Es poco entendible el sostenimiento de criterios opuestos por dos administraciones locales tan cercanas como Diputación y Ayuntamiento. Si además, esas instituciones están regidas por los mismos partidos (en este caso PSOE y BNG) el grado de incomprensión aumenta exponencialmente porque no parece tener el más mínimo sentido que lo que se usa como argumento en una para hacer una cosa se utilice en la otra para lo contrario.
El gobierno bipartito de la Diputación pretende endilgarle a la Xunta las residencias de ancianos que construyó porque le salió de las narices (casualmente ninguna en ayuntamientos gobernados por los populares), sin coordinarse primero con nadie ni tener en cuenta más criterio que el propio. Ahora ven que una cosa es construir y otra mantener y utilizan la carta de las “competencias impropias”.
Tienen razón en eso, claro que es competencia autonómica la política social, pero también lo era cuando se pusieron a sacar concursos de edificios como si fueran champiñones y ahora no saben cómo gestionarlos, porque entre otras cosas, no es lo suyo.
En el Ayuntamiento el criterio de las “competencias impropias” se saca precisamente para lo contrario, para presumir de lo mucho que se gasta en temas que no son de índole municipal como puedan ser los programas de empleo o las políticas sociales, lo que es muy llamativo porque están reconociendo que gastan dinero municipal en cosas que no les competen, mientras que otras que sí son de su incumbencia están como están. Difícil de entender.
Recuerdo que en tiempos desde el Ayuntamiento se criticaba al ministerio de Fomento (cuando estaba en manos de “los otros”, claro) por no hacer cosas como la pasarela sobre la Nacional VI. Hoy por supuesto se asumen esas competencias “impropias” con la mayor naturalidad porque no se puede atacar a los de casa. Ya tú sabes.
En fin, que lo de las competencias impropias es un tema al que deberían dedicarle más tiempo, e incluso una ley que prohíba a unas administraciones meterse en terreno ajeno porque realmente no tiene sentido ninguno. Que cada cual haga su función y que la ciudadanía tenga claro a quién responsabilizar si no funcionan.
Tiene usted toda la razón. Y, encima, lo de las residencias va a traer consecuencias porque los muy melones hicieron una convocatoria pública para cubrir los puestos de trabajo de esas residencias, la gente se presentó y ahora unos cuantos están pendientes de un pleito que puede suponer su incorporación como personal laboral a Suplusa o a la Diputación (está por ver).
ResponderEliminarCacharro era un aficionado al lado de estos elementos.