miércoles, 21 de febrero de 2024

Pues para no ser elecciones nacionales han pasado todos por aquí...


No es mi intención seguir dando vueltas a las elecciones gallegas, entre otras cosas porque el hecho de que las cosas vayan a continuar “iguales, pero diferentes” al seguir el mismo Presidente hace que haya menos que comentar. Pero por una vez, y sin que sirva de precedente, me voy a centrar en las reacciones que veo de particulares, partidos nacionales y, principalmente del Presidente del Gobierno, ante la debacle de sus siglas.

He leído en varios sitios que los gallegos “no saben votar” o que el resultado es fruto de la “ignorancia”, el “caciquismo” y esas cosas. Poco respeto hay a la democracia por quienes dicen eso, ya que si el resultado les hubiera favorecido entonces Galicia sería un pueblo “sabio”. O uno cree en el sistema electoral o no cree. Yo, particularmente, creo que es muy mejorable, pero de ahí a juzgar la sanidad mental de los electores según el resultado (incluso cuando no me gusta) media un abismo.

Un pequeño apunte: cuando digo que es mejorable es porque creo que el sistema de elegir diputados por provincias es equivocado. Sin embargo, mi opinión es justo la contraria que la del BNG, que pide una circunscripción autonómica. Yo creo que ha de hacerse al revés: reducir el espacio y que cada zona elija a un único diputado, como hacen los ingleses. De esta forma es más fácil controlar su actividad y que no diluya su voto en la “disciplina de partido” y esas cosas.

En cuanto a los partidos nacionales la cosa es de chiste. Han pasado de convertir las elecciones gallegas en una especie de referéndum a la labor del Gobierno de España a decir que es un tema exclusivamente autonómico, salvo el PP, claro, que como le conviene a la vista de los resultados mantiene el arriesgado discurso por el que optó en campaña: decir que esto era una continuación de las Generales. Los demás grupos se hacen los suecos y consideran esto un caso aislado, cuando todos sabemos que dirían lo contrario si el resultado fuera otro.

Y tenemos el caso del Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que durante la campaña visitó Galicia más veces que en todos los años anteriores juntos, y que en sus mítines y discursos hablaba una y otra vez de Feijoo y de que iban a respaldar sus políticas en Galicia. Ahora dice que nones, que esto no tiene nada que ver con lo que pasa a nivel nacional y se ve que sólo venía a comer marisco a esta zona y le coincidió acercarse a los mítines.

Pero lo que más me preocupa de todo, más allá de los típicos argumentarios de campaña que cambian según sople el viento, es que el Presidente del Gobierno haya dicho reiteradamente que si ganaba Besteiro Galicia tendría “línea directa con la Moncloa”. ¿Y entonces ahora no la tendremos?

¿Por qué la política de partidos ha de emponzoñar las relaciones institucionales? ¿Qué lógica tiene que lo que el Estado haga en Galicia esté sujeto a que el gobierno autonómico sea del mismo color que le central? ¿No se dan cuenta de que así lo único que consiguen es que surjan los nacionalismos y localismos que, con lógica, pretenden ser llave para forzar a que se hagan las inversiones que necesitamos?

El modelo del votante medio del BNG es el del nacionalismo vasco o del catalán, pero no por cuestiones ideológicas, sino por la aspiración a obligar a los gobiernos a cumplir con sus regiones a cambio de su sillón. Eso, creo yo, explica con más acierto la subida del nacionalismo y de Democracia Orensana que todos los discursos identitarios y de sentimiento independentista que se les puedan ocurrir.

Igual que Vox, Podemos, Sumar, Ciudadanos y demás grupos han surgido por los reiterados incumplimientos y faltas de los partidos tradicionales, los regionalismos y localismos nacen de la decepción y del continuado aburrimiento de que nos ignoren, y de hecho es sorprendente que en Lugo todavía no haya habido una iniciativa propia con cierto éxito, seguramente basada en que sus promotores eran en realidad otras marcas disfrazadas.

Tomen nota quienes tienen que tomarla. Olviden quién gobierna en los territorios y hagan su función. Sé que es difícil pero es la única manera de que la gente se olvide de experimentos extraños que pueden llevarnos a saber dónde.


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