miércoles, 16 de noviembre de 2011

Dar donde duele

A veces la vida nos pone en situaciones que se dan por la confabulación judeomasónica de un cúmulo de casualidades. Es lo que le pasó el otro día a Orozco (el alcalde de Lugo, no el de las comisiones de Pepe Blanco) y a la Vicepresidenta de la Diputación de Lugo, Lara Méndez: fueron a curiosear en la Plaza de O Cantiño porque empezaban unas obras en las que se levantaba – otra vez – el firme de ese precioso rincón de la ciudad y, mira tú por dónde, se encontraron con todos los medios de comunicación de Lugo que pasaban por allí.

Los medios, malvados ellos, cual paparazzi provinciano aprovecharon para hacer unas fotos, entrevistas y tomar imágenes de Orozco (que por lo visto tienen pocas) y de su institucional acompañante, y luego lo publicaron como si fuera una inauguración. ¡En vaya lío metieron a los pobres cargos públicos! Resulta que la Junta Electoral de Lugo, que tiene poco sentido del humor y menor capacidad aún de creer en las casualidades, pensó que estaban inaugurando la obra en campaña, cosa que la Ley de Régimen Electoral prohíbe, y van y les multan. 200 euros cada uno. Evidentemente, tanto Orozco como Méndez ya han aclarado que no era un acto electoralista y que no buscaban votos, pero no ha servido de nada, les han confirmado la multa.

Y digo yo, señores de la Junta Electoral, ¿no creen que la sanción es excesiva? ¿Acaso Orozco y Méndez, con sus escasos sueldos públicos, van a tener que dejar a sus hijos sin comida este mes para hacer frente a esos 200 euros? No sé a dónde vamos a parar.

sancion

Siempre que uso la ironía me gusta aclararlo, porque no es la primera vez que algún zote se piensa que hablo en serio. Hasta ahora era irónico. Que quede cristalino, por si acaso.

La sanción impuesta al autoproclamado “Sumo Sacerdote de la Democracia”, es decir Orozco y a Méndez por una violación de la Ley Electoral me parece de chiste. Imagino que la Junta Electoral no tiene otro remedio, porque es la normativa la que fija los baremos de las sanciones, y dudo que les permita darles un palo más importante. También el Alcalde de Vigo, el socialista Abel Caballero, fue sancionado con una cifra similar por inaugurar unas obras en campaña. Tampoco coló que no era electoralista.

La pregunta es, ¿y qué ganamos con eso? ¿De veras creen que esa propineja, a quienes ganan unos buenos sueldos a costa del erario público, les supone un quebranto? ¿Que se lo pensarán dos veces antes de volver a hacerlo por la multa? ¡Que va!

¿Cuál es la solución? ¿Aumentar la multa? Creo que no. Si aumentaran la multa y pasara a ser algo que duela, como 3.000 euros, por ejemplo, el cargo público de turno tal vez incurra igual en la irregularidad porque le salga muy rentable electoralmente, incluso puede que la multa se la pague luego el partido si es una cuestión estratégica.

No, ese no es el camino, creo yo. Creo que la solución sería dar donde duele. Ya que es un tema de imagen pública, atacar también la imagen pública con una medida sencilla, gratuita y que realmente les haría escarmentar: la inhabilitación. Quince días de inhabilitación al cargo que viola esa norma por primera vez, dos meses la segunda, seis la tercera… y así, exponencialmente, sí serían un buen castigo. El fuego se combate con fuego, no con abanicos de papel.

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