miércoles, 26 de junio de 2013

Un repasito ahora que viene el varano...

Ahora que viene el verano hay que poner a punto ciertas cosas. No es que sea yo muy partidario de que la ciudad esté pensada para el turismo, que aunque me parece una actividad que puede llegar a ser importante en Lugo (ahora mismo es casi testimonial), no es un mundo que me enloquezca para vivir. Se lo cuento porque por ejemplo cuando voy a Santiago, que es mi segunda ciudad ya que estudié allí la carrera, me siento fuera de lugar porque hay demasiado turista haciendo fotos. No quiero eso para mi ciudad.

Sin embargo, y a pesar de todos esos “peros”, es obvio que aunque uno no quiera tener visitas todos los fines de semana cuando viene alguien a casa procura tener la sala en estado de revista, los baños con toallas para invitados y la casa más o menos recogida por si acaso. Queda raro tomar café con los calcetines tirados por ahí aunque estés solo… si hay visitas ya es una cuestión incluso de educación.

Pues a Lugo nos van a venir a visitar en verano un número indeterminado de personas que, esperemos, sea razonablemente numeroso para la economía de la ciudad, así que hay que pegar un repasito general a las cuestiones turísticas más acuciantes y dar un paseo de reconocimiento.

En este paseo podemos incluir nuevos destinos que hasta hace poco no se meterían: el remodelado puente romano, el paseo que va hasta la antigua fábrica de la luz, la pasarela peatonal, la propia fábrica de la luz, las ventanas arqueológicas, el estado de la Muralla… ese tipo de cosas.

Ayer fui a dar una vuelta en bici (me estoy haciendo un aficionado, quién lo iba a decir tantos años después) y bajé hasta la fábrica de la luz, vine por Fermín Rivera (el fluvial, para entendernos) y, cruzando el puente romano, subí por la Volta da viña donde, por cierto, había un extranjero accidentado que se había dado una leche importante con una bicicleta (él iba en la bici, no empecemos con las acusaciones de intento de asesinato por parte de ciclistas) y estuvimos allí hasta que llegó la ambulancia.

Pero me desvío. Les contaba que di ese paso y me fijé en que el puente, que está todo limpito y recién terminado, presenta ciertos detalle que deberían pulirse. Dos señales viejas y oxidadas de “dirección prohibida” cierran el acceso desde cada uno de los laterales… No sé, quizás un bolardo o algo así quedaría más estético, o una señal un poco menos fea… 

También sigue habiendo una auténtica selva en la ventana arqueológica de San Marcos, frente a la Diputación, que da auténtico miedo porque parece que de ahí van a salir algunos bichos de película de ciencia ficción.

Son chorradas, pero los turistas se fijan precisamente en esas cosas. Un simple paseo, incluso una carta a las principales empresas turísticas o a las guías que visitan Lugo, sería suficiente para detectar ese tipo de problemas de fácil solución.



Pero hay que dar el paseo, hay que tener la inquietud… Espero que alguien con responsabilidades lo haga. Y si no yo me ofrezco a hacerles un informe, y gratis.

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