lunes, 20 de agosto de 2018

La sanción a ''Lugo sen mordazas'' puede ser delito si es arbitraria

Como es obvio, el peligro que entraña la mesa merece una fuerte sanción... solo que el peligro es político...
La Policía Local, aplicando una vez más la Ley de Seguridad Ciudadana, denunció a miembros de la plataforma “Lugo sen mordazas” a la que se impuso una sanción de 300 euros por instalar una mesa de recogida de firmas contra la ordenanza que se viene llamando “Ordenanza Mordaza”.

Hay que decir que las normas están para cumplirse, y que si los titulares de la instalación no pidieron el preceptivo permiso han de ser sancionados, como todo hijo de vecino, ya que ese peculiar principio por el que uno se salta las normas que considera injustas trae como consecuencia que esto sea un lupanar y cada cual haga lo que le venga en gana. No se puede confundir liberalismo, del que soy un férreo defensor, con tomarse a pitorreo las normas basándose en el principio de que el juicio propio supera en todo caso al del conjunto. Recordando a Aznar, podríamos traer a colación aquella frase de “déjame que beba tranquilo”, que a su vez era un “spin off” del “yo controlo” de todos los adictos, algo totalmente inaceptable.

Pero a lo que íbamos, los sancionados afirman tener decenas de fotografías de mesas de petición y chiringuitos similares instalados sin pedir permiso y que no fueron sancionados. Si eso es así nos encontramos ante un más que probable caso de prevaricación, ya que se dictaría una resolución arbitraria en que se multa a una gente por cuestiones puramente subjetivas y no se trata a todos siguiendo el más elemental principio de igualdad ante la ley. Esto sería inaceptable, y si yo fuera el afectado sin la más mínima duda presentaría un escrito en Fiscalía aportando las fotografías y las fechas de las mesas que afirman que no tenían permiso para que comprueben si eso es así y, de serlo, sancionar a las autoridades que han cometido tamaña tropelía. Eso no les quitaría la multa, que no se debe retirar ni por la intercesión de la Virgen de la Caridad, pero sí castigaría a quien ha sancionado a quienes resultan “incómodos”.

Espero que no nos sancionen a los que también hemos firmado. Foto: Facebook de Lugo sen mordazas
Personalmente creo que las mesas de petición de firmas no deberían requerir ningún tipo de autorización previa, y que solo deberían retirarse o sancionarse si suponen algún tipo de estorbo a la circulación (nos entendemos que todo “molesta”) o algo por el estilo. Habría que redactar eso con cuidado en una normativa, pero abriendo la mano porque lo que resulta un poco paradójico es que para luchar contra una norma abusiva del Ayuntamiento dependas de que te lo permita ese mismo Ayuntamiento.

El problema de estas cosas es la exageración. Por ejemplo, vemos en los telediarios que en Cataluña no son extrañas las plazas o las playas llenas de cruces amarillas, las pancartas en fachadas y los lazos en todo tipo de mobiliario urbano, y para mayor fantasía ahora anuncian sanciones para quienes retiran dichos elementos. ¿Y no sería más lógico sancionar a quienes los han puesto sin autorización? Y de estar autorizados, ¿no creen que lo suyo sería revisar por qué se autorizan esas ocupaciones de vía pública sin pagar las oportunas tasas? Y si las han pagado (esto lo dudo muchísimo), ¿soy el único que observa una dejación de funciones en la promoción de lo que a todas luces es un tema político? Si fuera una empresa u otro tipo de evento jamás se autorizaría tamaña campaña.

Pues aquí pasa lo mismo, aunque a menor escala. Si las afirmaciones de los sancionados son ciertas se está multando a unos lucenses por cuestiones puramente políticas. Inaceptable, inadmisible e ilegal.

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