que es un cachondeo es quedarse tremendamente corto. El lupanar (que, para los que no lo sepan, es la forma de decir “casa de putas” en fino, que hoy ya tengo el cupo de tacos cubierto) en que se ha convertido el ayuntamiento parece no tener nada que envidiar a las comedias de líos verbales de los hermanos Marx. Sin embargo, dudo mucho que algunos grupos de opinión tan activos cuando se trata de hablar del naval de Ferrol o de otros temas igual de influyentes en la vida del lucense medio hagan el más mínimo ruido en defensa de un concejal atacado porque nuestros dirigentes utilizan la táctica del calamar.

Pues les voy a decir una cosa. No conozco muchísimo a Antonio Ameijide pero he tenido algo de trato con él, y hasta donde ha llegado ese trato me ha dado una impresión inmejorable: serio pero no encorsetado, cumplidor, coherente, informado sobre sus temas, y riguroso. Y encima tiene el valor de decir su opinión aunque sea diferente de la de su interlocutor, sea este último “de casa” o “de fuera”. No es lo habitual, ya que lo normal es que el político medio (no el gran político) haga que su discurso se adapte a intentar agradar a quien tiene delante. No es el caso de Antonio Ameijide, a quien le auguro, y confío, un gran futuro. Hemos hablado de temas en los que no hemos estado de acuerdo, pero no se enroca sino que argumenta, lo cual es algo a valorar.

No es agradable verse en el juzgado por una chorrada como esta, y el señor Orozco y compañía, que acusan a diestro y siniestro de acoso, deberían cortarse un poquito más a la hora de intentar judicializar las declaraciones ajenas. Luego que no se quejen cuando los juzgados reclamen su presencia para aclarar los presuntos chanchullos de sus compañeros de gobierno, que la cosa canta bastante más. Antonio sólo ha dicho su opinión, que, por cierto, comparto plenamente en este caso: algo huele a podrido, y no en Dinamarca, sino mucho más cerca. El buen nombre de Lugo, señor Orozco, mucho más que Antonio Ameijide lo ha arrastrado por el fango algún personaje muy cercano a usted. Íntimo.

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