martes, 14 de enero de 2025

Reciclamos folios y derribamos edificios

Reciclamos folios pero derribamos edificios y árboles sanos...
Foto del edificio de Correos: El Progreso

Me cuesta mucho trabajo seguir la lógica pública en que se pasan la vida gastando millones en campañas en favor del reciclaje de botellas, folios y demás elementos habituales, pero al mismo tiempo se derriban edificios en perfecto estado de uso para sustituirlos por otros “más modernos”.

Para construir la Estación Intermodal, una barbaridad de 50 millones de euros que no tiene el menor sentido como ya hemos hablado varias veces (se alejan los buses de un lugar comodísimo en el centro para enlazarlos con trenes inexistentes), se ha tirado un edificio que daba servicio a Correos en lugar de integrarlo en el nuevo diseño. La construcción era de 1.980 y no tenía el menor problema estructural ni de uso, simplemente “no quedaba bonito” en el render de la nueva estación así que ¡piqueta!

No es el único ejemplo, los hay a docenas, aunque ahora se me viene a la cabeza el de los árboles de la calle Montevideo que estaban frente al Mixto y que se quitaron porque en el nuevo diseño de la calle se ubicaban a unos centímetros de donde estaban los anteriores.

No se sigue una lógica ni un criterio de protección o de estabilidad, se busca simplemente cumplir un proyecto diseñado bajo unas directrices incorrectas. Si en el pliego de condiciones se hubiera especificado el mantenimiento del edificio de Correos, o el de los árboles existentes en Montevideo, éstos seguirían ahí tras sus varias décadas de existencia y no tendríamos que plantar ahora unos nuevos que cuando alcancen el porte de los eliminados muchos ya no estaremos aquí.

Desde el punto de vista económico, ecológico y del más elemental sentido común parece que lo obvio es intentar mantener las cosas que no hay razones objetivas para eliminar, y adaptar los diseños a lo existente y no lo existente a los diseños, pero esto es mucho pedir para quien administra un dinero que no es suyo y que no le duele.

Pero es más que dinero, es memoria y personalidad. El edificio de Correos se fue a pique igual que los almacenes que había junto a las vías del tren, unas construcciones que en otros lugares del mundo se protegerían porque bien usadas daban mucho juego, pero en Lugo somos mucho de tirar y volver a hacer y eso explica la falta de avances de la ciudad.

No te puedes pasar la vida redefiniendo cada espacio y dando vueltas en círculos en los mismos sitios, pero todos quieren dejar “su huella” y así estamos, levantando calles en perfecto estado para “modernizar”… y los barrios con las aceras llenas de agujeros… si es que tienen aceras.


3 comentarios:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con el contenido de este artículo.
    Lugo es una ciudad preciosa a la q la avaricia de los ediles deja sin personalidad. Se derriba todo lo q da caracter a la ciudad para embalsamarla en cemento armado. Es hora de q aparezca la crítica cívil y de q se diga alto y claro ,quiénes son los elementos q están gestionando urbanismo y si son imcompetentes,si no tienen formación que se les eche de sus mandatos. Y también pedir a los electores que piensen a quién dan su voto porque mucho quejarse, pero en ellos también recae la culpa...indignación ,espero q no derriben la escalinata...!!!

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  2. Estoy de acuerdo. Me pregunto si el edificio fuera privado lo destruirían?. No, le tocan a su bolsillo.

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  3. La fachada, la apariencia son las prioridades de Alvarellos y Arroxo.

    Hace unos días intenté obtener un certificado de empadronamiento de forma telemática en la sede electrónica del ayuntamiento de Lugo. Imposible: este trámite sólo se puede hacer de forma presencial.

    No es sólo que no se pueda hacer ese trámite de forma electrónica - en el caso de otros ayuntamientos de la provincia, mucho más pequeños, sí es posible -, es que la sede electrónica del ayuntamiento es muy mala.

    Sólo se gasta dinero en lo aparente, en carriles bici que nadie quiere, en un restaurante en la antigua Fábrica de la Luz, en el edificio Impulsa Verde ...; no es de extrañar que servicios tan elementales como licencias de obras menores, la obtención de un certificado de empadronamiento o el abastecimiento de agua estén como estén.

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