martes, 2 de febrero de 2016

El carril-bici como política trasnochada

La propuesta del Ayuntamiento de instalar más de 65 kilómetros de carril-bici llega, en mi modesta opinión, 20 años tarde.

Los carriles bici deberían ser cosa del pasado, viendo el ejemplo de nuestra ciudad-modelo vecina, la cercana Pontevedra. Lores, el alcalde nacionalista al que votan hasta los del PP, ha logrado que su capital sea una urbe envidiable en cuanto a modelo de tráfico, circulación e incluso convivencia entre vehículos de dos y cuatro ruedas y peatones.
Pontevedra, una ciudad completa que es "zona 30"
Foto de El Mundo

El secreto de Lores es no dar nada por sentado salvo una cosa: las personas ante todo. Puede parecer una obviedad, pero no lo es cuando vemos que en el resto de las urbes del planeta se da preferencia a que el espacio lo ocupen los coches, con la disculpa de que dentro llevan gente. Error. Los coches son unas máquinas horrendas que lo único que hacen es expandir el espacio ocupado ilimitadamente si se les permite.

Una de las cosas que más me sorprendió en la visita que hicimos en su día con el alcalde de Pontevedra a su ciudad (por cierto, hay que mencionar que estuvo con nosotros toda la mañana contestando a todas las preguntas que le hacíamos sin dudar ni medio segundo), es que la bicicleta, ese artículo de culto para la progresía, era considerada como un vehículo más. Se le permite hacer cosas que no pueden hacer los coches, sí, pero tampoco se equiparan al peatón.

Una de las cosas que parecían previsibles al ir conociendo su modelo es que hubiera carriles-bici por todas partes. Pues no. Como la ciudad entera es zona 30, es decir que esa es la velocidad máxima de circulación de los vehículos, el espacio asfaltado se comparte entre el vehículo de motor y la bicicleta. Simplemente perfecto. Y encima barato, ya que no hay que hacer ni un metro de carril-bici ni sacrificar espacio de aparcamiento, que sí se eliminó en la ciudad pero no para que anduvieran las dos ruedas, sino para la gente, las terrazas y la vida del peatón.

Ramón Ferreiro con el carril-bici propuesto
Infografía de El Progreso
Puede sorprender que alguien tan ajeno a mi ideología como es el nacionalista Lores sea siempre tan alabado en este blog, pero oigan, lo que se hace bien se hace bien y me da igual de dónde venga. Este señor es un Alcalde con mayúsculas, y ha logrado lo que nadie que yo sepa había conseguido antes, y es convertir una ciudad plagada de coches por todas partes en el paraíso del peatón.

Aquí empezamos a recorrer ese camino en 1995, pero se truncó a los cuatro años. Ahora parece que se intenta recuperar el tiempo perdido pero con políticas trasnochadas que cuando se completen se demostrará que no valen de nada. Si esos millones de euros que pretenden gastar en meternos carriles bici hasta en el carnet de identidad los usaran en campañas de concienciación y mejora del trasporte público otro gallo nos cantaría, pero se ve que se han quedado anclados en un pasado muy digno de la progresía de los 90.

1 comentario:

  1. Hola, he leido con mucha atención el post, nosotros viniendo de Madrid, hemos conocido Pontevedra en junio y sin denostar a las otras ciudades gallegas, nos ha parecido la ciudad más bonita, al lado del mar con sus carriles bici por el paseo marítimo-fluvial, mucha vida, zonas peatonales todo el centro y casco antiguo, parques, mucho ambiente comercial... La ciudad de la calidad de vida por antonomasia y preciosa arquitectónicamente, es raro que no tenga más fama y que se piense que Galicia es sólo Santiago porque es realmente una joya de ciudad.

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