martes, 23 de febrero de 2016

Personas "non gratas"

Foto del Pleno de La Opinión de La Coruña
Parece que los resultados de ayer en la elección a compromisarios dan la victoria a la lista oficialista, la de Elena Candia. En Lugo ciudad, desde luego, los datos no dejan lugar a la duda, pero como de la provincia tengo menos idea no me atrevo a decirles el balance final, si bien aparentemente no hay grandes dudas. Esperaremos a ver el recuento para hacer análisis, y hoy hablaremos de otra cosa.

En un bronco pleno, celebrado en un teatro (lugar perfecto para la representación que tuvo lugar) el ayuntamiento de Pontevedra declaró “persona non grata” a uno de sus vecinos más conocidos, el Presidente del Gobierno Mariano Rajoy. El motivo aducido fue la prórroga a la industria papelera ENCE por 60 años más en su actual ubicación.

No deja de ser curioso que en 2008 el bipartito PSOE/BNG renovó los certificados medioambientales de la planta, lo que indica que todo ese tema de la supuesta contaminación no debe ser muy cierto. Además, recuerdo que Lores presumía ante una comisión que visitaba Pontevedra (yo entre ellos) de la calidad del aire, la mejor de todas las capitales españolas, con lo que tampoco parece haber pistas por ese lado. El hecho de que las playas de la ría de Pontevedra vecinas a la planta tengan bandera azul es otro punto contra la teoría de la fábrica contaminante.

Sin embargo comparto que ENCE es una molestia. Soy un enamorado de Pontevedra y es cierto que habitualmente apesta a causa de los olores que emanan de la fábrica, al igual que ocurre con Coruña y su refinería. Creo que si hubiera una votación popular sería abrumadora la mayoría que pediría su traslado a otro sitio donde moleste menos.

Pero que eso sea un hecho, la molestia, en mi modesta opinión no justifica la declaración de “persona non grata”. De hecho creo que prácticamente nada justifica eso, ya que es un insulto político que se hace a una persona concreta, lo que me parece vergonzoso.

Manifestantes frente al pleno
Los ayuntamientos gastan un tiempo valiosísimo en poner y quitar honores e insultos. Franco, por ejemplo, fue nombrado hijo adoptivo, alcalde perpetuo o medallista de oro de innumerables ayuntamientos que ahora pretenden borrar esa afrenta. Si no hubieran intentado hacerle la pelota otro gallo les cantaba. De la misma forma, Rajoy volverá a su ciudad insultado y vilipendiado por un asunto político, no lo duden. Curiosamente cuando desvió el URBAN en los años 90 para beneficiar a su ciudad los que ahora protestan no propusieron otorgarle honor alguno. Llamativo.

Si alguna corporación quiere agasajar a un ciudadano me parece razonable. Pueden dedicarle una calle, un pabellón o poner un busto. Pero que se utilice el salón de plenos para insultar a una persona no me gusta. No me gustó cuando lo hicieron contra destacados socialistas (el caso de Almunia en Vigo es significativo) y no me gusta cuando lo hacen contra cualquier otra persona. Lo aceptaría si fuera por unanimidad de la Corporación, ya que si incluso los de su propio partido lo ven claro es que ha hecho algo gordo, pero no así.

Por esa regla de tres, cuando hubiera mayorías absolutas un solo partido podría declarar “non grata” a toda la oposición, por ejemplo, o al anterior alcalde. Ningún partido de Lugo ha llevado a Pleno declarar de tal forma al violador del estilete, o al asesino de la niña Mari Claire en la avenida de la Coruña. Esa gentuza sigue por la calle y entre nosotros, y por lo que se ve no es importante darles el mensaje de que no son bienvenidos. Pero para Rajoy sí. Luego no me digan que no es política. Un asco.

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