viernes, 2 de septiembre de 2022

Amenazas y malas compañías

Rubén Arroxo a la salida del juzgado

Hace mes y medio, concretamente el 15 de julio de 2022, publiqué un artículo que titulaba que “las amenazas jamás han sido argumentos”, a raíz de las que se vertieron contra Rubén Arroxo, miembro de la corporación lucense. Rubén recibió el apoyo de todo el mundo (bueno, de todo el mundo con dos dedos de frente) y quizá por eso y porque ya entramos en campaña, se ha venido un poco arriba y ha pretendido implicar en las amenazas al Partido Popular y la Federación de Vecinos.

Para empezar tenemos que recordar que todo lo que leamos relacionado con el mundo “institucional” (es decir, del de la política) desde ahora hasta mayo, en que hay elecciones locales, hay que tomárselo como lo que es: campaña electoral. Ya hace varios meses que estamos en ese escenario, pero la cosa irá a más desde que comenzó el nuevo “curso político” y no habrá frase, foto o guiño que no se haya revisado hasta el milímetro de cara a las municipales del año que viene.

Es la única explicación del craso error cometido por Rubén.

En estos temas sólo caben dos posturas: o hacemos responsables a las organizaciones de todo lo que hacen sus miembros (incluidos los meros afiliados o asociados) o por el contrario entendemos que cada persona es responsable de sus actos y las organizaciones a las que pertenecen serán calificadas por cómo reaccionen a los mismos o por sus actos como entidad. Esto, que parece complejo, en realidad es tremendamente sencillo.

Si una persona comete un delito es irrelevante que sea afiliada de Vox, BNG, PP, Bildu, Ciudadanos, Psoe, o la asociación para la protección del búho real. Ninguna de esas organizaciones será corresponsable de dicho acto… salvo que lo instigue, apoye, oculte o sea cómplice de cualquier manera, claro está. De lo contrario, cada vez que alguien cometa un delito habría que mirar a qué entidades pertenece para cargarles el mochuelo y no sería lógico.

En este caso, que el desequilibrado que vertió las (condenables e inaceptables) amenazas contra Rubén Arroxo sea miembro de la Federación de Vecinos, del PP o del Club Fluvial es irrelevante, y buscar corresponsabilidad por parte de esas organizaciones es no sólo una bobada sino una temeridad… porque por esa regla de tres cada pintada en que figure un insulto o amenaza contra alguien que no le guste al BNG y esté adornada con la estrella roja (por cierto, símbolo prohibido en muchos países por ser el equivalente a la esvástica pero en rojo) se podrá endilgar a Rubén Arroxo y sus compañeros de partido. Un error de concepto importante.

Me llama la atención enormemente que esto venga de Rubén, salvo como decía al principio que sea el inicio de una larga y embarrada campaña electoral (que es lo que parece). Curiosamente con otra gente, como su “compañero” Otegui, es mucho más comprensivo y le llama "hombre de paz", a pesar de haber sido probada su pertenencia a una organización terrorista. No sé si aprecian la ironía y la contradicción.

Se ve que ahora un terrorista es un "preso político"...

Pertenecer a un partido que homenajea oficial e institucionalmente a terroristas parece que está bien para Rubén, e incluso se puede aplaudir a alguien condenado… pero que un señor le amenace lo lleva algo peor y pretende endilgar el asunto a un partido (por cierto, la afiliación de ese señor me fue desmentida desde el PP) o a una organización vecinal. O estamos a setas o estamos a Rólex.

Tengamos claro de una vez que la culpa de las amenazas es del que amenaza. La culpa del robo es del que roba. La culpa del asesinato es del que asesina. Podría insistir pero parece que el concepto es sencillo.

Creo que ha sido un error. Si se hubiera limitado a denunciar las amenazas habría hecho lo correcto porque no se pueden dejar pasar esas cosas, pero intentar sacar rédito político de los desvaríos de un pobre desgraciado es una bajeza y una inmoralidad que sólo le hace parecer más inquieto por las elecciones que se avecinan.

6 comentarios:

  1. Recuerdo como, no hace tanto, quienes pedían la libertad de los terroristas que reventaron con una bomba el portal de una sucursal de Caixa Galicia en una de las zonas más transitadas de Santiago (Plaza de Galicia), eran de la órbita nazionalista (Beiras incluido).
    No hubo muertos de auténtico milagro.
    A mí me caía bien este señor. Pretérito imperfecto.
    Me ahorro los calificativos.

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  2. Me sorprende cómo actos de amenazas de muerte,otro tipo de amenazas,incluso laborales,véase a policías,tardan en iniciarse el proceso meses sino años y sin embargo,el representante del BNG tiene carta blanca y carácter de urgencia para colarse entre todos los procedimientos judiciales pendientes,como si realmente fuera la vida en ello.
    En Servicios sociales esas amenazas acontecen no digo a diario pero sí cae alguna mensual,intento de agresión,agresiones verbales,psicológicas...tanto de los usuarios como de los políticos de turno y no te respaldan,apoyan ni siquiera cuentes con que te protejan como personal a su cargo,ya me da la risa si llevasemos al juzgado una amenaza,no solo te dan la espalda los políticos,y incluso son ellos los autores,sino que tardaría tanto en citarte que,Dios mediante,ya estaremos libres de ciertos políticos en Mayo y no cabría meterse en juicios,eso como esperanza,digo de qué las urnas van a dar un giro del 100%,o al menos la concejala de SSSS,Lara prescinda de ella como ya debería haber hecho hace tiempo!!!!!!!!

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    1. Buenos días:

      Los juicios por amenazas que yo he conocido suelen ser muy rápidos... siempre que haya denuncia, claro está.

      Y un detalle: si hay un giro del 100% la cosa quedará exactamente igual...

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  3. De acordo coa reflexión que fas, máis creo que con 4 liñas o explicarías perfectamente e todo o mundo o entenderíamos 😅

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    1. Totalmente de acuerdo, pero soy de enrollarme, qué le vamos a hacer jejeje.

      Un saludo

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  4. Lo que decía Rubén en sus declaraciones es que las amenazas no aparecen de forma aislada, sino en un contexto determinado, en el cual hay quien está haciendo una campaña que va mucho más allá de la crítica política y busca negar la legitimidad democrática de los adversarios políticos y deshumanizarlos, y que de ese caldo de cultivo surgen las amenazas.

    Creo sinceramente que es una descripción irreprochable, y las pruebas las puede ver, quién quiera, en diversas redes sociales. Hay quien se dedica a sembrar odio como estrategia política. Y Rubén hace bien en denunciarlo también.

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