viernes, 2 de octubre de 2020

Los contratos del ''no San Froilán''


No soy yo sospechoso de dar jabón a este Ayuntamiento, pero creo que hay que fundar las críticas en algo, sobre todo si quien firma la nota de prensa o lo que sea es un grupo político de un partido que gobierna en muchos lugares. El PP ha salido a criticar que se adjudiquen “a dedo” la mayor parte de los conciertos del “no San Froilán”, como si hubiera otra forma de hacerlo. Bueno, la hay, pero tiene una lógica relativa.

Verán, esto funciona así: quien decide a quién se contrata es el concejal de cultura, porque para eso es el concejal. Es lo que tiene gobernar, que decides tú. Si a la oposición no le gusta el cartel de las fiestas la receta que le da la normativa vigente es una mezcla de ajo y agua, porque de lo contrario sería inviable hacer una programación festiva por absoluto consenso.

Bien es cierto que hay gobiernos y gobiernos. Desde los que, teniendo mayoría absoluta, aceptan las sugerencias de los demás grupos para intentar que sean unas fiestas a gusto de la mayor parte de vecinos que se pueda, hasta los que con unos pocos concejales imponen su criterio por razones de aritmética política y pactos, que es lo que pasa en Lugo en este momento. ¿Legal? Por supuesto. ¿Ético? Discutible.

Pero eso es una cosa, el cómo se selecciona a los grupos, y otra cómo funciona el procedimiento de contratación de los mismos. Ahí no hay la menor duda. Si son contratos de pequeña entidad se acude a la figura del contrato menor, fácil de confundir con el “a dedo” si no se tiene ni idea de lo que se dice, como parece ser que le ha pasado, sorprendentemente, al grupo mayoritario de nuestro Pleno. Deberían consultar cómo hacen sus colegas de otros municipios en los que gobiernan, donde verán que funciona exactamente igual. Bien es cierto que en Lugo la Ley de Transparencia se la pasan por el forro, y que no se pueden consultar en la web municipal los datos que están obligados a publicar, pero eso es harina de otro costal.

Aún voy más allá. La Ley de Contratos permite incluso recurrir al procedimiento negociado, que es una excepción en nuestro ordenamiento porque se hace sin publicidad (no se convoca ni puede concurrir nadie más que una empresa) si hay exclusividad en la representación. Esto tiene lógica. Imaginen que el Ayuntamiento de Lugo quiere traer a las fiestas a Elton John (no caerá esa breva). Pues aunque costase 200.000 euros no tendría sentido que publicase unas bases de contratación ordinarias porque este tipo de artistas sólo pueden ser contratados a través de una única empresa, que ostenta su representación exclusiva, así que hay que negociar con esa sí o sí.

Así que ya ven, si son conciertos de poco coste recurrir al contrato menor es lo lógico y si son de mucho… vamos al negociado que es más restrictivo, más "a dedo" todavía.

En todo caso estas “no fiestas” van a ser lo que van a ser. Permitan que les recuerde que aunque todos tenemos ganas de volver a la normalidad, no estamos en esa situación. Sean prudentes, no se dejen llevar por las ganas de juerga y si acuden a conciertos (que harán muy bien) fíjense si pueden tomar las precauciones debidas (ustedes, no la organización) y si no es posible… márchense. No se escuden en "es que estaban todos apiñados y pensé que no pasaba nada". Pasa.

Sé que es contradictorio animar a disfrutar en la medida de lo posible y pedir prudencia al mismo tiempo, pero es esta “nueva normalidad” la que nos incita a esto, a decir al tiempo “arre y so”. Sin embargo estoy seguro de que me entienden: “sentidiño” es la palabra clave.

Felices fiestas.

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