Protestas de enfermería - Foto: La Voz de Galicia |
Las protestas del personal de enfermería del SERGAS son noticia en Galicia, como es evidente, pero no son nada nuevo en el panorama nacional. En Andalucía, Cataluña, Valencia e incluso en el País Vasco, donde parece que atan a los perros con longanizas, se han producido protestas similares por motivos parecidos. En todos ellos se ve una generalizada oposición a la forma de gestionar la sanidad por parte de gobiernos de diferentes partidos políticos con lo que parece que el mal no está tanto enraizado a unas siglas como a una situación administrativa caótica derivada de la tendencia de la administración a ser permisiva con los abusos… que ella misma comete, claro está.
Todos los partidos dan las mismas respuestas: “atenderemos el servicio”, “reforzaremos las plantillas”, “destinaremos más medios”… bla, bla bla… todos en futuro, ninguno en presente, y todos se desentienden de la patata caliente que supone en realidad este tema, cuya importancia es difícil magnificar porque ya es enormemente grave de por sí.
Para empezar, tengo que decir que me parece inaudito que una persona que tiene pocos años de profesión pueda acumular cientos de contratos, y esto es literal. El ejemplo más conocido, por su popularidad, es el de Héctor Castiñeira (el creador de la archiconocida “enfermera saturada”), que con 14 años de profesión firmó más de 600 contratos. Algunos gastan resmas de papel en imprimir sus vidas laborales, que si a una persona “normal” le ocupan un par de folios, a esta buena gente le cubre hojas y más hojas de vergonzosos contratos de un día o hasta unas horas de duración.
Y lo que es peor, las personas de este mundillo te cuentan que les llaman de un día para otro e incluso de la mañana para la tarde, con lo que cualquier tipo de planificación de vida que puedas pretender tener se va al garete porque no atender la llamada de “las listas” te supone penalizaciones que hacen peligrar tu futuro laboral. Pónganse en situación, no hablamos solamente de poder pagar una hipoteca con cierta tranquilidad, sino de cosas más de andar por casa como ir a un cumpleaños, cogerte vacaciones o pasarte un fin de semana con unos amigos. Todo está subyugado a la llamada que no puedes ignorar. Y así durante los doce años que te puedes tirar (si no más) en esa situación hasta que consigues plaza fija, si es que tienes suerte.
¿Qué clase de país puede consentir que la administración pública tenga esclavizado de esa manera a un colectivo de personas? ¿Dónde están la seguridad laboral, la conciliación familiar, la dignidad del trabajador e incluso el más elemental sentido común? ¿Qué le pasaría a una empresa que pretendiera hacer semejante salvajada con las vidas y horarios de sus empleados? A esto último es a lo único que puedo responder con seguridad: les caería una multa de órdago, y bien merecida la tendrían.
El colectivo sanitario no ha de ser mejor tratado que otros a pesar de su vital importancia, ya que todas las profesiones son probablemente necesarias (bueno, de algunos “profesionales” que se ven en la tele berreándose groserías unos a otros podríamos prescindir) y es muy complejo poner escalas… pero por lo mismo tampoco ha de ser peor tratado. No comprendo cómo se consiente que la todopoderosa administración pueda hacer la vida imposible a miles de trabajadores sin que los demás mostremos la más mínima empatía…
No tengo la fórmula, y al ser un mal tan extendido supongo que las soluciones simplonas no serán efectivas, pero al menos creo importante que todos lo tengamos en cuenta. Piénsenlo cuando vayan a urgencias o a cualquier consulta médica y, por lo menos, ofrezcan a quienes les estén atendiendo una sonrisa. No cuesta nada y que al menos quienes viven pendientes del teléfono para saber si trabajarán mañana se sientan respaldados por todos. Es lo mínimo.
Gracias por tus palabras de apoyo Luis, creo que gran parte de la poblacion vive ajena al tipo de contratos que encadenamos durante años, el estres que supone no saber si vas a poder ir al evento X(boda, comunion, bautizo, comida familiar...), no saber si vas a poder o no casarte sin que el SERGAS te penalice(a l@s eventuales se nos deniegan los permisos de matrimonio sistematicamente) estar cada dia en un servicio distinto con enfermos con patologias muy diferentes, no tener ningun tipo de protocolo para trabajar estando embarazada(si estas encadenando contratos tienes que coger "lo que puedas"o no trabajar). ..etc. Hacen que mas de uno y mas de dos tengan que recurrir a los ansioliticos para poder seguir dedicandose a esta preciosa profesión. Como bien dices, no pedimos un trato de favor por ser sanitari@s pero el minimo de legalidad que se exigiria en una empresa privada sería un buen comienzo. De nuevo gracias por hacer un poquito mas visible este nuestro mundo, un saludo de una enfermera con una de esas vidas laborales que ocupan páginas
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