miércoles, 24 de mayo de 2023

El que posiblemente sea el más cruel incumplimiento del Ayuntamiento de Lugo

La Protectora de Lugo, pendiente desde hace décadas de mejoras o de un traslado.
Foto: La Voz de Galicia

Uno de los más graves incumplimientos que desde hace décadas mantiene el ayuntamiento de Lugo es el de resolver el lamentable estado de las instalaciones de la Protectora. Ya el anterior alcalde, Orozco, prometía reiteradamente que se les ampliaría el espacio, algo que nunca hizo.

El Gobierno de Lara Méndez reiteró esa promesa, pero jamás movió un dedo para hacerla realidad. Hablaron una y otra vez de mejorar las instalaciones (con planos y notas de prensa con foto incluidas, por supuesto) y después de reciclar el viejo matadero, junto a la depuradora de Nadela, y llevar allí a los canes y demás habitantes de la protectora, pero invierno tras invierno los animales siguen hacinados y sufriendo la crueldad de la especie más agresiva, destructiva y dañina del planeta: nosotros.

Las protectoras cumplen una función que hay que poner en su justa medida: son los que tapan nuestras vergüenzas como especie, cuidando de aquellos animales que nadie quiere o que han sufrido todo tipo de barbaridades por parte de sus despreciables propietarios. No les digo que deberían ser como catedrales, pero al menos sí que es chocante que nos gastemos un millón de euros en unas bañeras de agua tibia y tengamos a los pobres bichos congelándose año tras año en los crudos meses del invierno lucense.

Este tema me resulta muy cercano. Nuestro perro fue acogido aunque tuvo la suerte de no llegar a pisar una de esas tristes instalaciones. Tristes por lo que dicen de nosotros, no de ellos.

Sólo he ido tres veces en mi vida a la protectora, y las tres salí llorando. En la última ni siquiera pude entrar, fui a llevar las cosas de nuestro perro, Ducki, cuando nos dejó en enero y se las dejé en el almacén de la protectora, que es una puerta lateral. No tengo capacidad de entrar allí otra vez y ver el sufrimiento tremendo de los perros que, contra todo pronóstico, esperan por un hogar que los acoja y los cuide.

Me gustaría hacer desde este modesto blog dos llamamientos. El primero es a las administraciones, para que recuerden que esta situación sólo la pueden solventar ellas y de hecho sólo hasta cierto punto. Mejorar las instalaciones de la Protectora no es una cuestión de estética sino de justicia, y creo que ya ha pasado bastante tiempo en que se ha estado mirando para otro lado a pesar de que cada campaña electoral es un rosario de anuncios que no se van a cumplir.

Algunas personas en la Protectora merecen un monumento. Foto: La Voz de Galicia.

El segundo es a todos ustedes, mis queridos lectores. Entiendo que la situación personal de cada cual es la que es y quizá no puedan hacerse cargo de un perro o un gato… pero sí pueden echar una mano a la Protectora, asociándose. Son tan solo 40 euros anuales, que no es nada. Si ya colaboran con UNICEF, Cruz Roja, ASPNAIS, o quien sea ya hacen una inversión moral, pero por un pelín más al año (3,33 euros al mes) pueden echar una mano para mejorar la vida de nuestros compañeros de cuatro patas.

Si tienen más valor del que yo he conseguido reunir, también pueden implicarse algo más, como voluntarios para ir a pasear a los perros que se pasan sus vidas en unos pocos metros cuadrados, y quizás encuentren allí una vida a la que salvar… nunca se sabe. Yo lo intentaré en algún momento, ahora soy incapaz.

Noticia del 2019 con planos, fotitos y demás anuncios grandilocuentes.
No se ha hecho absolutamente NADA y todo sigue igual.

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