Aunque la provincia de Lugo (no así la capital) es una de las zonas menos graves dentro de Galicia, otra de las menos afectadas de Europa por el Coronavirus, está en nuestras manos que siga siendo así.
La segunda ola está siendo peor que la primera en incremento de contagios, como era previsible viendo antecedentes como los de la gripe española y otras pandemias. Curiosamente no es igual de agresiva en cuanto a fallecimientos, al menos por el momento, y no me atrevo a dar un motivo de eso porque no tengo ni idea, ni veo criterio fiable alguno al que agarrarme para ver una razón objetiva.
En cualquier caso no pinta bien y toca plegar velas, reducir en la medida de lo posible los riesgos e incluso intentar transmitir un mensaje de prudencia que nunca se debió abandonar pero que sí es cierto que todos relajamos un poquito porque las cosas parecían mejorar en esa calma que precede a la tormenta.
Quedarse en casa en la medida de lo posible parece razonable, pero también lo es hacer actividades que no supongan un peligro para nadie. Salir a pasear, guardando distancias y tomando precauciones, no tiene nada de malo e incluso creo que es favorable para la salud física y mental de todos. No estamos confinados, al menos por el momento, pero sí advertidos de lo que puede pasar si no tenemos un mínimo de precaución.
Los comercios siguen abiertos, y es bueno acudir a ellos siempre que se haga con prudencia. Todos sabemos lo que tenemos que hacer, y antes de sacar la flamígera espada de la justicia y convertirnos en esa policía de balcón tan en boga desde que empezó todo este tema, cuidemos de nosotros mismos. Si vemos que en una tienda hay bastante gente y no nos sentimos cómodos, esperemos a que salga alguien para entrar. Si en un local la terraza tiene las mesas demasiado juntas (en esto veo cierta relajación, la verdad) nadie nos obliga a sentarnos, seamos prudentes y vayamos a la de al lado si las tiene más separadas.
El Ayuntamiento de Lugo organizó en el casco histórico dos series de conciertos de pequeña envergadura para los sábados en la Plaza del Campo (con los Tardeos de San Vicente) y los domingos en las calles Cruz y Obispo Basulto (en forma de Sesiones vermú) en colaboración con Lugo Monumental y los locales de la zona. Se han aplazado siguiendo un elemental criterio de sentido común y de prudencia. No necesitamos que las cifras suban en Lugo para tomar precauciones, hemos de hacerlo para evitar que suban.
Esto no quiere decir que no se haga nada, ni mucho menos, sólo que el formato ha de ser diferente y evitar toda reunión innecesaria. De hecho para Samaín se está preparando una actividad para los niños pero con todas las garantías posibles.
Permítanme un consejo, tómense todo esto con calma. Estamos todos nerviosos y saltamos a la mínima. La situación nos tiene hartos y está haciendo mella en nuestra empatía, paciencia e incluso educación. Tomen aire, a través de sus mascarillas, y sonrían. Hay muchas cosas por las que estar de mala leche pero con eso no vamos a arreglar nada. Antes de juzgar lo que ven pregúntense si es posible ponerlo en perspectiva, porque no todo es lo que parece a primera vista.
Así que recuerden: sentidiño, es la palabra clave.
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